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Cámara alta, política baja

Cristóbal D. Peñate

Muy poca confianza debe tener el PP en ganar las elecciones del mes que viene si designa a la delegada del Gobierno candidata al Senado, la cámara que todos critican porque no sirve para nada. Bueno, para nada más y nada menos que para regalar un buen sueldo durante cuatro años a los miembros del partido más obedientes. Algo así como una prebenda como pago a sus servicios al partido, un buen sitio para sestear como un elefante en un cementerio.

Carmen Hernández Bento, hermana de Enrique, el número dos de Soria en el Ministerio de Industria, no ha hecho otra cosa en los últimos lustros que obedecer fielmente al líder del partido, aceptar donde él le ha colocado en cada comicio, da igual que fuera en el ayuntamiento, en el cabildo, en el gobierno canario o en el estatal. Si el PP la manda al Senado (siempre que la ciudadanía la elija) es porque sabe que la Delegación del Gobierno quedará vacante para el partido. O lo que es lo mismo: el PP no renovará en el Gobierno de España. Si los populares han ensalzado a Bento en su cargo, ¿qué sentido tiene que ellos mismos la apeen del mismo, a no ser que ya sepan por las encuestas que no repetirán en La Moncloa?

Soria parece consciente de que su partido perderá las próximas elecciones, o al menos pasará a la oposición aún ganándolas pírricamente, y por eso ya va buscando colocación a sus más leales. No los quiere dejar tirados después de haberlos utilizado durante tanto tiempo. Sin ellos él no es nadie y ahora quiere reconocer públicamente a sus alumnos predilectos regalándoles una canonjía.

Si no presenta a Bento al Senado, su buena y leal subordinada se habría quedado sin trabajo en la Delegación del Gobierno ya que muy probablemente su puesto sería ocupado por un representante de otro partido. Y no está ella ahora para volver a dar clase de matemáticas en las aulas de ningún instituto. Lo que ha hecho Soria es poner la venda antes de la herida, previendo el batacazo que se va a pegar su partido, como ha venido ocurriendo en las últimas elecciones, donde el poder del PP ha ido menguando considerablemente.

Ganar 5.248 euros al mes no está mal para una profesora de matemáticas. Ya quisieran sus colegas cobrar algo parecido por dar clases cada día en un instituto grancanario. Después de cuatro años de delegada gubernativa, Bento podrá disfrutar de unas merecidas vacaciones de otros cuatro años sabáticos más en la cámara alta. Aunque a veces la política, como los grajos, vuela bajo. Y por eso hace más frío que el carajo.

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