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La hora de la investidura: camino del no de la oposición en la primera votación

Díaz y Moreno Bonilla se saludan en la Cámara

Mónica Ureta

  • El PP ve un “antes y un después” del rifirrafe del jueves en la Cámara y ni siquiera se plantea volver a sentarse con el PSOE

“Nadie está pensando en blanquiverde”. La frase, de un diputado andaluz, resume gráficamente las posturas de los partidos en el arranque de la X Legislatura, un mandato que se antoja duro y hostil. Después del encontronazo protagonizado por PP y PSOE este jueves en la constitución del Parlamento (el resto de grupos observaron el “sainete” asombrados), ahora toca encarar el debate de investidura, prevista como máximo para el 29 de abril.

Pero, si la conformación de la Mesa de la Cámara dejó entrever las disputas más aguerridas entre los grupos, el camino hacia la investidura se prevé más complicado aún. Los socialistas tienen que intentar recabar apoyos contrarreloj, ya que para la elección de Susana Díaz necesitan la abstención del PP ( con Podemos no sería suficiente) o el ‘sí’ de Ciudadanos. Todas las formaciones han dejado claro que votarán ‘no’ en primera vuelta y, de momento, mantienen el rechazo en las siguientes votaciones. Hay dos meses de margen para elegir a la presidenta de la Junta. Si no sale adelante, el Parlamento se disolverá y habrá elecciones de nuevo en septiembre.

A ningún partido le interesa repetir las autonómicas pero lo que parece cada vez más claro es que ningún grupo de la oposición se va a mover del ‘no’ a Susana Díaz antes de las municipales del 24 de mayo. Hay mucho en juego. Nadie quiere mover ficha hasta entonces porque de hacerlo se retrataría ante un año cargado de citas electorales (municipales, catalanas en septiembre y generales). Si hace poco había voces en el PP-A que apostaban por pasar página al “trance” de las autonómicas (han perdido 17 diputados), ahora en el partido todos opinan que antes de los comicios locales sería “suicida” barajar si quiera una abstención. Para los populares, además, hay un antes y un después de lo sucedido este jueves en el Parlamento, tanto por el reparto de los miembros de la Mesa –el PP estudia recurrir que en virtud del Reglamento se le haya adjudicado un solo sillón- como por la persona aupada a la presidencia de la institución, Juan Pablo Durán, líder de los socialistas de Córdoba y azote de la derecha.

“El PSOE ha quemado todos los puentes. Las muestras que ha dado son claras y en nuestro espíritu ya no está negociar nada con el PSOE”, aseguran fuentes populares. El PP repite machaconamente que la “inestabilidad” que se evidencia en Andalucía es “solo culpa de la señora Susana Díaz”, por haber adelantado las elecciones. Y dirigentes populares dan por hecho que antes de las municipales “no se va a mover nada”. Sin embargo, algunos socialistas están convencidos de que el principal partido de la oposición no va a poder aguantar sobre sus hombros la “presión” de bloquear durante otro mes y medio el gobierno de Andalucía.

Podemos, partido clave con 15 escaños, tampoco tiene previsto sentarse con el PSOE de aquí a la primera vuelta de la investidura. “Si nos llaman más adelante, ya veremos, pero nosotros volveremos a presionar con nuestras medidas”, explican fuentes del partido morado. La formación de Teresa Rodríguez no piensa moverse ni un ápice de sus tres bloques de reivindicaciones: reducir drásticamente los altos cargos y personal a dedo en la Junta (limitando a dos los cargos políticos por consejería) para ahorrar 23,3 millones, romper relaciones con los bancos que desahucien y exigir la dimisión inmediata de José Antonio Griñán y Manuel Chaves. “Podemos es muy claro, no tiene aristas ni entra en el juego de PSOE y PP”, subrayan desde esta formación.

En la intensa ronda de negociaciones que abrió el PSOE con cada grupo para constituir la Mesa del Parlamento –y, de paso, tantear la predisposición hacia la investidura- no halló ningún aliado, pero sí encontró “entendimiento” con Ciudadanos. El partido de Albert Rivera, que dio la sorpresa el 22 de marzo al lograr nueve escaños, aceptó desde el principio que la presidencia del Parlamento fuera para el PSOE y no batalló por los sillones de la Mesa de la Cámara. Pero, de cara a las conversaciones para la investidura, Ciudadanos asegura que mantendrá su misma línea roja que hasta ahora: la aceptación por parte del PSOE de un decálogo anticorrupción. Medidas “asumibles” para los socialistas excepto la dimisión inmediata de los expresidentes andaluces.

IU, con cinco diputados, no será determinante en el juego de alianzas de cara a la investidura, pero tiene claro que votará ‘no’ a Díaz “cuantas veces haga falta”. “Si alguien nos llama, lo escucharemos, pero la posición es inamovible”, afirman desde la federación de izquierdas. Desde IU consideran que al PP le “viene bien” sacudir el “argumento de la inestabilidad” antes de las municipales y ven a Podemos y Ciudadanos “muy constreñidos por lo que manda Madrid o Barcelona”. IU critica, además, que el PSOE “no haya tenido cintura” en sus nombramientos en la Mesa (todos secretarios provinciales).

En este escenario de falta del consenso, organizaciones sociales, empresarios y sindicatos observan con gran preocupación el bloqueo político. Tanto UGT como CCOO, organizaciones agrarias, Cámara de Comercio o la patronal piden a todos los partidos que hagan un esfuerzo para que Andalucía tenga cuanto antes un nuevo Gobierno, algo que ya se ha demostrado que no va a ser nada fácil.

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