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Cinco activistas del 15M cinco años después

Olga Granado

Muchos han acabado en política, otros se han afanado en estudios sobre el fenómeno y en su divulgación, los hay también quienes han reforzado su participación en movimientos sociales o han impulsado otros nuevos... pero, en general, todos siguen comprometidos con las ideas que hace cinco años les llevaron a participar activamente en el 15M. Cuando se cumple un lustro del día que miles de personas se echaron a la calle para exigir que cambiara el rumbo de las cosas en una España sumida en una crisis que no sólo es económica, hablamos con cinco activistas del 15M sobre lo que esta movilización ha supuesto.

Andrés Villena Oliver es economista y profesor de la Universidad de Málaga y también activista del 15M. Este doctor en Sociología está convencido de que el principal legado del 15M “es el de una ruptura de un marco de análisis y conocimiento que nos venía impuesto por la agenda política y por los medios de comunicación”.

Y lo explica con cuatro elementos. “En 2011 partíamos del eterno enfrentamiento PP-PSOE y, tras el 15-M, confirmamos una serie de hechos sobre los que reflexionábamos en silencio y que pudimos compartir en las plazas”. Entre estos hechos cita que “las decisiones más importantes no la estaban tomando instituciones democráticamente elegidas”, que los principales partidos políticos no ofrecían grandes alternativas a las imposiciones de “empobrecimiento de la troika”, que la ciudadanía tenía “capacidad de organización política para convertirse en un actor más a tener en cuenta” y, finalmente, “que las plazas de las ciudades constituían un lugar ideal para la convivencia y el intercambio y discusión de ideas”.

En esta línea, apunta que después del 15M, “algunas de estas ideas, sobre todo las de las alternativas a la crisis han sido tenidas en cuenta por los nuevos partidos y, en cierto modo, por algunos de los antiguos”. Tras recalcar que “el 15M es ahora tan necesario como hace cinco años”, reflexiona sobre cómo puede afectar al tejido social que muchos de sus protagonistas hayan terminado en política. “Si las ideas del 15M son defendidas por 80 diputados a partir de julio eso será un avance. Pero para prevenir la institucionalización del 15M, deben preocuparse por mantener un contacto con el movimiento social y con los principios más protestatarios de lo que se dijo y discutió en las plazas. El juego político no debe olvidarse de nosotros”, prosigue.

De hecho, cree que era “previsible, esperable y típico” el uso que pueden estar haciendo los políticos del fenómeno. “Tratan de emplear todos los activos políticos que sean posibles para ganar, porque se trata de una competición. No lo veo grave. Todos somos el 15M, sobre todo a partir del domingo. Lo importante es que se hable de ideas de cambio, que se reconozca dónde están los problemas y qué pueden hacer los actuales actores para solucionarlos”, asevera.

De la pervivencia del 15M es un convencido también Francisco Jurado Gilabert. Original de Úbeda (Jaén) hace años que se trasladó a Sevilla. Este investigador del Instituto de Gobierno y Políticas Públicas (IGOP) de la Universidad Autónoma de Barcelona remarca que el 15M “sigue despertando la misma fascinación que en sus inicios”. Es más, resalta que es “sorprendente” toda la producción científica que se ha llevado y se lleva a cabo sobre el 15M, “sobre todo, el interés que despierta fuera de nuestras fronteras”. Precisamente, durante el fin de semana, el 15M será uno de los temas centrales del congreso en el que participará en el King's College de Londres.

Por todo ello, este experto en Filosofía del Derecho subraya que “es imposible que el 15M caiga en el olvido, de la misma manera que es imposible olvidar Mayo del 68 en París”. Pero en todo caso, advierte de que está en juego “que su legado se vea reducido a mera poesía o que sea la base de las transformaciones políticas que estén por venir y que son muy necesarias”.

Menciona también el hecho de que muchos activistas hayan terminado en política y cómo ha podido afectar al tejido social que debe servirle de contrapeso. “Es una realidad ese traspaso de gente de una dimensión extraparlamentaria a la participación en fuerzas políticas y, por tanto, también lo es que la acción extrainstitucional se ha resentido”. De todas maneras, agrega: “Que este traslado de la acción sirva para algo depende de estas nuevas fuerzas políticas, de su capacidad para sobreponerse al efecto de la dinámica burocrática y endogámica de la institución”.

Precisamente, uno de los que ha acabado en la política es Esteban de Manuel, profesor de Arquitectura en la Universidad de Sevilla. Impulsor de la ONG Arquitectura y Compromiso Social, es también coordinador de Equo en la provincia, por lo que habla de esta vertiente. “El 15M tiene claro que no quiere plasmarse en un partido político, sino que la sociedad tenga capacidad de control, de revocación, de decisión mediante consulta directa sobre los grandes temas que la afectan”.

