¿Dónde puso Colón el huevo?

Según el periódico, el paso del descubridor por la isla odiada es otra “gran mentira canariona” y asegura que Rumeu negó siempre que se acercara siquiera al diviso. Olvida, oculta o prefiere ignorar el editorialista, para engaño de sus lectores, que en los años 80 el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife sometió a votación plenaria el asunto de si Colón estuvo o no “en Las Palmas”. Una ocurrencia tan grotesca y ridícula que varios historiadores, entre los que figuraba, miren por dónde, Rumeu de Armas, se sintieron obligados a poner las cosas en su sitio mediante un escrito del que reproduzco textualmente la parte referida al tema controvertido. Dice así:

“1) Las únicas fuentes válidas para estas jornadas son el Diario de la primera navegación y la Historia del Almirante de su hijo Hernando Colón, que recoge toda la sustancia del mencionado Diario paterno. 2) Ambos escritos testimonian la estancia de Colón en Gran Canaria, sin especificar el punto exacto de arribada. No hay una declaración textual a favor de la ciudad de Las Palmas. Tampoco en contra. Con independencia de ello, se pueden invocar argumentos probatorios dignos de consideración emitidos por diversos historiadores solventes. 3) Medio siglo después del descubrimiento de América, el cronista Fray Bartolomé de Las Casas, en su Historia de Las Indias, señala como puerto de arribo la bahía de Gando sin que sea posible precisar de dónde extrajo tan tardío pormenor. 4) Colón permanece en Gran Canaria desde el sábado 25 de agosto al viernes 1 de septiembre de 1492, ambos inclusive. En esta isla varó y reparó la Pinta. Y transformó el velamen de la Niña”.

Dónde puso Colón en Canarias su maldito huevo es cuestión historiográfica que, desde luego, no solventan los votos políticos. El escrito parcialmente reproducido da cuenta del estado de las investigaciones en 1984 y en lo que a Gran Canaria se refiere, afirma Antonio Tejera Gaspar que sobre la presencia de Colón en Gran Canaria con sus tres naves “existe suficiente información” probatoria. Y añade: “El problema no ha radicado en esta cuestión [la de si pasó o no por Gran Canaria] sino en determinar en cuál de los dos puertos, Gando o Las Isletas, recalaron”. Un problema al que los investigadores han aportado infinidad de argumentos que el editorialista pepitiano ignora; para mejor proveer a sus fines sectarios, supongo.

En esa discusión de especialistas, Rumeu de Armas, precisamente, se inclinó por la bahía de Las Isletas al considerar que contaba con mejores infraestructuras para la reparación de las naves. Y no sólo por eso: el propio Rumeu es autor de un trabajo titulado El Almirante Cristóbal Colón en Las Palmas en 1492. El nauta Juan Bivas, testigo presencial de la estancia. Se refiere Rumeu al documento, fechado en 1513 en Santo Domingo y recogido en los Pleitos colombinos, en el que Bivas, vecino de Gran Canaria, afirma que, estando en Las Palmas de Gran Canaria, vio “venir al dicho Almirante don Cristóbal Colón la primera vez que descubrió” un día de agosto de 1492.

El editorialista pepitiano pisoteó sin escrúpulos intelectuales el rigor que Rumeu aplicó siempre a la investigación. La cuestión, que se reduce a si arribó a Gando o a Las Isletas, es anecdótica desde el punto de vista del gran público. No para los especialistas que tratan de reconstruir los pasos de Colón. Que, por cierto, suscitaron no menores controversias en la orilla americana. Varias localidades se han disputado ser el lugar de su primera arribada americana. Según Tejera, hoy parece casi seguro que fue la isla Watling, en Las Bahamas, de acuerdo con los trabajos de Morison. Curiosamente, el mismo sitio propuesto y defendido en el siglo XIX por el notario lanzaroteño Antonio M.Manrique; el que ubicara correctamente la fortaleza de Santa Cruz de la Mar Pequeña en la costa africana.

Lo mismo pasó en Cuba. No menos de siete localidades se disputan esa primacía, que parece decantarse por Bariay, en la costa norte de Oriente. Igual discusión se suscitó en Puerto Rico. En ningún caso se pecó del pueblerinismo puesto en evidencia por El Día.