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Pikara Magazine es una revista digital que practica un periodismo con enfoque feminista, crítico, transgresor y disfrutón. Abrimos este espacio en eldiario.es para invitar a sus lectoras y lectores a debatir sobre los temas que nos interesan, nos conciernen, nos inquietan.

WAG: cuando las mujeres son “novias de”

Emilia Arias

¿Y qué pasa con los HUB (Husbands and Boyfriends)?  Al parecer nadie se ha topado con uno a pesar del desfile de “one hit wonders” que han salido con Madonna, Kylie o J-Lo...

Victoria Beckham, Shakira o Irina Shayk son algunas de las «WAG» más famosas. Casualmente, las tres tenían carreras exitosas[1] antes de ser para los medios y la sociedad las “novias de…”, pero eso da igual: no es relevante. Lo importante es que son “Wifes and Girlfriends», que parecemos nuevas. Y sigue ABC: ”quizá la primera de la lista sería Shakira, que además de ser novia del futbolista Piqué es una cantante de reconocido prestigio y fama mundial“, Jo, que tía. Es ”novia de“ y le da tiempo a ser cantante.

A este extraño club se suman Sara Carbonero y también Pilar Rubio, ambas conocidas y con una carrera antes de salir con Iker Casillas y Sergio Ramos pero, entérate ya chica, eso no importa.Sería un puntazo leer: “El novio de la presentadora de televisión Sara Carbonero vive con felicidad los éxitos de su pareja y compagina su vida como futbolista con la paternidad…” o “el envidiado sevillano posa con la presentadora y actriz Pilar Rubio”.

Ahora es turno de la presentadora Lara Álvarez. Desde que sale con Fernando Alonso, simpático y locuaz piloto, se ha convertido en otra “novia de…”. Es un camino sin retorno, amiga. Mucha suerte Lara. Hagas lo que hagas a partir de ahora, tu carrera no importa. Importa que sales con él.

Bien lo sabe Tania Sánchez, que con una carrera política más larga que la coleta de su pareja Pablo Iglesias y con mucha experiencia como tertuliana de televisión, se ha convertido en “la novia de la España indignada”, “consorte del azote de las castas”.

Volvamos al deporte rey. Las WAG siempre “compiten en belleza en las alfombras rojas mientras ellos compiten en los terrenos de juego”. Se las presenta como rivales; se conjetura sobre quién está más buena, quién viste mejor, quién es más elegante o quién posa mejor en trikini. El Correo comparaba a dos novias de dos jugadores del Athletic: “Dos rubias muy diferentes pero con mucho en común; su amor por el fútbol”.

La revista Hola cuenta: “Amal Clooney defiende y se defiende. La flamante abogada británica de origen libanés se enfrenta no sólo al reto de ser esposa de George Clooney sino también continúa al frente de su profesión como jurista experta en derechos humanos. Amal cambió por unas horas su estilo casual chic para asistir al Tribunal Europeo de los Derechos Humanos en Estrasburgo.” Donde defiende nada más y nada menos que a Armenia… Me imagino algo así: “El futbolista casado con Shakira cambió su estilo casual por unas botas de tacos. El guapo catalán, además de enfrentarse al reto de ser esposo de la cantante colombiana, es futbolista del Barcelona”.

Antes de ser relacionada con el actor, la abogada fue célebre por haber representado al fundador de Wikileaks, Julian Assange, y a la ex primera ministra de Ucrania, Yulia Tymoshenko. Pero ahora se enfrenta a algo mucho más duro: ser “novia de”… Agotador.

Ya sin paños calientes dice la revista People en castellano: “¡No son afortunados ni nada nuestros futbolistas! Además de mover todo el dinero que mueven gracias a su trabajo, tienen unas mujeres de escándalo. Guapas y atractivas.”

Hay un paso más. Además de ser “la novia de…” puedes ser “la madre de los hijos de…” Asúmelo. No son tus hijxs, son los suyos. Tú ocúpate de parirlos y recuperar pronto la figura y deja de querer tener vida propia.

 En el caso de Susana Díaz y otras mujeres que están en primera línea de la política el caso es distinto. Su embarazo es noticia de portada.

La Vanguardia: “La presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, está embarazada y dará a luz el próximo mes de julio” (...). “Feliz, conciliará como cualquier mujer”, dice el ladillo del mismo texto.

ABC se viene arriba y dice: “Desde que anunció que estaba embarazada, la presidenta de la Junta de Andalucía procura ir más tapada. Abrigos tres cuartos, levitas, chaquetas -especialmente oscuras- se han convertido en prendas imprescindibles en el armario de Susana Díaz, la presidenta de la Junta de Andalucía (…) Antes de su embarazo, a la presidenta le gustaba mostrar más su figura”.

Imaginemos: “Alberto Nuñez Feijoo será padre en junio. Urkullu conciliará como cualquier hombre. Artur Mas ha recogido a su hijo en la guardería. El catalán luce tripita y ha cambiado el traje por el jersey de pico; la paternidad no le permite salir a correr como antes y ahora opta por sudaderas holgadas”.

 Y es que no se trata del embarazo, se trata del rol que nos asignan, se trata de que la maternidad expone a las mujeres a juicio: Si vuelve pronto de la licencia por maternidad, será una irresponsable mala madre porque no presta atención a su bebé. Si vuelve tarde es que no está prestando atención a los deberes de su cargo… Están atrapadas en la maternidad.

El embarazo de Susana Díaz es noticia porque las mujeres en política siguen siendo cuestionadas por el hecho de ser mujeres. Cuando pueden, algunos se quitan la máscara: “Qué graciosa ésta que quiere servir al pueblo desde un escaño, siendo hembra”.

Pero tranquilas amigas “novias de…”; Tengo buenas noticias. Nosotras somos muy generosas, es propio de los mandatos de nuestro género. Por eso, aunque abandonemos nuestras carreras como pintoras, no se nos reconozca lo suficiente como presentadoras, o ignoren nuestra labor como abogadas, diseñadoras o cirujanas… seremos muy felices si ellos triunfan en las canchas, los campos, los ruedos o  el congreso. “Lourdes Montes es feliz viendo feliz a su marido y le apoya en su decisión de volver a los ruedos”. Claro, ese es el tema; sus éxitos son los míos. Los míos… los míos no importan.

[1] Al margen de la opinión que me merecen sus carreras. Al margen de que no esté de acuerdo con los cánones de belleza que contribuyen a imponer en la sociedad.

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