Ya es primavera en Andalucía

Cuando aún no han terminado las “rebajas” de enero, la presidenta de la Junta de Andalucía, ya ha abierto la puerta a la próxima cita primaveral, disolviendo el Parlamento y convocando elecciones anticipadas para el segundo día de la estación del amor.

Susana Díaz ha respondido al envite de los socios de Gobierno, previsto en forma de referéndum interno para junio, con el órdago de elecciones anticipadas para marzo. A Maíllo y los suyos, que pretendían escenificar un “alejamiento” electoral de los primos de Zumosol, les ha salido el tiro por la culata de la forma más explosiva posible.

Es probable que la presidenta de la Junta llevara tiempo buscando un Pisuerga que pasara por la Valladolid de la convocatoria adelantada de elecciones; y miren ustedes por donde, se lo ha servido en bandeja una Izquierda Unida absolutamente perdida entre la fagocitación de Podemos y la necesidad de escenificar su protagonismo en el Gobierno de coalición.

Con un ojo puesto en Podemos y el otro en el PP, a Susana Díaz le ha venido como un guante que IU pusiera fecha de caducidad al pacto de Gobierno con esa convocatoria de referéndum interno para que sus militantes decidieran sobre la continuidad o no de la coalición con los socialistas. Tenía Susana muy difícil adelantar elecciones -como por otra parte parece que le aconsejaban las encuestas- una vez que IU, se envainó sus amenazas de no aprobar el presupuesto y, miren ustedes por donde, la oportunidad se le presentó en forma de referéndum. Aquí ya no le quedaron dudas y la convocaroria electoral ha sido un hecho.

Nadie parece “comprar” una supesta inestabilidad en la que la Presidenta ha basado el adelanto electoral, entre otras cosas porque nada da más estabilidad a un Gobierno que un presupuesto aprobado. Tampoco parece que las elecciones sean una demanda de los andaluces que ciertamente no andan manifestándose de Ayamonte a Vera por votar antes de tiempo y aún menos se percibe la “radicalización” de IU argumentada por Susana, máxime cuando ante la posibilidad ahora confirmada, IU volvió a replegar velas negando el referéndum y olvidando el viaje de Valderas a los campamentos saharauis de Tindouf.

Si ninguna de las razones esgrimidas por la lideresa parece ser lo suficientemente convincente, habrá que convenir que este adelanto electoral se produce fundamentalmente por razones de oportunidad. Susana Díaz ha llegado a la conclusión de que cada día que pasa menguan las opciones electorales del PSOE. De mantenerse la dinámica en que nos encontramos, unos comicios andaluces dentro de quince meses, tras los posibles descalabros en las municipales de mayo y las generales de fin de año, tendrían para la presidenta muchas menos garantías de las que le ofrece la convocatoria anunciada ayer que, de cumplirse los pronósticos demoscópicos, dejaría a los socialistas a las puertas de la mayoría absoluta.

Añadan ustedes el escaso entusiasmo que provocaban en Susana Díaz los compromisos heredados de su mentor Griñán en el pacto de Gobierno con IU -banca pública, banco de tierras, etc- y el convencimiento de que tanto a Podemos como al PP les haría falta más tiempo para estar a punto... y tendrán todos los ingredientes necesarios para la elaboración de este menú electoral adelantado.

Es cierto que en una decisión de estas características siempre hay un riesgo y Susana Díaz lo sabe, pero de salirle bien la jugada su liderazgo crecería exponencialmente, e incluso podría presentarse como el elemento catalizador de una hipotética mejora de resultados de su partido en las siguientees citas electorales, municipales y generales. Ese “efecto Susana” sería el mejor aval para el tan cacareado salto de Susana Díaz al escenario político nacional, que en modo alguno adivino se vaya a producir de cara a las generales de fin de año.

Donde sí va a tener que demostrar la trianera su capacidad negociadora será en el día después. De no conseguir una más que difícil mayorìa absoluta, el abanico donde encontrar socios de Gobierno va a ser muy complicado. Con IU, por el despecho reciente de su ruptura; con Podemos, porque no están dispuestos a que el personal les identifique con ninguno de los protagonistas de su denostado bipartidismo; y con el PP, porque el desastre del PASOK en las elecciones griegas demuestra los peligros para el socialismo de un posible pacto con la derecha.

Por cierto, qué gran oportunidad ha perdido la secretaria general de los socialistas andaluces para demostrar con hechos sus enérgicas palabras contra la corrupción, dejando sin la cobertura de la diputación permanente a los aforados incursos en las investigaciones de la jueza Alaya.

Así las cosas ... Ya es primavera -electoral- en Andalucía.