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La cuenta atrás de Griñán o el calendario de la incertidumbre

Griñán sobre los comicios dice que "el futuro no está escrito y las estrategias no se cuentan"

Olga Granado

La cuenta atrás –de días, semanas o meses- para que José Antonio Griñán deje la presidencia de la Junta de Andalucía ha abierto un periodo de incertidumbre para que los propios socialistas se inquieten, los populares le exijan que deje de prolongar su “agonía” política e IU se reconozca incómoda en este terreno de la duda. Pese a que el presidente ha dicho insistentemente que agotará la legislatura, ya ni siquiera en el PSOE-A lo dan por sentado, después de que la consejera de Presidencia e Igualdad, Susana Díaz, se haya convertido en la nueva candidata de los socialistas para las próximas elecciones autonómicas.

La cuestión es el momento en que dimitirá el también secretario general del PSOE-A, y puede elegir para ello cualquiera, igual que para anunciar que no repetía como candidato recurrió al Debate del Estado de la Comunidad. El PP-A está convencido de que el presidente se irá cuando se acerque su imputación o la de más miembros de su equipo en el caso ERE -que investiga la corrupción en la concesión de estas subvenciones por extinción de contratos- por lo que le urge a “que no aplace más lo inaplazable”. Son palabras del secretario general de los populares, José Luis Sanz, quien este lunes ha anunciado que pedirán “un pleno extraordinario en el Parlamento de Andalucía para debatir sobre la estabilidad” institucional a raíz de este relevo. El inevitable contagio de lo orgánico -la elección del nuevo candidato de los socialistas- a lo institucional -la tarea de Gobierno cuando la elegida no es todavía ni la jefa en San Telmo, como tampoco en el partido- preocupa a los populares, que insisten en los peligros de la “bicefalia”.

Sanz ha recalcado también que contemplan “todos los escenarios”, pero que “un adelanto electoral en Andalucía distorsionaría la ya casi recuperación económica que se estamos viviendo en España”. Sobre el hecho de que esa posibilidad vaya a pillarles con el pie cambiado, dado que los populares no tienen todavía cabeza de cartel, lo ha negado tajantemente y ha insistido en que “cuando llegue el momento oportuno el PP-A anunciará su candidato”, igual que “estaba preparado y conocía esta espantada de Griñán”.

“Rumorología”

En este contexto, el vicesecretario general de los socialistas, Mario Jiménez, ha preferido restar importancia a lo que ha calificado de “rumorología”, si bien ha tenido que admitir lo evidente, que no puede decir por dónde van a salir las cosas: “Ese tipo de decisiones las toma exclusivamente el presidente de la Junta de Andalucía”. Jiménez considera una “tomadura del pelo” que el PP-A hable de “inestabilidad” y se ha remitido al comité director del PSOE-A que tiene lugar este miércoles y donde Díaz será proclamada candidata, culminando así el proceso de primarias desarrollado en tiempo récord tras el anuncio de retirada de Griñán. Precisamente, muchos socialistas opinan que lo que el secretario general del PSOE-A diga en ese comité director será clave.

En el PSOE aseguran estar preparados para todos los escenarios tras la proclamación de Díaz. “Desde ese momento estaremos preparados para cualquier escenario, absolutamente cualquier escenario”, ha enfatizado. Panorama que no se ha atrevido a asegurar que no sea otro repentino anuncio del presidente -“griñanada” es la terminología que usan algunos, incluso dentro del PSOE, para definir estos movimientos- diciendo que lo deja ya, sin esperar al cierre de los presupuestos autonómicos en el último cuatrimestre del año.

IU, por su parte, advierte de que un relevo en la presidencia no va a paralizar la gestión que comparten con los socialistas. Su coordinador regional, Antonio Maíllo, ha remarcado que lo que acontece en el interior de un partido “no puede paralizar la labor de Gobierno”, y se ha mostrado confiando en que la “solidez” del pacto basta para afrontar los cambios que lleguen. De todas maneras, la coalición de izquierdas no está a gusto con esta situación, como ya lo demostró Maíllo cuando criticó que Griñán eligiera el Debate del Estado de la Comunidad para anunciar su renuncia, al recalcar que era “un foro para debatir los problemas que preocupan a Andalucía y no para cuestiones orgánicas”.

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