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Fracaso de la consulta ciudadana

Eusebio Bautista Vizcaíno

El pasado martes día 17 de noviembre tuvo lugar la primera (que yo sepa) consulta ciudadana para decidir cambiar – o no – el nombre a una calle de nuestra ciudad, más concretamente, del barrio de La Isleta.

La cosa empezó cuando la Asociación de Vecinos “Plaza del Pueblo de La Isleta” remitió a todos los grupos políticos municipales un escrito solicitando que se cambiara el nombre de la calle Juan Rejón por la de La Carretera, que era la antigua denominación de la actual calle Juan Rejón cuando no tenía nombre oficial.

Con esa solicitud, el grupo municipal Unidos por Gran Canaria presentó una moción, en una reunión mensual de la Junta de Distrito Isleta-Puerto-Guanarteme, solicitando cambiar el nombre a la calle, tal y como se acaba de explicar.

En la Junta de Distrito, su presidente – el concejal Sergio Millares (LPGC Puede) – en vez de aprobar o denegar la petición (los grupos políticos que apoyan al gobierno municipal tienen mayoría), presentó una enmienda proponiendo la celebración de una consulta ciudadana. Conviene aclarar que Sergio Millares, además de ser el presidente del Distrito, es también el concejal delegado de Participación Ciudadana.

Estos son los orígenes de la consulta ciudadana que se llevó a cabo en la tarde del pasado día 17. Previamente, todos los medios de comunicación (periódicos locales y nacionales, digitales, radios, etc.) dieron gran difusión a la consulta, creo que por lo novedosa más que por el tema del cambio de nombre de la calle.

Muchas personas han opinado sobre el personaje que da nombre a la calle y sus orígenes. Algunos ciudadanos opinan que Juan Rejón era un asesino por que mató a aborígenes canarios cuando invadió la isla. Otros opinan que en aquellos tiempos no existía la declaración de derechos humanos, y que las conquistas eran así. Me quedo con las palabras de nuestro historiador Manuel Lobo al que, cuando preguntaron si Juan Rejón había sido un asesino, comentó que el que había sido un verdadero genocida, que arrasó con la población autóctona, había sido Pedro de Vera y no Juan Rejón.

A todas estas, escuché el otro día en una emisora de radio al concejal Sergio Millares diciendo que “la votación no es vinculante, que la decisión final es del Ayuntamiento, pero que la consulta era un buen ejercicio de democracia” y que, si ganaba en votos Juan Rejón, se pondrían placas con el nombre “Calle Juan Rejón” y debajo “antigua La Carretera”, y si viceversa “calle La Carretera antes Juan Rejón”. Parece que se quiere contentar a todo el mundo.

Yo fui a votar por motivos sentimentales. Hoy en día vivo en otro barrio, pero nací en una vivienda de la calle Juan Rejón, y no quiero que se cambie el nombre a la calle, además de que Juan Rejón fue el fundador de nuestra ciudad en 1478, nos guste o no nos guste.

El mismo día 17 se realizó el escrutinio y el resultado fue de 429 votos a favor de La Carretera y 393 a favor de Juan Rejón, 8 en blanco y 3 no válidos. O sea que fueron a votar 833 vecinos de toda la capital. En mi opinión, un rotundo fracaso. Solo en La Isleta viven más de 23.000 vecinos, a los que, según parece y visto lo visto, le importa una higa que la calle se llame Juan Rejón o La Carretera.

Si la consulta ciudadana se ha efectuado como una prueba piloto para ver el nivel de interés de los vecinos por un asunto municipal, creo que el concejal Sergio Millares se ha equivocado de cabo a rabo. Eligió mal el motivo de la consulta y la ciudadanía pasó olímpicamente de ella. A la vista está el nivel de participación.

En el pleno municipal del mes de julio, Unidos por Gran Canaria llevó una moción sobre los presupuestos participativos, a los que el gobierno municipal se había comprometido en su “Acuerdo por la ciudadanía”. El concejal Sergio Millares, al que le tocó contestar por ser el responsable de Participación Ciudadana, dijo que este año se iban a llevar los presupuestos de 2016 a la ciudadanía, para que participaran en ellos. Pero también dijo que estaban estudiando la sistemática a seguir para que los ciudadanos participaran. Vamos, que no lo tenía claro.

Parece que el presupuesto municipal para 2016 se llevará al pleno ordinario de noviembre, el próximo viernes 27, y de participación ciudadana, nada de nada, a pesar de lo que dijo el concejal en julio. Debe ser que todavía no ha decidido la sistemática a seguir…

Es evidente que los ciudadanos de La Isleta no tienen ni un pelo de tonto, y no se prestan a juegos de participación para decidir sobre naderías. Cuando se trate de presupuesto de inversiones para el barrio, verá el concejal como cambia la cosa.

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