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Despropósito investigador

José H. Chela / José H. Chela

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Pero, nada. No cambian y, además, siguen creyéndose más listos que nadie. Ahora, CC quiere que en Teobaldo Power se cree otra comisión de investigación. No para ocuparse de alguno de los tantos casos de corrupción que se registran en la Comunidad, pongamos por caso, sino para que indague en los últimos casos de niños desaparecidos en el Archipiélago: Yéremi Vargas y Sara Morales. El despropósito es inaudito, amén de populista, y sus promotores tendrían que explicárselo menudito a la gente y a las familias afectadas, porque la comisión va a ser absolutamente inútil, y sin embargo acaso cree expectativas en el ánimo del personal abocadas a la desilusión y al fracaso. En los escaños de nuestro Parlamento se sientan abogados, profesores, economistas y profesionales de muy variadas disciplinas. Pero, no hay ningún diputado-detective o criminólogo, que yo sepa. ¿Cuenta Coalición Canaria con algún Sherlok Holmes en sus filas?... ¿Hay alguna parlamentaria nacionalista con una sagacidad equiparable a la de miss Marple?... No. Ni siquiera pueden presumir de un tozudo, pero astuto sabueso, tipo Maigret? Aunque de lo que se trata no es de eso. La comisión de investigación sobre los críos desaparecidos no se propone encontrarlos. Sería una meta ridícula. El propósito del despropósito es político, hiriente, demagógico y estúpido: se pretende es investigar a los investigadores. Averiguar cómo han trabajado las fuerzas de seguridad del Estado, censurar acaso sus pesquisas y demostrar, así, el déficit de medios policiales que sufrimos en estos peñascos, lo que justificará la creación de la Policía Autonómica. Antes de que se sepa la composición de la comisión ya se han adoptado las conclusiones. La inconcebible jugada ahondará sin necesidad en el sufrimiento de quienes perdieron a sus hijos, pero no las esperanzas, generará un más que razonable malestar entre los agentes que se han ocupado de estos casos con profesionalidad, rigor y muchísimo esfuerzo (malestar que se convertirá en decidido cabreo en las alturas de los máximos responsables de estas operaciones) y nadie se tragará, al final, el demagógico colofón que nos soltarán los comisionados: la guanchancha habría dado con los pibes. Algo tan ridículo como indemostrable.

José H. Chela

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