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La naturaleza que inspira el arte de Mariano Guillén

Teo Mesa

Las actuales fotografías artísticas que expone Mariano Guillén han tenido su inspiración en múltiples motivaciones, surgidas éstas, al haber vivido in situ la naturaleza en nuestras zonas rústicas y orillas marinas. Los atrayentes motivos congénitos de la naturaleza telúrica y orgánica fueron los fundamentos plásticos para que vivificara en el artista su pasión por retratarla en sus beldades. Esta ha sido, desde hace un tiempo, la propuesta plástica que ha argumentado y llevado a la práctica en reflexivo tempo lento.

Ha titulado este proyecto, Motivaciones naturales, y fue presentado en el Club La Provincia de la capital grancanaria.

Mariano Guillén estuvo frustrado desde su niñez por no haber sido pintor, como era su inclinación primigenia y el procedimiento idóneo para interpretar sus impresiones vistas en la naturaleza. Bajo esa malograda intención que bullía en sus entrañas, la cual motivó una desazón en su estado de ánimo durante gran parte de su vida, pero encontró dulcificar esa amargura en los clisés fotográficos de entonces. Fue en este medio de expresión artística en la que acertó con el placer para mostrar las imágenes oteadas y fotografiadas en sus contextos territoriales o en las personales. Fotos que son remodeladas bajo su emotividad personal, para transformarlas en su origen, por las privativas concepciones de su arte. Por lo que aduce Guillén: “Mi pasión es el arte. La cámara es el medio para expresar el arte que llevo inmanente en mi interior”.

Estas recientes iconografías digitales sobre papel fueron el leit motiv en la clave de este artista de la cámara fotográfica para desarrollar su creatividad y hacer reverberar su paranoia estética. Y una vez más, ha recurrido a la seductora naturaleza para encontrar en ésta su musa, en todas las variaciones percibidas en las palpables hermosuras que posee a simple vista o en sus frondosos interiores, cuando es contemplada con la pureza del espíritu. Además de la naturaleza, ha hecho incursiones en los paisajes, microfotografías, astronomía, retrato y en el sensual y sugerente cuerpo femenino.

Este artista lleva impregnado en su introspectivo alter ego, la química imprescindible por el que rezuma su sentir por la plástica. Don éste que la propia naturaleza le ha otorgado al nacer o llevar en su memoria genética el raro hechizo para ver y captar de manera tan especial el sensual entorno, o los objetos que nos rodean. Por ello, se le define como artista. Y ser artista es, simplemente, ver los elementos que nos circundan en un más allá escrutador, y especialmente la mater natura, junto a otras apreciaciones interiorizadas en su análisis y percepción en su forma de ver.

En sus contactos contemplativos con la pureza desnuda del medioambiente que observa, con la sensible mirada del artista, en sus adentrados acercamientos a los elementos naturales, en la que también el artista se desnuda en mente y en espíritu, tratando de seducirla a través de una visión limpia y virgen, indagadora y complaciente. En ella se funde amigable y amorosamente el artista, en la que busca y encuentra las beldades que esconde las múltiples variaciones estéticas de los ecosistemas, los cuales Guillén ha sabido localizarlas en su fina acuidad y sentir artístico privado.

Ante las innumerables armonías de bellezas contenidas en nuestros ecosistemas, se lamenta el artista de la fotografía, por los atentados que sufre nuestro medioambiente local y mundial, y se manifiesta con este mensaje visual: “Quiero dar a conocer la naturaleza como germen de vida y de sus recónditas bellezas, para que sea respetada y querida”.

Por esta razón, las imágenes captadas por el artista, no solo buscan el arte que arroba los sentidos; trasmite igualmente, una recomendación para un compromiso serio y de respeto a la naturaleza y su diversidad biológica, por todos los humanos, que tan mísera y torpemente las destruimos. Esas bellezas que surgen de la naturaleza, que como artista, nos las revela en su espectro investigador. Sabe ordenarla y desordenarla con su forma de ver, y es más: la destruye a su gusto y antojo en su beneficio estético, en la creación de nuevas y turgentes representaciones fotográficas para su personal arte.

Mariano Guillén aduce con total aseveración en esta nueva propuesta de Motivaciones naturales: “La fotografía es luz. Y esta luz es motivo de estudio como un elemento creador de múltiples sugerencias, imágenes, formas, volúmenes, etc.” Sin duda alguna, la luz es el elemento imprescindible para que la vista pueda ver las imágenes en sus colores y formas de nuestro entorno inmediato. Y la fotografía de este artista-creador busca esas luces o ambientes resplandecidos, para astutamente experimentar con ellas. Guillén maneja los valores técnicos en la consecución de nuevas y creativas imágenes que estarán al albur de su predilección estética.

Guillén es un adepto a las fruiciones del arte de la fotografía, tanto durante el proceso de búsqueda, análisis y disparo, de las imágenes que ha verificado y analizado previamente su retina y gusto personal: “Saber ver y no mirar”, según la teoría de César Manrique; y posteriormente, las retoca con las técnicas digitales de la informática. Este medio le genera todo un sustancial estado anímico, con el que se siente colmado para expresarse artísticamente.

En este apego, sin interrupciones, al arte de la cámara, ha hecho de él un experto de las amplias e inabarcables técnicas que se genera en este prolífico mundo actual de la imagen de los píxeles. Sus experiencias por el asiduo estudio y praxis con la fotografía y sus derivados técnicos, no duda Guillén en aplicarlas a sus investigaciones plásticas, para crear nuevas sensaciones y aportarlas a su progresivo.

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