Chaqueta Flashpoint de Rab
Si esto fuera un vídeo de desembalaje, tan de moda, cuando tenemos por primera vez en las manos esta chaqueta, seguramente lo tercero por lo que tendríamos que mostrar sorpresa, después de su color y su ligereza — siempre si no conocemos el modelo de 2015—, es la pequeña bolsa unida con una alondra a su trabilla-colgador. Parece un error o una broma pretender que tanta tela entre en ella… pero lo hace, ¡y sin esfuerzo!
Con la prueba de su gran compactibilidad superada, abrimos el único bolsillo, habitual en las chaquetas técnicas, y encontramos unas recomendaciones e instrucciones de Rab. Junto con las pautas de lavado, la firma británica previene para que las cámaras y teléfonos que se lleven en los bolsillos se protejan de manera adecuada ya que no se puede asegurar que la humedad no llegue a su interior. Es lo honesto.
Según la web de Rab, la Flashpoint 2016 es una revisión de la premiada de 2015 pero cuesta saber qué ha cambiado. El peso oficial en talla L ha pasado de 180 a 185 gramos, sigue ofreciendo los dos mismos colores, el patrón parece igual… ¿Qué más? Con la información actual, Rab confiesa que el tejido utilizado es Pertex Shield+, y, a cambio, los datos sobre impermeabilidad (HH 20.000 mm) y transpirabilidad (MVTR 40.000 g/m2/día) que sí ofrecía para el modelo anterior (cuando el tejido con el que está fabricada se especificaba como “único para Rab”) han desaparecido. Tampoco hemos localizado el valor de transpiración RET.
Sin embargo, en la práctica y después de haber tomado contacto con ella, todo apunta a que estamos ante una chaqueta fantástica para quien busque gran ligereza y, llegado el caso, prefiera que una lluvia le moje, a ser posible de un día de verano, a encontrarse sudado por dentro y enfriado cada vez que la usa especialmente en invierno. Porque su polivalencia es grande: en su versión 2015 la marca la destinaba a alpinismo, roca y resistencia y no a hielo y expediciones; mientras que la actual se dirige a expediciones, alpinismo y hielo. Sin duda endeble para restregarse con ella puesta en chimeneas, llevar colgados 185 gramos del arnés aprovechando que la famosa bolsita dispone de trabilla para ello y gozar de una excelente protección en caso de vendaval o tormenta veraniega es algo a tener muy en cuenta, aunque Rab disponga de modelos más apropiados.
En cuanto al diseño es semejante a otras prendas técnicas de Rab, con largo de manga pensando en los movimientos de escalada y un patrón ajustado para llevar sobre una o dos capas interiores y colocar, llegado el caso, bajo una cuarta. La capucha, con volumen para usar sobre casco, protege la cara y se adapta bien a la cabeza gracias a una visera flexible de polímero y sus tres ceñidores (dos laterales y uno trasero) girando con ella sin mermar visibilidad.
Con un mínimo de costuras, de los cierres de los puños se encargan dos microvelcros, del bajo un elástico, y de la cremallera frontal un potente carro YKK Aquaguard con solapa interior. Como es habitual en las chaquetas superligeras, hace falta ayudar a la cremallera manteniendo algo de tensión y tirando sin miedo, pero con precaución para que no se atasque.
En definitiva, cuando la dinámica sea moverse mucho –cada uno a su nivel– y pararse poco en alpinismo, esquí de montaña, montañismo (no de grandes cargas ya que una fuerte presión de las hombreras de la mochila supondría un punto más débil de entrada de agua para este modelo tan fino en comparación con otros), escalada en roca (preferiblemente no para escalar con ella), bicicleta o carrera de montaña, esta puede ser tu chaqueta, ya que es muy cómoda gracias a su bajo peso y flexibilidad que funcionalmente destaca por una transpirabilidad excepcional, como mostró durante la toma de contacto practicando esquí de montaña. Ante el frío, viento y calor habitual de la primavera, la Flashpoint cumplió perfectamente tanto protegiendo como transpirando.
