Menestra de ministros

El Gobierno central estará muy preocupado por la crisis, por los follones del Tribunal de Cuentas que no se controla ni a sí mismo contratando familiares a tutiplén y por las falsas empresas que tiran por los suelos, como si estuvieran de rebajas, la marca España. Sin embargo sí que tiene tiempo para mandar ministros a estas islas de ultramar en sus ratos libres.

Ayer, sin ir más lejos, nos visitaron tres ministros por el precio de uno con la excusa de la inauguración de la base logística del programa mundial de alimentos de Cruz Roja. Todos quieren salir en la foto. Allí estaban la ministra de Fomento, el titular de Asuntos Exteriores y, cómo no, nuestro imperturbable Soria, que se marchó unos minutos antes de que el director del proyecto Barrios Orquestados pusiera a tocar a la orquesta infantil embutido en una camiseta contra las prospecciones petrolíferas en Canarias.

O Soria está bien informado por los servicios secretos, que le avisan para que se mande a mudar antes de las protestas, o tiene una potra de mucho cuidado. Parece evidente que no se presentará a las próximas elecciones autonómicas porque aquí no es bienvenido tras su empeño de que Repsol perfore nuestros mares. Eso y la sentencia del derribo de la biblioteca, que no hay que olvidar que él era el alcalde cuando se produjo la gran ilegalidad urbanística de San Telmo.

El PP ya le guardará un sitio en el caso improbable de que vuelva a ganar las elecciones. O si no, que se espere a los próximos comicios europeos, que en Bruselas y Estrasburgo se gana un buen sueldo con un suculento plan de pensión incluido. Mientras Ana Pastor compartía foto con los otros dos ministros, el Gobierno central mandó a su delegada en Canarias a visitar a Margarita Alonso, que ha iniciado una huelga de hambre en nombre de los vecinos de Ojos de Garza. La ministra estaba más ocupada en los actos protocolarios y en privatizar Aena.

La semana pasada vino otro ministro, el de Interior, para tranquilizarnos y asegurarnos de que no pasa nada, que todo sigue igual tras el robo de trece pistolas en la Base Naval y el Ejército del Aire. Si un ministro del Interior dice que el robo de armas no es preocupante será verdad porque para eso le pagan, pero yo no estaría tan tranquilo sabiendo que en instalaciones militares de la isla se hurtan armas tan impunemente y que éstas están en manos de delincuentes, gánsteres, mafiosos o miembros de una banda terrorista.

Por el momento Jorge Fernández descarta que los autores del atentado hayan sido la banda Podemos y su líder Pablo Iglesias, que para Esperanza Aguirre es ETA. No se lo dijo un pajarito, como a Maduro, sino la misma Virgen del Pino. En este Gobierno todo es cuestión de fe.