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Los fiscales dan munición política con la corrupción en Andalucía en plena incertidumbre nacional

La Fiscalía pide seis años de cárcel para Griñán y diez de inhabilitación para Chaves por el caso ERE

Olga Granado

El punto de mira por la corrupción estaba desde el pasado martes en la costa levantina y apuntando de lleno a las filas del PP, pero de repente giró a Andalucía, tras conocerse el escrito de acusación de la Fiscalía Anticorrupción contra los expresidentes Manuel Chaves y José Antonio Griñán por el caso ERE, en una coincidencia que no ha evitado criticar el PSOE-A porque no estaba previsto que fuera hasta octubre. Sin embargo, el PP tampoco iba a salir bien parado: horas después trascendían denuncias de las correspondientes fiscalías contra dos de sus pesos pesados en Andalucía, la senadora Ángeles Muñoz, y su presidente provincial en Almería, Gabriel Amat.

Una cascada que ha dado munición política en plena incertidumbre nacional y donde muchos ojos miran a Andalucía porque a su presidenta y secretaria general del PSOE-A, Susana Díaz, habida cuenta de su papel como referente en el partido, le piden responsabilidades desde uno y otro lado para que contribuya a desbloquear la investidura, y ella ayuda “en todo lo que pueda”.

De este modo, la semana empezó negra para el PP después de trascender el pasado martes que el Tribunal Supremo (TS) iniciaba una causa contra su senadora Rita Barberá por blanqueo de dinero en su etapa como alcaldesa de Valencia, y por su posterior decisión de darse de baja del partido pero conservar el escaño, a lo que se unió que poco después trascendían nuevas informaciones del sumario del caso Taula que vinculan al expresidente de la Comunidad Valenciana, Francisco Camps, en la financiación ilegal de los populares en dicho territorio.

Todo ello había servido para alimentar todavía más la petición que desde hace días se viene haciendo desde el PSOE-A para que Mariano Rajoy dé un paso atrás, como condición en la que los socialistas podrían plantearse abstenerse en la investidura de otro candidato del PP. La propia Susana Díaz defendía el pasado miércoles, por primera vez abiertamente, que Mariano Rajoy “no puede seguir gobernando”, mensaje que acompañaba de otro dirigido a Pedro Sánchez: “Con 85 escaños no se puede gobernar este país” y abogaba por “hacer una oposición útil”. Por lo que sin decirlo -otro barones sí lo han hecho- insinuaba que se podría despejar el camino para que trabaje por la abstención en el seno de su partido.

Es más, en plena polémica por un Mariano Rajoy acorralado por el pulso de Rita Barberá, Susana Díaz se sumaba a otros destacados del PSOE -Alfredo Pérez Rubalcaba y Eduardo Madina, por ejemplo- que convertían esa jornada en algo muy importante salir en defensa del presidente de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, quien se había sentido atacado tras reprochar a Pedro Sánchez su falta de diálogo y es de los que el resto de los barones ha echado para adelante para que diga sin tapujos que hay que abstenerse para que gobierne Mariano Rajoy.

De nuevo, los ERE

Sin embargo, el PP encontraba justo al día siguiente la noticia, por otro lado esperada, que saltó a todas las portadas nacionales y le permitía sostener que la líder del PSOE-A está deslegitimada para pedir que se vaya Mariano Rajoy: sus padrinos políticos, Manuel Chaves y José Antonio Griñán, conocían el escrito de acusación de la Fiscalía Anticorrupción que pide 10 años de inhabilitación para el primero y seis de cárcel para el segundo.

“Susana Díaz tiene que actuar con humildad y respeto [...] porque esa mala política que le gusta practicar la descalifica a ella misma”, ha declarado tras conocer los hechos la secretaria general del PP-A, Dolores López, quien se remitía a un comentario en las redes sociales de la líder del PSOE-A en el que apuntaba Mariano Rajoy “le toma el pelo a todos los españoles” porque permite que Rita Barberá “se ría de todos y se quede aforada en el escaño que le regaló el PP”.

Y es que la novedad en el caso ERE convirtió la tarde del pasado jueves en una tormenta perfecta con la que el PP-A se apresuró en convocar una rueda de prensa “urgente” para cargar contra Susana Díaz, mientras el PSOE-A, por su parte, respondía con un comunicado en el que no ocultaba su “sorpresa” por la fecha del escrito de acusación, cuando había de plazo hasta el 15 de octubre, y recordaba que los dos expresidentes hacía tiempo que habían reaccionado, primero renunciando a sus escaños de senador (José Antonio Griñán) y diputado (Manuel Chaves) y luego dándose de baja en el partido el pasado mes de junio. No lo decía el comunicado, pero se leía entrelíneas: “¿Y Rita Barberá, qué?”.

Desde el PSOE-A se reiteraba también la confianza absoluta en la “honestidad” de los expresidentes, con una contundencia que continúan echando en falta en la dirección nacional porque el equipo de Pedro Sánchez se remitió a ese comunicado, en el marco del pulso que mantienen los andaluces con la dirección nacional del partido y con su oposición total a que intente su investidura, que pese a que la ven imposible “porque no suma”, no dejan de inquietarle los movimientos del líder las últimas semanas. Tanto como inquietan en Ferraz los movimientos de Susana Díaz con viajes -“por asuntos privados”, según la versión oficial- que se han sucedido las dos últimas semanas a Madrid y que en la dirección nacional ven como parte de las maniobras para torcer el brazo a Pedro Sánchez.

Gabriel Amat y Ángeles Muñoz, a escena

Pero la cosa no terminó ahí el pasado jueves, pese a que Manuel Chaves y José Antonio Griñán iban a continuar en primera línea del bombardeo mediático, saltaban otras dos noticias que servían a los socialistas para rebajar el entusiasmo de los populares, y que también trascienden las fronteras de Andalucía.

Por un lado, la Fiscalía de Almería ha denunciado a Gabriel Amat por los posibles delitos de prevaricación y tráfico de influencias con contratos del Ayuntamiento de Roquetas de Mar, que preside, y que desde el PP han calificado de “persecución política”. Y por otro, el fiscal jefe del área de Marbella, Julio Martínez Carazo, ha iniciado una denuncia contra la exalcaldesa de la ciudad, Ángeles Muñoz, por presunta falsificación del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) del municipio en 2009. Se da la circunstancia de que Gabriel Amat es también presidente provincial del PP, presidente de la Diputación de Almería, miembro de la dirección nacional del partido y presidente del comité electoral del PP-A que elige las propuestas para senadores. Y Ángeles Muñoz es senadora, por lo que ya hay quien se pregunta si hará como Rita Barberá. “Se le acumulan los escándalos. Es el segundo caso en dos días de senadoras del PP”, ha remarcado el secretario general del PSOE en el Congreso de los Diputados, Miguel Ángel Heredia.

Porque si se trata de comparar, no se cortan ni los ministros en funciones. El de Asuntos Exteriores y diputado del PP por Alicante, José Manuel García-Margallo, comparaba este viernes en una entrevista en Antena 3 “los 741 millones de euros” presuntamente malversados en el caso ERE con “la donación de 1.000 euros” por la que se investigará a Rita Barberá.

En resumen, en un contexto en el que hay una coincidencia mayoritaria en que España no puede ir a unas terceras elecciones generales, los partidos calientan motores por si acaso y la corrupción continúa siendo el arma favorita para desacreditar a los rivales. En definitiva, entre el “no es no” y el “y tú más”.

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