Cuando todo se convierte en fútbol

Todavía no ha empezado, pero ya todo huele a fútbol. Los eslóganes de las tiendas tienen que ver con el mundial, equípate para el mundial, si España gana te devolvemos el dinero, luchamos por tu mundial? La canción del mundial suena en la radio a todas horas. Y ya es normal ver a gente vistiendo la camiseta con los colores de la bandera nacional.

Esta fiebre futbolera se traduce en ventas de televisores enormes equipados con la última tecnología, aparatos de dvd´s con grabadora y toda clase de complementos con la bandera de tu equipo. Dinero, mucho dinero.

Durante un mes nos olvidaremos de la crisis, de la reforma laboral, del paro, de Grecia, de Israel, del vertido de petróleo en EEUU, del PP, del PSOE? nos olvidaremos de todo eso y estaremos pendientes, únicamente, de los resultados de nuestro equipo. Uniremos nuestras fuerzas por un motivo, que la selección de nuestro país gane el mundial. Seremos todos muy amigos, llenaremos los bares de camisetas rojas, celebraremos juntos los goles, lloraremos juntos las derrotas y convertiremos en héroe nacional al mejor jugador de la selección.

Pero? ¿Alguien sabe algo del lugar dónde se celebra el mundial? ¿Alguien ha oído hablar de las grandes desigualdades entre los distintos grupos sociales que existen en Sudáfrica? ¿Qué aproximadamente una cuarta parte de la población sudafricana vive como puede con menos de dos dólares al día?

Hace días leíamos en guinguinbali.com, un portal de comunicación especializado en África que, entre otras cosas, la mayoría de los africanos no puede pagar ni la entrada más barata del mundial.

Lo cierto es que no nos gusta mezclar el fútbol con las cosas de comer, aunque en el supermercado se empeñen en hacerlo, por eso, mientras millones de personas en el continente anfitrión lo pasan mal, nosotros estaremos ocupados viendo como nuestros jóvenes millonarios le dan golpes a una pelota.