Pese a lo mucho que se ha escrito sobre el 15M, echa en falta “una publicación divulgativa basada en un estudio riguroso sobre la génesis, la evolución y las ramificaciones del movimiento”. Para ello, reconoce que se requiere “una investigación social de gran escala” sobre un movimiento que surgió entre una ciudadanía que había sufrido “un golpe de estado” de los mercados“ que se plasmó en el cambio del artículo 135 de la Constitución Española, ”y la oposición, tanto en el parlamento, como en la calle, no supo poner el acento en que lo que estaba en juego era la propia democracia“.

En esta línea, concibe el 15M como “un desbordamiento de las instituciones, que 'no nos representan', y de las organizaciones sociales que venían canalizando la crítica sociopolítica”. Por ello “desde el primer momento se trata de crear un espacio transversal dónde los ejes son la regeneración con una participación ciudadana que compense las presiones y los límites que la democracia representativa sufre por su dependencia de los bancos, reconocidos como principales causantes de la crisis”.

Para Esteban de Manuel, una de las claves de la respuesta que tuvo el movimiento fue que “no bastaba con un cambio del partido del gobierno, que ya se habían venido sucediendo”. Es más, sugiere que hay partidos políticos, como el PSOE, que todavía no han entendido que esos relevos “permiten continuar la línea de contrarreformas laborales, privatización de servicios públicos, cesión de soberanía política en favor del FMI, el BCE y la Comisión Europea, firma de tratados de libre comercio que reducen el margen de la democracia...”.

Finalmente, ve un punto de inflexión en 2013: “Tras los primeros años de contrarreformas del PP que profundizaban aún más las desigualdades, que rescataban bancos y facilitaban el desahucio exprés, que limitaban el derecho de protesta y pretendían amordazar a la población... se creó un clima favorable para que el 15M tenga una plasmación política que se plantee que sólo un nuevo sujeto que recoja las aspiraciones del movimiento, desde dentro de las instituciones, podría dar curso al proceso constituyente”.

Otro activista del 15M desde los primeros momentos fue Carlos Cano (Castro del Río, Córdoba, 1989), conocido sobre todo porque fue condenado a tres años y un día de prisión por un delito contra el derecho de los trabajadores junto a Carmen Bajo por participar en un piquete durante la huelga general de 2012. Ingresó en prisión el 14 de julio de 2014 si bien fue excarcelado a la espera de que el Consejo de Gobierno se pronuncie sobre su petición de indulto, respaldada por miles de firmas, y para lo que, junto a otros cuatro piquetes que han sido condenados por distintas protestas, llevan casi dos años esperando.

“Desde mi punto de vista ha sido positivo porque pese a que el movimiento se ha difuminado un poco en los medios de comunicación, su espíritu ha quedado imbricado en la sociedad”. En este sentido, apunta que “se dieron pasos para el diálogo social y la participación ciudadana que a día de hoy siguen vigentes y se refleja en la situación política por más que les pese a algunos”. Coincide también en que los nuevos movimientos sociales que han ido surgiendo en estos años “tienen ese carácter que los diferencia de la mayoría de los anteriores, y éste ha sido un gran salto”.

Cree también que el 15M “ha calado en lo cotidiano, pese a que hubo gente muy crítica con el movimiento, incluso dentro del mismo, pero es innegable que hay palabras que han entrado en el imaginario colectivo como nunca antes, tales como asamblea, horizontalidad, participación ciudadana...”. Para él, esto es clave “frente a los que querrían una neolengua como la que inventó George Orwell en 1984, que decía que cuanto menos palabras menos se podía pensar”.

Por otra parte, incide en que “nadie puede apropiarse de la representatividad del 15M, por la propia idiosincrasia del movimiento, que ha sido demasiado popular como para que pueda materializarse en un partido político”. En todo caso, entiende que el hecho de que haya formaciones que han asumido su espíritu es un valor. “Ha sido la tónica en las nuevas formaciones tras el fracaso de los dinosaurios de la política que estos últimos meses se ha visto más que nunca”, concluye.

También desde Córdoba, Pepa Bonilla, quien no se estrenaba como activista con el 15M, porque ya lo había sido contra el franquismo. Esta histórica militante ecologista y en colectivos vecinales, encontró en este movimiento “una gran satisfacción por ver despertar de manera espontánea a tanta gente joven que puso en solfa la política que teníamos y supuso un soplo de aire fresco cuando las conciencias estaban un poco dormidas”.

Destaca sobre todo que “fue una movilización pacífica y en la que, por primera vez, no se abordaban las reivindicaciones de manera sectorial, sino cuestionando todo el sistema imperante”. Igualmente, la que ha sido coportavoz de Equo en Córdoba, opina que, “pese a que en estos momentos no tenga tanto impacto lo que se está haciendo, es importante todo el trabajo desarrollado estos años en organizaciones que están cuajando”. Y termina: “Quizá no se vea con ese mismo ímpetu de hace cinco años, pero el 15M está totalmente vigente”.

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