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El cierre de 'La Verja', la pesadilla de los gibraltareños antes del referéndum

Representación de la guardia británica en Main Street.

Francisco J. Jiménez

“El jueves votaré y lo haré con el objetivo de seguir en la Unión Europea porque nos jugamos mucho”. Kathy, de 32 años, sirve un plato de fish and chips en un conocido pub de Main Street, la arteria principal de Gibraltar. No hace falta conocer mucho del Peñón para palpar la gran preocupación existente entre los gibraltareños de a pie y, paralelamente, entre los españoles que trabajan allí, porque en La Línea se registra uno de los mayores índices de paro de Europa.

Faltan algunos días para acudir a las urnas en el temido referéndum y ya hay quien asegura que “la inestabilidad de lo que pueda pasar ya se está notando en el número de turistas que estamos recibiendo”. Lo dice Héctor, camarero en una pizzería ubicada en Casemates Square. “Ya estos días ha venido menos gente y puede ser mucho peor si votan para salir de Europa. No nos queremos creer lo que dicen algunas encuestas porque eso sería como volver al pasado”.

En la memoria, el cierre de 1969

Y es que volver al pasado es hablar de una verja, de una frontera cerrada y de familias separadas. Hoy, en un sábado cualquiera y con un poco de suerte, se cruza desde La Línea casi sin esperar colas y ese flujo es negocio tanto a un lado como al otro de la aduana. Pero desde 1969 hasta 1982 se vivió un pasaje histórico que pocos quieren recordar. Paul tiene 68 años y se toma una pinta muy cerca de la Cathedral of St Mary the Crowned. Cuando se le pregunta sobre las consecuencias que podría tener el triunfo del Brexit se pone serio y recuerda: “Yo tenía una novia en La Línea. Nos conocimos en un bar y todo iba muy bien hasta que colocaron la maldita verja. Entonces no había móviles como ahora y no había forma de comunicarnos. Algunas familias tenían que verse en Tánger. Eso no puede volver a pasar, sería un desastre en todos los sentidos”.

Para concienciar a los gibraltareños de la conveniencia de dar la espalda a la salida de Europa se han creado diferentes plataformas en La Roca. Una de ellas está presidida por Gemma Vásquez, de la campaña Stronger IN Europe, que además es presidenta de la Federación de PYMES (Gibraltar Federation of Small Businesses). “Nuestro modelo se basa en la normativa europea desde que se produjo la entrada en el año 73. Todo esto nos impacta bastante y hay un gran temor a lo que pueda pasar tanto en Gibraltar como en el Campo de Gibraltar. Hay 10.000 personas que cruzan a diario para venir a trabajar aquí y nosotros no queremos perder los derechos que tenemos como ciudadanos de la Unión Europea”.

El jueves habrá 14 puntos habilitados para participar en el referéndum. De los 32.000 habitantes que tiene oficialmente Gibraltar, 24.000 están en edad de ejercer el derecho al voto y muchos lo tienen claro de antemano. Ashley es guía en una empresa que lleva a los visitantes al Upper Rock para ver los famosos monos y reconoce abiertamente que “tenemos el miedo de que se pueda cerrar la verja como pasó hace años. En el día a día no creo que nos cambie mucho, sería algo más a largo plazo. El turismo es muy importante para nuestra economía y se vería muy afectado”.

No es una zona fronteriza normal

Los servicios financieros, el turismo, el sector de seguros, el juego y los servicios comerciales del puerto conforman ahora los principales pilares de la dinámica economía gibraltareña. Juan José Uceda, de la Asociación de Trabajadores Españoles en Gibraltar, quiere ser optimista pero teme las represalias que podrían llegar desde España contra Gibraltar si Inglaterra sale de la Unión Europa. “Hay mucha preocupación porque Gibraltar no es una zona fronteriza normal. Se han sucedido acontecimientos a lo largo de los años amparados en el problema de la soberanía y los sufridores de las políticas caprichosas hemos sido los que cruzamos con frecuencia. Nosotros sabemos cómo sufren los trabajadores las largas colas, incluso de ocho horas, que se producen por medidas que vienen desde España simplemente porque no se reconoce a Gibraltar y la manera de vengarse es estrangulando la economía, sin darse cuenta de que son 5.400 los españoles que tiene contratos laborales con empresas en Gibraltar y unos 4.000 más que trabajan allí, aunque sea con contratos de empresas españolas. Todos auguramos que si se sale de la UE habrá colas desesperantes e incluso el cierre por las noches”.

Dicen de los llanitos, los auténticos gibraltareños, que no tienen un especial afecto por los españoles y que tampoco se sienten especialmente ingleses. Sin embargo, el pragmatismo inglés sí ha hecho mella con el paso de los años y los hay en Gibraltar que ya se preparan para todo. Armando es dependiente en Liberty Electronics y mientras revisa la batería de un smartphone asegura que “si salimos de la Unión Europea no pasará nada, seguro que Inglaterra y Europa llegan a buenos acuerdos y también con España. Habrá cambios y no nos interesa salir, pero tampoco será el fin del mundo”. La solución, el día 23...

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