Ayuntamientos y Diputación de Málaga no se ponen de acuerdo para la gestión de entradas al Caminito del Rey
Conseguir entradas para visitar el Caminito del Rey es un propósito de resultado incierto. Tanto que quienes lo intentan no saben si pueden recorrer el camino gratis, o sólo tras pagar un menú o alojándose en un hotel. O de ninguna manera. La Diputación Provincial y los ayuntamientos de Álora y Ardales dicen ser conscientes de que el descontrol está generando una publicidad negativa entre los visitantes, que no saben cómo, cuándo ni en qué condiciones pueden visitar una atracción supuestamente gratuita. El ente provincial planteó ayer una propuesta “intermedia” a los ayuntamientos, pero el alcalde de Álora dijo a este medio que tenía muy claro que mantendría su sistema, consistente en entregar tiques a los negocios de su municipio para que estos los distribuyan.
Cada institución gestiona a su modo el reparto de las entradas. Desde el 1 de octubre, los dos ayuntamientos disponen de 250 entradas diarias cada uno (antes eran 100) y el ente provincial gestiona en torno a otras 500. Cada tres meses, Diputación ofrece a través de su web una cantidad que se agota en menos de 72 horas; Álora las distribuye diariamente entre sus empresarios para que estos las gestionen e impulsar así la “economía local”; y Ardales divide su cupo entre las que entrega a los negocios y las que ofrece a cualquiera que se pase por su oficina de turismo, hasta que el lunes suspendió todo reparto.
El resultado es que el ciudadano está desconcertado porque ni siquiera sabe dónde acudir para gestionar una entrada. Otros se quejan de que pagan por algo gratis y muchos ven agravios. Eldiario.es/Andalucía recogió esas quejas en agosto. Los empresarios locales (hosteleros, agencias de viaje, hoteleros) han sacado provecho económico vendiendo menús, servicios de guía o noches de alojamiento con el regalo de una entrada. El alcalde de Álora defiende el sistema porque “activa la economía local”: cada establecimiento puede solicitar al consistorio un máximo de 25 entradas diarias “siempre que no las cobre”. “Yo voy a seguir haciendo lo mismo”, anticipa, a pocas horas de reunirse con los demás actores para abordar el tema.
El ente provincial no está de acuerdo con ese sistema porque “lleva un poco a engaño” y Marina Bravo, diputada de Medio Ambiente y Promoción del Territorio, Marina Bravo, pretende modificarlo aunque no adelanta cómo lo hará. “Queremos un punto intermedio, que sigan implicados los negocios pero haya transparencia”. Dice Bravo que entiende las necesidades de los hosteleros locales, pero se exime de responsabilidad: “Pagamos un pato que no es nuestro. Una vez que el ayuntamiento coge las entradas, cómo las gestione no depende de nosotros”. “Yo se lo advertí. Los técnicos y nosotros sabemos que esa no es la mejor opción, pero cuando dos alcaldes insisten…”, explica la diputada provincial.
La Diputación ha tolerado este sistema durante meses. Las normas reguladoras del uso y acceso al Caminito del Rey fueron aprobadas por el Pleno celebrado en febrero. Entre ellas la siguiente: “La entrada deberá tramitarse obligatoriamente a través de la plataforma telemática habilitada al efecto en la página web del Caminito”. Según la diputada provincial, el precepto se cumple porque los ayuntamientos también solicitan su cupo a través de esa web.
Y luego está Ardales, que dice hacer las cosas de forma diferente. El domingo cortó el grifo y dejó de entregar 125 entradas diarias a la veintena de establecimientos locales hasta aclarar las dudas que se han generado. “No nos gusta lo que está pasando. No queremos que haya abusos. En cuanto se ha sabido que hay dos tipos de menús, uno si vas a ver el caminito un precio y si no, otro, lo hemos cortado”, explica la alcaldesa, María del Mar González. La regidora es partidaria de cambiar de método de reparto “si no se dan las condiciones adecuadas” y apunta a la Diputación: “Los ayuntamientos no somos los malos. Esto obedece a una gestión con muchas prisas”.
Su cupo lo gestionó el ente provincial hasta el 1 de octubre, según asegura Pedro Cantalejo, máximo responsable de la gestión de entradas en Ardales. Ese sistema de gestión mixta, con cruces de correo para gestionar las reservas era “una locura” y provocó quejas y cancelaciones. “En septiembre enviamos un escrito a Presidencia [de Diputación] pidiendo la gestión, para ser responsables. Y desde entonces hemos tratado de eliminar algunos vicios adquiridos. Nosotros gestionamos bien las cosas”. Explica que Ardales ha creado institucionalizado un servicio de entradas con funciones definidas.
Hasta la fecha se han realizado 160.000 reservas para el Caminito del Rey desde su apertura, el 27 de marzo. El impacto mediático y la espectacularidad del recorrido, cerrado durante más de una década, han desbordado las previsiones. “¿Sabe usted lo que pasó 15 días después de la etapa de la Vuelta a España? Tuvieron que dejar de trabajar en el ayuntamiento para atender cinco teléfonos 1.400 llamadas diarias de personas de toda Europa. Bloquearon teléfonos, ordenadores, hubo que hacer un correo nuevo…”, recuerda Cantalejo, que dice ser consciente de que la ciudadanía está ahora “desorientada, frustrada y cabreada”. “La improvisación estamos pagando los responsables técnicos. Es muy lamentable. Cualquier persona desde fuera lo percibe como un gran fracaso de gestión. Lo mejor que puede pasar es que el calendario pase muy rápido”, resume el técnico, experto en el Caminito y su entorno.
De la misma opinión es Marina Bravo, que espera resolver el concurso para la gestión del Caminito del Rey “cuanto antes”. El convenio entre Ardales, Álora y la Diputación expira en marzo, cumplido un año, pero si para entonces ya se ha producido la adjudicación se resolverá antes. Entonces todos los visitantes pagarán idéntico precio público.
