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La locura hacia el infinito de Hugo Chávez (IV)

Rafael Lutzardo / Rafael Lutzardo

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El dictador y cobarde presidente, Hugo Chávez Frías, es un verdadero actor y maestro en insultar a todos aquellos que vaya en contra de sus ideas, leyes, doctrina, e ideologías fanáticas y peligrosas. Como lo describe un artículo clandestino: este “Gorila Rojo”, psicópata de sus propias creencias ideológicas, duerme enquistado en los más oscuro de las sociedades y de los individuos. Se recrea, bosteza y despierta en los escenarios más débiles, por tanto enfermizos, proclives a la milagrosería de los peores. Nace en la pobreza, de la injusticia, la exclusión, y se escuda y multiplica en ellas, pues son su mayor guarida y bastión. El mejor cliente para un dictador es otro tirano en ciernes que se conforma con ser esclavo mientras tanto. Se necesitan y requieren como el látigo, la bestia y la jaula. La indiferencia y la burla son otras de sus tenazas; las multiplicas en el lenguaje redentor y desaforado, ya que no hay dialogo posible con los culpables. ¿De qué?

En su naturaleza privada el cierre de los conductos sociales por medio de los cuales se logran la libertad, el bien común y la justicia; depende de la arterioesclerosis que impone a través de su armazón lingüístico, simbólico, emotivo, incendiario de todo lo que huela a libertad.

Comprador de voluntades y conciencias. Este loco que tiene secuestrada la democracia en Venezuela, está ganado por el dogmatismo paralizador que aspira a la eternidad, por cuanto se cree poseedor de la verdad, lo que le da un empuje validador y justificante al ejercicio de su poder impune. Se mofa a priori de las ideas de los demás, pues en su diccionario no caben las palabras, ya que no se trata de discurrir, sino de dominar. Presume de contertulios y asociados entre los que destacan locos ideológicos, infames políticos y viles mercenarios propagados. No es compartir el interés de esta familia, sino más bien consolidarse en el botín para lo cual nada mejor que repartir unas migajas.

Así es el actual cuentacuentos, Hugo Chávez Frías, que presume ser el Presidente de un país secuestrado y maltratado por los grilletes de su dictadura chavista. Así lo viví recientemente en una Venezuela amordazada ante el temor de ser alcanzado por una bala de los seguidores del “Gorila Rojo” o de ser víctima de su “hijo” que no es otro que El Hampa.

Rafael Lutzardo

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