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One hundred years of solitude

Gabriel García Márquez.

DK

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Según Ricardo Piglia la mejor novela de Faulkner es Palmeras Salvajes, y después de soltar la afirmación aclara: en castellano, ya que la traducción hecha por Borges supera a todas las demás versiones de todas las obras volcadas a nuestra lengua. Más lejos aún va Gabriel García Márquez, quien sostiene que la versión de Cien años de soledad en inglés es de lejos mejor que el original. El destinatario de tal elogio es Gregory Rabassa, un neoyorkino que curiosamente no ha aparecido en ninguna de las crónicas que en estos días recuerdan al llamado boom de los escritores sudamericanos. “El mejor escritor latinoamericano en inglés”, según el juicio de Gabo, tiene un modo poco ortodoxo de traducir: lo hace a la primera lectura. “Pienso que a veces en la segunda lectura se pueden cometer errores, aunque los estudiosos digan que no. Lo que vale es esa primera impresión que tienes de un libro, cuando no lo analizas, simplemente lo lees, lo que es el libro en su verdadera esencia”, afirma Rabassa en una entrevista que le hace el periódico La Jornada de México. El traductor, que acaba de cumplir 90 años, llegó a García Márquez recomendado por Julio Cortázar, de quien había traducido Rayuela al inglés. De este libro cuenta que le llevó un año el trabajo y que, como casi todos los libros, lo tradujo en la cocina de su casa, escribiendo la primera versión “as fast as I can type”, es decir, todo lo rápido que le permitían la velocidad de sus dedos en el teclado a medida que devoraba la obra de Cortázar. Pero de todas sus traducciones —que incluyen libros de Vargas Llosa y Juan Benet— la experiencia que destaca Rabassa es la traducción de Paradiso, de Lezama Lima, ya que la invención de palabras por parte del cubano requería una consulta permanente entre ambos y el embargo de Estados Unidos a la isla ponía difícil la comunicación. Así las cosas, empezó a escribirle a Cortázar a París y este remitía las cartas a Cuba, desde donde Lezama Lima ponía en marcha, con su respuesta, el proceso en sentido contrario.

La regla con la que se mueve Rabassa es el consejo dado por Borges a un traductor suyo: “No traduzca lo que digo, sino lo que quiero decir”.

Si quieren opinar sobre la afirmación vertida por García Márquez, pueden formarse una primera impresión leyendo este comienzo: “Many years later, as he faced the firing squad, Colonel Aureliano Buendía was to remember that distant afternoon when his father took him to discover ice”.

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