¡Qué crisis tan productiva!

Como 'raíces vigorosas' definió hace unas semanas el presidente del Gobierno de España, Mariano Rajoy, los datos de la supuesta recuperación económica en el país. No sabemos si cuando ese “ilusionante mensaje” -entre comillas- ya conocía el informe técnico de la entidad financiera “Credit Suisse” que señala que el número de millonarios que hay en España alcanzó 465.000 personas a mediados del presente año, lo que significa un incremento del 24% respecto al mismo período de 2013. Así pues, ya son 465.000 los españoles con un patrimonio superior al millón de dólares, setecientos noventa mil euros al cambio actual.

La causa de este aumento hay que encontrarla en las subidas de los mercados financieros, o sea, en la bolsa. Pero, claro, el propio informe de la corporación helvética señala que, al estar concentrados ahí los vientos favorables, sin un aumento significativo del Producto Interior Bruto y del empleo, se ha producido un aumento de la desigualdad, con lo que las cifras vuelven a dislocarse: el 55,6% del patrimonio total español está en manos de un 10% de la población, 3,6 puntos más que al comienzo de la crisis en 2007.

Que se hayan incrementado los millonarios durante la depresión es llamativo. Pero ya se ha dicho que todas las crisis comportan oportunidades y que algunos las aprovechan muy bien. Son los que ahora dirían, sin alharacas, claro: ¡Bendita crisis!

Para otros, para muchos otros, estas cifras puede que resulten hasta insultantes. Que entre recortes, recesiones de todo tipo, pérdidas de empleo, desfalcos y saqueos cuasi impunes, reducción de poder adquisitivo y derechos varios, quede todavía margen para que miles de personas -y ya son más de cuatrocientos cincuenta mil- ostenten la condición de millonarios, solo alumbra un llamativo desequilibrio.

Y que también, claro, la crisis y sus reglas han sido hechas para unos cuantos que igual todavía se quejan porque deben abonar a Hacienda el importe de la declaración de la renta.

Si a eso llaman raíces vigorosas, nunca antes, desde luego, hubo crisis tan productiva.