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¡España va bien! (pero los españoles fatal)

Eusebio Bautista Vizcaíno

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Rajoy hablaba desde Veracruz (México) de lo bien que iba España, y de lo mejor que iría el próximo año 2015, con un crecimiento del PIB por encima del 2%, mayor que el de Alemania, Francia o Italia. También se arrogaba el mérito del crecimiento, gracias a las reformas que había puesto en marcha.

De esas reformas trata este artículo, para ver si el mérito es de Rajoy o es de los ciudadanos que las estamos pagando con sangre, sudor y lágrimas.

En noviembre de 2011, cuando al PP ganó las elecciones generales con mayoría absoluta, la prima de riesgo de España estaba en 463. La prima de riesgo es la diferencia entre el interés que se paga por la deuda de España y el que se paga por la deuda de Alemania a 10 años. Hoy la prima de riesgo está en 129, con lo que la deuda pública nos cuesta mucho menos. El 24 de julio de 2012, la prima de riesgo llegó a 638. A partir del 26 de ese mismo mes, la prima comenzó a descender hasta llegar, en dos años y medio, a la actual. ¿Reformas de Rajoy o milagro? Ni una cosa ni otra. El mérito fue del Presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, que el 26 de julio de 2012 dijo: “El BCE hará todo lo necesario para sostener el euro. Y créanme, eso será suficiente”

La prueba del algodón es que la prima de riesgo de Italia, el 24 de julio de 2012 había llegado a 532, y desde esa fecha hasta hoy se ha reducido hasta los 144 puntos. Queda confirmado que Mariano Rajoy y sus reformas no tuvieron nada que ver con la bajada de la prima de riesgo de España (ni de la de Italia).

Si hablamos de la deuda pública española a 30 de diciembre de 2011 era de 737.406 millones de euros, esto es el 70,50% del PIB. Hoy la deuda es de 1.020.000 millones de euros, esto es el 96,80% del PIB. O sea que en estos tres años la deuda pública ha aumentado en 282.000 euros, es decir, un 38,20 %. No parece que el aumento de la deuda sea una de las reformas que decía Rajoy.

Los datos sobre la prima de riesgo de España e Italia, así como los de la deuda pública se pueden obtener en la web www.datosmacro.com.

Veamos un tercer factor, el paro. La Encuesta de Población Activa (EPA) a 31 de diciembre de 2011 daba un total de 5.273.600 parados. Dos años después, el 31 de diciembre de 2013, el número de parados había subido hasta los 5.935.600. La última EPA disponible, la del 30 de septiembre de 2014, reducía el número de parados hasta 5.427.700. Este año 2014 el número de parados EPA ha descendido en 500.000 personas. Aún así hoy, tres años después de llegar al gobierno, el número de parados es mayor en 154.000 personas que en diciembre de 2011. Además hay 300.000 ocupados menos que en aquella fecha. No parece que el paro, o mejor dicho el empleo, sea una de las reformas positivas de Rajoy, antes bien lo contrario.

Además de los 5,4 millones de parados en situación crónica, el factor que está afectando de manera importante a ciento de miles de españoles es la reforma laboral acometida por el gobierno de Rajoy en febrero de 2012. Es la que hace que el 37 % de los canarios que tienen una familia a su cargo, esté en situación de exclusión social pese a tener trabajo, según el informe de la Fundación FOESSA (Fomento de Estudios Sociales y de Sociología Aplicada) presentado por Cáritas hace unos días.

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) informaba que España es el país de la organización en el que más han aumentado las desigualdades sociales. Pero lo más preocupante del informe de la OCDE es que dice que “resulta altamente improbable que la recuperación económica baste para solucionar la crisis del mercado de trabajo y la crisis social del país”.

La bonanza económica que anuncia Rajoy, no ha solucionado el problema de los 11,7 millones de personas que están afectadas en España por distintos procesos de exclusión social, un 60% más que en 2007. Ni el de los cinco millones de personas (1,5 millones de hogares) que se encuentran en situación de “exclusión severa”, casi el doble que hace seis años, según el informe de la Fundación FOESSA.

Es evidente que la reforma laboral no ha acabado con el paro, antes bien, éste se ha hecho crónico y ha nacido la figura del trabajador pobre, que con lo que gana no le da para cubrir sus necesidades básicas, y tiene que ir a comer a Cáritas o buscar comida en el Banco de Alimentos.

¿Qué es lo que ha pasado? Con la reforma laboral se han devaluado los salarios, se ha dejado de proteger al trabajador, se ha aumentado la competitividad a base de pagar menos por el trabajo, y los empresarios desaprensivos están ganando dinero como nunca, a costa de salarios de hambre y contratos basura.

Esta situación, que está devolviendo a una buena parte de los trabajadores a la España de los años 50 y 60, solo se arregla en las urnas. Cuando gobiernen otros, se cambie la ley de reforma laboral de febrero de 2012, y los trabajadores tengan los mismos derechos que sus homólogos franceses o italianos, empezará a cambiar la situación. La pregunta es ¿cuánto tiempo tendrá que pasar para que recuperemos los años perdidos? Mientras tanto, la reforma laboral de Rajoy la estamos pagando los ciudadanos.

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