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Sobre este blog

El caballo de Nietzsche es el espacio en eldiario.es para los derechos animales, permanentemente vulnerados por razón de su especie. Somos la voz de quienes no la tienen y nos comprometemos con su defensa. Porque los animales no humanos no son objetos sino individuos que sienten, como el caballo al que Nietzsche se abrazó llorando.

Editamos Ruth Toledano, Concha López y Lucía Arana (RRSS).

Otra Semana Grande es posible para los animales en Bilbao

Txosna de Piztiak en Aste Nagusia 2014 ©Piztiak

Lucía Arana

“Solo hay una Semana Grande

de diez noches

en todo el mundo.

En agosto,

todos juntos, en Bilbao,

hasta los gatos están de fiesta.“

(Badator Marijaia, himno de la Aste Nagusia)

La Semana Grande (Aste Nagusia) de Bilbao es algo extraordinario, y no sólo por los litros de kalimotxo que se consumen. Desde el año 1978 son no tanto las administraciones como los propios habitantes de la villa quienes organizan sus fiestas. A través de las comparsas, o grupos populares, la ciudad se convierte en el escenario de unas celebraciones llenas de actividades por y para la gente. Cualquier inquietud cultural, política o social tiene presencia en la Bilboko Konpartsak, federación que engloba a 32 comparsas y congrega a miles de personas, que son el alma de la fiesta en el botxo.

Las comparsas suelen estar vinculadas a un barrio o distrito bilbaíno. Algunas centran su mensaje en la ecología y el medio ambiente, otras trabajan apoyando la normalización del euskera, algunas publican su propia revista, las hay que se dirigen especialmente al público juvenil, las que centran sus esfuerzos en el feminismo y la igualdad, algunas organizan salidas al monte, otras concursos gastronómicos y muchas trabajan en torno a las carencias de su zona. Y todas ellas montan, con gran trabajo e ilusión, sus txosnas con música, comida y mucha bebida, que se reparten por la zona del Arenal durante los días festivos.

Una de las comparsas más jóvenes e innovadoras es Piztiak que, como su propio nombre indica (bestias, fieras, animales sin domesticar en euskera), es la comparsa que defiende el antiespecismo. Gracias a ella, el papel de los animales durante algo tan arraigado y querido por los bilbaínos como son sus fiestas, va más allá de ser el mero ingrediente de un pintxo. De hecho, el veganismo está ya completamente normalizado en las distintas actividades organizadas por la federación y la mayoría de las comparsas ofrece ya alternativas sin ingredientes de origen animal en sus txosnas.

Defender a los animales puede ser una tarea ingrata que te sitúa, sin quererlo, en un mundo paralelo al del resto de la sociedad. Las protestas en la calle, importantes y necesarias, son observadas por muchos con curiosidad pero desde la distancia, como algo que no tiene nada que ver con ellos, con su vida diaria. Es por ello que entrar de lleno en el corazón de las costumbres de un pueblo es un logro importantísimo que dice mucho, y muy bueno, tanto de los miembros de la comparsa animalista como del resto de la sociedad bilbaína.

“Para entender Piztiak, se debe entender el marco político, cultural y social en el que se desenvuelve”, nos cuentan desde el grupo de coordinación de la comparsa. “Las actividades festivas de Bilbao, al ser promovidas de forma participativa y popular, nos permiten la creación de sinergias con los distintos movimientos sociales, políticos y culturales.”

Irene Ortiz de Anda, Oskar Melgar y Emilio Almaza son los fundadores de Piztiak y los tres provienen de diferentes colectivos de base del movimiento antiespecista. A finales del año 2012 comienzan, junto a un grupo de activistas, a desarrollar el proyecto, que adquiere forma jurídica a mediados del 2013. Es entonces cuando la Federación de Comparsas acepta el ingreso provisional, ratificado en julio de 2014.

