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El modelo de IU que quieren los comunistas en Andalucía: sin cuotas de afiliados y sin estructura de partido

El nuevo Comité Central del PCA elige este sábado a sus órganos de dirección

Olga Granado

¿Qué significa “superar a IU”? Con esta expresión, que indistintamente han usado el Partido Comunista de Andalucía (PCA) y Podemos, e incluso miembros de IU, cuando han planteado la necesidad de un nuevo sujeto político para los próximos comicios, nadie se atreve a hablar de desaparición de la coalición de izquierdas, pero las vías que ponen sobre la mesa parecen caminar hacia ello. Especial importancia tiene lo que decida el PCA, la fuerza mayoritaria en IU, que los días 7 y 8 de octubre celebra su asamblea en Andalucía tras un debate previo que está teniendo lugar este verano.

El documento sobre las tesis organizativas emanado del reciente congreso del PCA contiene en este sentido propuestas muy claras y orientadas a culminar la reflexión en torno a la superación de IU, “tras constatar la insuficiencia de esta herramienta para encuadrar electoralmente el bloque social alternativo surgido al calor de las luchas como respuesta a la crisis”. No en vano, lo que se ha aprobado es “la plena recuperación de competencias que en su momento fueron cedidas a IU” por los comunistas, “también las electorales”. 

Se trata de una propuesta que choca contra los postulados de los críticos con la dirección de IU encabezada por Antonio Maíllo, como han plasmado en el documento político que han conseguido que sea debatido en la próxima asamblea de la coalición de izquierdas y donde directamente califican de “sofismas” todos los planteamientos del PCA que entienden encaminados a una desaparición de la coalición de izquierdas.

Los comunistas justifican estos cambios en su relación con IU por “la pérdida de su carácter como movimiento político y social, habiendo derivando en un partido clásico y centrado su actividad en las instituciones”. Y de ahí su propuesta: “La recuperación organizativa del PCA debe ir acompañada tanto de un cambio en la estrategia política como por el desmontaje de las estructuras de partido que actualmente existen en IU”.

En este sentido, el PCA, que representa más de la mitad de los comunistas en España por lo que sus conclusiones son determinantes en la organización a nivel nacional, reivindica su “soberanía” para erigirse en interlocutor con sus propuestas “en el seno del conflicto para la construcción de la confluencia de fuerzas de izquierda”, lo que “no es posible hacerlo desde la participación en la actual IU, en tanto que partido totalmente orientado a lo electoral”.

De este modo, el documento consultado por eldiario.es/andalucia y que se ha difundido entre las bases del PCA para su debate, aboga por otra herramienta “impulsada desde un amplio encuentro social”, o lo que es lo mismo, “una nueva convocatoria por Andalucía”. Se trataría de “una convergencia de todos los actores políticos, sociales, sindicales, culturales comprometidos con la transformación de Andalucía y de sus ciudades y pueblos, que tenga en cuenta también la experiencia de IU, de las candidaturas de unidad popular y de Unidos Podemos”. Es decir, IU no basta.

Todo ello advirtiendo de la necesidad de no cometer “errores” del pasado, por lo que “el proceso de acumulación de fuerzas no se construirá en la elaboración de candidaturas o encuentros sociales artificiales ni la revolución democrática se pondrá en marcha por una simple mayoría aritmética en instituciones”.

En la cuestión financiera, especialmente delicada, el documento también es tajante. “Se hace necesario definir con claridad y nitidez la relación político financiera que el partido tiene dentro de IU a todos los niveles, desde las agrupaciones de base hasta el Comité Central”. De este modo, para la distribución de recursos institucionales con los que cuenta IU (cargos públicos y subvenciones) en todas sus estructuras, quiere participar el PCA “de forma activa” y “articulando medidas para que los ingresos que se reciben por la representación electoral cedida retornen a los partidos integrantes” de las candidaturas.

De hecho, apostilla: “El sostenimiento, además, de la doble estructura organizativa, PCE e IU, merma la capacidad práctica de los militantes para intervenir en el conflicto social y la lucha de clases”. En esta línea, se insiste en que “la cuota de IU debe desaparecer o en el mejor de los casos ser voluntaria”, como dicen ya los documentos del congreso del PCE. O sea, “el fin de la afiliación clásica a IU”. En paralelo, el PCA tiene que garantizar que todos los cargos institucionales y orgánicos que se ofrezcan a militantes de la organización sean electos y rindan cuentas de su trabajo en los órganos del partido.

En definitiva, los comunistas son conscientes de que para una recuperación de las competencias del PCA “que vaya más allá de plasmarse en un papel es necesario llevar cabo una reformulación de los protocolos económicos con IU u otra fuerza electoral”. Porque entienden que es necesaria una financiación “suficiente” del partido “que lleve a cabo un funcionamiento como tal”, y a su vez quieren propiciar un protocolo organizativo y financiero con las Juventudes Comunistas para potenciar la regeneración del partido con la movilización de los más jóvenes.

Otros pilares de la estrategia

Por otro lado, el documento también hace referencia a los requisitos indispensables para ese bloque de unidad popular: articular y generalizar la lucha como “espacio fundamental para la reconstrucción de la conciencia de clase” y combatir el “régimen” dominado “por la oligarquía y subordinado al polo imperialista de la UE”.

También se insiste en la necesidad de clarificar las prioridades políticas del PCA, tras constatar “la falta de hegemonía de planteamientos estratégicos” (republicanismo, oposición a la UE y la OTAN, la definición de la corrupción como elemento estructural del capitalismo, el apoyo a los pueblos que enfrente la injerencia y violencia imperialista como los de Venezuela, Cuba o Siria…) “a la vista de las posiciones y discursos adoptados por una parte de importante de los conocidos como municipios del cambio o del grupo Unidos Podemos”. 

Finalmente, es un pilar fundamental la feminización. Por ello, proponen tres comisiones: de mujeres, integrada por ellas y cuya función será proporcionar “un espacio cómodo desde el que trabajar el empoderamiento y formación en esta materia”; taller de masculinidades, conformadas por ellos, “para el desempoderamiento” e igualmente preparación en el tema; y de género, por los dos, para trabajar las cuestiones que se planteen en las otras dos, así como de la confección de campañas feministas.

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