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2014 y las cinco desavenencias en el pacto del Gobierno de Andalucía

El Parlamento andaluz rechaza el copago de medicamentos de las farmacias hospitalarias

Olga Granado

El PSOE-A e IU han tenido que hacer frente en 2014 a discrepancias en el seno del Gobierno de Andalucía que han tensado el pacto -la más grave la de la Corrala Utopía- pero la prueba de fuego para esta relación llegará en 2015, el primer año electoral que le toca a esta convivencia. De hecho, la cercanía de las elecciones municipales de 2015 ha comenzado a marcar los discursos en la recta final de 2014, con una IU soliviantando con la posibilidad de pedir una comisión de investigación sobre el fraude de formación y un PSOE-A que no termina de creerse que lo vaya a hacer. Lo cierto es que a ninguna de las dos formaciones les interesa romper un pacto que, a juzgar por las encuestas que manejan, les hace augurar que, con suerte para ellos, tendrán que reeditar cuando toquen elecciones autonómicas. 

De este modo, enero marcará la nueva estrategia de IU, empeñada en reivindicar su papel de garante de que no haya corrupción en el Gobierno de Andalucía, como en reiteradas ocasiones han manifestado las últimas semanas sus líderes. Sin ir más lejos, el portavoz parlamentario de IU, José Antonio Castro, atribuía a esta formación que el consejero de Educación, Cultura y Deporte, Luciano Alonso, comparezca periódicamente para dar explicaciones sobre el fraude de formación. Igual que el coordinador regional de IU, Antonio Maíllo, apuntaba a la coalición de izquierdas el hecho de que el PSOE-A hubiera renunciado a pagar la defensa de los imputados de IDEA en el caso ERE mientras se resuelve el litigio con las aseguradoras de la agencia. 

Sin embargo, la comisión de investigación con cuya posibilidad coquetea IU -incluso ha encargado a su grupo parlamentario un informe sobre las comparecencias de Luciano Alonso para ver si se justificaría- no es probable que rompa el pacto, por lo menos oficialmente. Primero porque es muy poco probable que se proponga, como ha reconocido el propio José Antonio Castro, quien ha matizado su discurso y dicho que se haría “con la firma” de los dos socios, mientras que el consejero de Presidencia, Francisco Jiménez Barrios, incluso ha afirmado que no contempla un escenario en el que vayan a proponerla. Y segundo porque la presidenta, Susana Díaz, nunca cometería la torpeza de romper el pacto por el hecho de que IU insistiera en investigar la corrupción cuando ella presume de haberse convertido en emblema de la lucha contra este problema: “Nadie me va a dar lecciones de la lucha contra la corrupción”, “en la lucha contra la corrupción nadie me gana”, “seré implacable contra la corrupción”, “la corrupción me parte el alma”... frases recurrentes en sus intervenciones.

En este contexto, recordamos las diferencias más sonadas del año entre los dos socios:

  1. Corrala Utopía. El furor de la primavera trajo la mayor crisis vivida en el seno del Gobierno de Andalucía, cuando el pacto estuvo “suspendido” por 48 horas. La presidenta retiró la Consejería de Fomento y Vivienda, en manos de IU, las competencias en materia de adjudicación por la gestión que hizo en el realojo de los ocupas de la conocida como Corrala Utopía en la capital hispalense. El comité de enlace negoció y se firmó la paz en un conflicto en el que IU se creyó vencedora porque el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) avalaría luego los realojos mientras que desde el PSOE-A se entendía que el pulso lo ganaban ellos con una presidenta ejerciendo el mando sin que le temblara el pulso.
  2. Instituto de Crédito de Andalucía (ECA). En octubre, y en el marco de la negociación de los presupuestos autonómicos de 2015, el PSOE-A e IU escenificaron sus diferencias en la creación de este órgano y especialmente en los plazos y en la capacidad de captación de recursos privados que tendría. Finalmente se ha aprobado el anteproyecto de ley para su creación antes de que acabara el año, como exigía IU, y respetando lo ratificado en el grupo de trabajo que se creó en el Parlamento de Andalucía para su puesta en marcha.
  3. Elaboración de los presupuestos autonómicos. La tensión generada la hora de elaborar las cuentas es un clásico. En 2013 el motivo fue si se incluía o no una tasa a las grandes superficies que exigía IU, y en 2014, la citada cuestión de la banca pública y el hecho de que la propia presidenta generara un escenario de fractura cuando reabrió el debate de un posible adelanto electoral si la federación no respaldaba las cuentas. En realidad manifestaba una obviedad pero en IU molestó que resucitara ese runrún que persigue a los socios desde que ella llegó al poder.
  4. Reforma de la LOUA. En septiembre, la reforma de la Ley de Ordenación Urbanística de Andalucía (LOUA) para permitir la regularización de miles de viviendas ilegales también generó un conflicto cuando IU anunció que no respaldaría esta “amnistía” y votó en contra de la modificación en el pleno del Parlamento de Andalucía. Negociaciones posteriores permitieron a los socialistas convencer a sus socios de la idoneidad de la propuesta, que finalmente fue aprobada en el Consejo de Gobierno a gusto de los dos.
  5. Corrupción. Más recientemente, la tensión se ha generado por la cuestión referida más arriba de la corrupción y de si habrá o no comisión de investigación, cuando los socios han rechazado sistemáticamente las cinco pedidas por el PP-A. IU ha matizado los últimos días sus intenciones, y en un comunicado ha expresado que el respaldo de los socialistas “no es una condición”, sino un “deseo” a la hora de sacar adelante una comisión de investigación. No ha ayudado a las relaciones que José Antonio Castro dijera que “el PSOE lleva en su ADN la corrupción”. Una frase que el PP-A está usando hasta la saciedad para echar leña al fuego mientras los socialistas se preguntan que entonces por qué gobiernan con ellos. No deja de ser producto de la cierta esquizofrenia que vive IU por marcar distancias con el bipartidismo denostado por el empuje de Podemos, que ha rentabilizado mejor propuestas que siempre ha defendido la federación, que a su vez se quedó sin el discurso de ser “la alternativa” cuando entró en el Gobierno de Andalucía. La cuestión de la defensa de los imputados de IDEA ha dado alas a IU para reivindicar que obligó a recular a sus socios. En el PSOE-A molestó que sacara a relucir una cuestión que se había abordado en la “normalidad” del comité de enlace y donde “ambas formaciones” llegaron a la conclusión de que no era oportuno. 

Sirve este breve resumen de las discrepancias también para dejar en evidencia que se han intensificado en la recta final del año, como muestra de las estrategias por la proximidad de una nueva cita con las urnas.

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