Aunque en sus inicios la financiación tuvo que provenir de aportaciones de particulares y de algunos colectivos que apoyaron a la nueva comparsa de forma puntual, en la actualidad Piztiak se ha convertido en un grupo completamente autogestionado que no precisa de ayuda económica externa.

“Desde una perspectiva patrimonial, en nuestro segundo año de vida hemos logrado no solo la propia sustentación del proyecto, sino que ya contamos, y ponemos a disposición de todas las personas o grupos de forma incondicional, con un local polivalente en una céntrica calle de Bilbao y con diverso material informático y de difusión de los derechos de los animales”.

Y es que, más allá de disfrutar de la fiesta, Piztiak nace para brindar apoyo a todos aquellos que trabajan por los animalesPiztiak.

Un local a disposición de todos

“Compromiso, solidaridad y persistencia” son los valores que guían el trabajo de Piztiak, que quiere consolidarse como un centro de abastecimiento de materiales e infraestructura de libre uso por parte de cualquier activista u organización.

“La ayuda se canaliza por medio de la cesión incondicional de toda nuestra infraestructura y material, así como de una importante cuota de apoyo logístico, con el fin de que los beneficiarios puedan reducir, o incluso eliminar de sus presupuestos, cualquier tipo de gasto superfluo o innecesario”, nos cuentan, “el movimiento de derechos animales no se puede dar el lujo de duplicar, triplicar o cuadriplicar los gastos.”

Para disponer del material y del local, que se inauguró hace apenas dos meses, sólo es necesario hacer una solicitud a través de www.piztiak.org, que será valorada por el comité organizativo de la comparsa.

Una Semana más Grande

Pero no sólo los animales se benefician con esta iniciativa. Hay muchas personas, entre las que me cuento, que empiezan a acercarse de otra forma a la Semana Grande gracias a Piztiak. Gente que no se sentía representada por una fiesta que, en el mejor de los casos, ignoraba el sufrimiento animal y en el peor, como sigue ocurriendo en Vista Alegre, hacía de él su plato fuerte. Colocar la empatía y el respeto hacia todos los seres en el centro de la vida social y festiva de Bilbao solo puede ayudar a promover la cultura de la solidaridad y la no violencia, algo tan necesario para crear ese mundo más justo que tanto queremos.

Ese es también el caso de Loreto, que conoció el trabajo de Piztiak por casualidad y tuvo ocasión de ser la primera txupinera vegana de la historia. Encargada de lanzar el txupin que da comienzo a las fiestas, el oficio de txupinera es tradicionalmente ejercido por mujeres de la villa. “La txupinera inaugura eventos, reparte premios, es una mujer alegre y salsera que representa toda la Aste Nagusia. Representa el espíritu del pueblo, de las fiestas igualitarias y participativas, y el de todas las comparsas” nos cuenta Loreto.

Desde el comité de coordinación lo tienen clarísimo: “Piztiak no está cerrado a nadie. Al contrario. Somos un colectivo inclusivo y tanto las opiniones como propuestas de los miembros son debatidas y tratadas -y en su caso, votadas- en asamblea. Nuestra evolución como grupo ha sido positiva y las personas que conforman Piztiak colaboran y aportan nuevas ideas para trabajar cada día.”

A pesar de su aspecto lúdico, la actividad de la comparsa no se ha alejado, sin embargo, de la militancia de base. Desde su creación no han cesado de organizar actos, seminarios, talleres, mesas informativas. A fin de cuentas, quienes forman parte de Piztiak no pierden de vista lo esencial, que defendiendo a los colectivos más vulnerables, sean humanos o animales, nos estamos defendiendo a todos.

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El caballo de Nietzsche es el espacio en eldiario.es para los derechos animales, permanentemente vulnerados por razón de su especie. Somos la voz de quienes no la tienen y nos comprometemos con su defensa. Porque los animales no humanos no son objetos sino individuos que sienten, como el caballo al que Nietzsche se abrazó llorando.

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