Santa Brígida se convierte en un laboratorio tecnológico para mejorar la vida de sus ciudadanos

Cristina Suárez y Maikel Aguiar, los desarrolladores de la aplicación miPlaza.

Canarias Ahora

Las Palmas de Gran Canaria —

Cristina Suárez y Maikel Aguiar son los rostros visibles de Valonia, empresa que ha ideado el proyecto y la metodología de trabajo para realizar e implantar en el municipio satauteño la aplicación denominada miPlaza.

El aplicativo estará disponible en enero y para su desarrollo cuentan con el apoyo tecnológico de la empresa Inerza, cuyos responsables apuestan por esta iniciativa comunitaria y social dentro de la diversificación de sus actividades en el entorno de las Tecnologías de la Información y Comunicación.

Dicha empresa culmina las mejoras y arreglos planteados en este proceso de comprobación para poder tener operativa la plataforma para el próximo mes de enero.

Los responsables del proyecto consideran que este es un paso adelante en el desarrollo de iniciativas smart cities (ciudades inteligentes) para crear smart citizen (ciudadanos inteligentes) más participativos y colaborativos.

De hecho, Cristina y Maikel aseguran que en estos primeros pasos han comprobado el interés de vecinos y vecinas por este nuevo escenario que se les abre, en especial aquellas personas que se encuentran en zonas aisladas o de escasa población, pero también los que residen en el casco y en barrios más poblados y a pesar de ello manifiestan como principal preocupación la soledad.

Gracias a esta herramienta, se facilitará la movilidad de estas personas, en un principio por la necesidad de ayuda o compañía y en un siguiente paso el deseo de comunicarse y ayudar.

En realidad, no se trata de una red social, no es la plataforma para poner fotos o selfies, chistes o para enviar mensajes masivos. Se trata de recuperar los puntos de encuentro que antaño disfrutaban los vecinos y vecinas y que se han convertido en sitios de paso en una sociedad con muchos medios de comunicación pero con poca interacción comunicativa personal. “Es aplicar la tecnología a lo cotidiano”, con la participación de personas, entidades, empresas, aclara Cristina Suárez.

La falta de ése diálogo entre las personas da lugar a una actitud más crítica y fría, pero la plataforma permitirá canalizar la iniciativa ciudadana para que “aporten y contribuyan al desarrollo comunitario y no se queden en la mera protesta”.

En esta primera fase, el proyecto contempla los apartados: Proyectos, Eventos, Vecinos (perfil de cada usuario), Entre vecinos (interacción entre usuarios), Chat y Empresas. No obstante, las necesidades y las ideas que los usuarios y usuarias están planteando permitirán incrementar las funcionalidades de la aplicación.

No existe límite de edades o de otro tipo para incorporarse a miPlaza, ni hace falta ser un experto usuario de Tecnologías de la Información. De hecho, los responsables del proyecto tienen identificados los diferentes niveles de usuarios, aquellos que tienen pocas o nulas habilidades, o las que tienen poco interés o necesidad de éstas, que estarían en el punto más alejado del desarrollo, frente a los que tienen una gran habilidad y conocimiento de las plataformas TIC, así como son muy activos.

Su labor se centrará en el punto intermedio, con el apoyo a los que se encuentren por debajo de la media y con el estímulo para participar y hacer de la herramienta un recurso útil en la actividad diaria.

Para el desarrollo de actividades que permitirán difundir y consolidar la plataforma, cuentan con la colaboración de entidades como CoworkingC, Ruta 7, o las asociaciones miBarrio o Soy Mamut, con quienes van a realizar una acción comunitaria en el barrio de La Atalaya el próximo sábado.

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