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La Falange presume de sede ocupada en un edificio público de un pueblo de Teruel

Cartel recolocado por la Falange en el edificio que usan como sede no oficial.

Elisa Alegre Saura

Teruel —

A Javier García le decían aquello de “déjalo morir”, pero, como teniente alcalde de Castelserás (Teruel) por el PSOE, y a pocos días de convertirse en alcalde por un acuerdo de gobierno a comienzos de la legislatura, ha decidido actuar ante la “calma tensa” que se ha vivido en el pueblo durante 40 años, en los que Falange ha utilizado un edificio del pueblo público como sede sin que nadie lo impidiera.

Hace unas semanas acudió al municipio un funcionario autonómico para visitar este edificio, propiedad del Ejecutivo aragonés transferido por el Estado, para valorar su Estado e inventariar su contenido. Una práctica habitual en el extenso patrimonio de la Administración autónoma, que se realiza cuando se plantea sacar a subasta estos inmuebles, explican desde el Gobierno de Aragón.

Pero lo que encontraron este funcionario y el propio teniente alcalde que le acompañó era “una cápsula del tiempo, ni Cuéntame puede recrear esto”, explica García. En el edificio hallaron una sala de retratos de muertos en la Guerra Civil en el bando nacional, mesas llenas de papel de calco y patrones bordados de la sección femenina e incluso una lista en la que aparecían nombres de vecinos del pueblo, catalogados como “rojos” o “azules”, según cuenta García.

El funcionario tomó nota de todo y al ver el cartel que había en el balcón con el nombre de la Falange, oxidado por el paso del tiempo y en el que apenas se leía nada, lo retiró a una de las habitaciones. La sorpresa llegó cuando dos semanas después, el cartel volvió a aparecer en el balcón de este edificio público, pero esta vez pintado de tal manera que las letras habían recuperado todo su esplendor.

Falange reivindica así sus derechos sobre el edificio que, reconoce García, han utilizado desde hace décadas como sede no oficial. Allí guardan las pancartas que utilizan en las elecciones y en su puerta cantaron el Cara al sol el pasado 1 de noviembre. En esa fecha habían solicitado permiso para hacer un acto de exaltación a los fallecidos en el bando nacional durante la guerra en el cementerio de la localidad, acto que el propio García como alcalde en funciones les denegó. Así y todo, llevaron a cabo el acto y acabaron el día frente a su sede no oficial, recordando tiempos que ya parecían olvidados.

García, que lleva apenas tres años viviendo en el pueblo, dice que se ha cansado de esta situación y por ello ha decidido denunciar a “estos nostálgicos por no llamarlos de otra manera”, y lo hace público, dice, porque tiene miedo a represalias. “Los falangistas del pueblo no van a mover un dedo contra mí, pero temo que llamen a cuatro fanáticos, que son los que más levantan la voz, y que vienen al pueblo a cantar el Cara al sol para que vengan a amedrentarme”.

Denuncia que esta es una “situación anómala no, lo siguiente” y que a estas alturas del siglo XXI “hay que rebelarse contra ellos porque nos rigen los valores democráticos, basta ya de abusos”.

García ha puesto en conocimiento del Gobierno de Aragón estos hechos y “están por la labor de actuar de forma contundente”. Así, fuentes del Ejecutivo han confirmado a eldiario.es que volverán a retirar el cartel y solicitarán la llave al vecino del pueblo que la tenía y que fue quien les abrió.

Añaden, además, que al Gobierno de Aragón “no le consta ningún documento de cesión de uso del edificio a Falange” y destacan que mantienen su intención de sacarlo a subasta en los próximos meses.

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