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Opinión - Vivir sobre un polvorín. Por Rosa María Artal
Sobre este blog

Empecé a leer cómics a la misma vez que aprendí  a leer y, desde entonces, no he parado de hacerlo. En todas estas décadas he leído cómics buenos, regulares y no tan buenos, pero siempre he creído que el lenguaje secuencial es la mejor -y más idónea- puerta de entrada para leer tanto letras como imágenes. Ahora leo más cómics digitales que físicos, pero el formato me sigue pareciendo igualmente válido y sigo considerando el cómic un arte.

AIRBORNE 44. SI HAY QUE SOBREVIVIR... COEDITUM

Los enfrentamientos aéreos que llenaron los cielos de una Europa que trataba de recuperar su libertad durante los instantes finales de la contienda (finales de 1944 y principios de 1945) aparecen ya en la portada de este álbum, en donde un North American Aviation, Inc. P-51D-25-NA “Mustang” trata de escapar del acoso de un Focke-Wulf Fw 190-8/R2 “Würger”. A partir de entonces, éstos y otros tantos elementos relacionados con el papel de las fuerzas aéreas, principalmente aliadas, continuarán llenando muchas de las páginas de los dos álbumes que forman este tercer tomo presentado por Coeditum, el sello editorial que tomó el relevo allí donde lo dejó NetCom2, responsable de los dos primeros números.

La protagonista principal de todo lo anteriormente dicho será Teresa Johansson “Tessa”, una valiente y decidida mujer que no tuvo la oportunidad de servir a su país como piloto de combate y se tuvo que conformar con ser un miembro -muy activo, eso sí- del A.T.A. (Air Transport Auxiliary), una organización civil británica compuesta, mayoritariamente, por mujeres que se dedicaba a labores de mantenimiento, reparación y transporte de aviones, material y personal entre las distintas bases situadas en el Reino Unido. En 1943, la A.T.A. fue una de las primeras organizaciones en el mundo donde el salario de las mujeres se equiparó al de los hombres, tras las reticencias iniciales del gobierno británico. 1

La versión estadounidense del A.T.A, fue el W.A.S.P. (Women airforce Service Pilots o Women's Army Service Pilots), una organización con un marcado carácter militar al depender de las fuerzas aéreas de los Estados Unidos. Al igual que en el caso anteriormente citado, la labor de las integrantes del cuerpo -1074 mujeres, seleccionadas entre 25000 aspirantes- consistía en el traslado de aviones, mercancía y repuestos entre las 122 bases aéreas diseminadas por todo el país. Otras de las tareas era la de servir de remolque a los blancos que, luego, eran acribillados por los artilleros noveles de las fortalezas aéreas, principalmente, aquellos que sirvieron en los Boeing B-17 Flying Fortress. Para dicha tarea, las integrantes del W.A.S.P solían ir a los mandos de aviones tan peculiares como el Martin B-26 Marauder, un aparato tan difícil de manejar -sobre todo a la hora de aterrizar- que terminó por atesorar en su historial un reguero de accidentes y apelativos tan poco cariñosos tales como “Widowmaker”, “Martin Murderer” y “B-Dash-Crash”. Lo paradójico del caso es que, en manos de aquellas mujeres, el Martin B-26 no sumó nuevas víctimas a su macabro historial, circunstancia que no evitó, por otra parte, que treinta y ocho integrantes de las W.A.S.P. fallecieran durante los años en los que la organización estuvo activa, y eso que nunca pudieron entrar en combate. 2

La piloto Deanie (Bishop) Parrish, miembro de la W.A.S.P., delante de su avión, un Republic P-47 Thunderbolt “Jug”, a principios del año 1941.

El único caso documentado en el que las mujeres pudieron pilotar un avión -ya fuera un caza o un bombardero- y, luego, entrar en combate fue durante la ofensiva alemana en la Unión Soviética, gracias a la creación del primer grupo aéreo de combate femenino soviético, el 122, integrado únicamente por personal femenino. El grupo estaba compuesto por tres regimientos aéreos, el 586, el 587 y 588 y su comandante era la piloto y miembro de la policía secreta del régimen comunista (con el cargo de primer teniente de seguridad estatal) Marina Raskova. Al final, Raskova logró luz verde para crear el primer regimiento de aéreo de caza femenino (586); el primer regimiento aéreo de bombardeo pesado femenino (587) y el primer regimiento aéreo de bombardeo nocturno femenino (588) de la historia. Este último se conoció con el sobre nombre dado por las tropas alemanas, “Las brujas de la noche”. 3

Sea como fuere y alrededor del personaje de Tessa pivotarán buena parte de los acontecimientos que se irán desgranando en esta historia gráfica. Si nos retrotraemos hasta unos meses antes de la entrada de los Estados Unidos de América en el conflicto bélico, seremos testigos de la pasión de la mujer por la motocicletas -Tessa ocupa parte de su tiempo cuidando de una Harley-Davidson WL 750- mientras hace de “niñera” y amiga de Jimmy Dean. Una década después, aquel muchacho desgarbado se convertiría en todo un icono de la juventud rebelde y contestaria de los convulsos años cincuenta norteamericanos, al protagonizar la película Rebel Without a Cause (Nicholas Ray, 1955).

James Dean, sentado sobre su motocicleta Triumph Trophy TR5, en 1955.

Philippe Jarbinet tiene tiempo para detenerse en las circunstancias que rodearon la infancia y la juventud de Dean, justo cuando éste fue enviado a la granja en Fairmont (Grant County, Indiana) que tenían sus tíos, Hortensia y Marcus Winslow, dos fervientes seguidores de la doctrina Cuáquera, también conocida como La Sociedad Religiosa de Amigos. Con tan sólo una página, el responsable de Airborne nos expone la realidad de aquel momento, el ambiente en el que se crió el futuro actor, tras el fallecimiento de su madre, y cuáles eran los problemas de una sociedad que aún no se había recuperado de las consecuencias del Crack bursátil del año 1929.

El estallido de la burbuja económica y especulativa que acabó con las ilusiones, y la vida, de muchos ciudadanos a lo largo y ancho del planeta tendrá su mejor reflejo en la vida de dos hermanos, Sebastian y Stefan Leder, y en Tom de Witt, amigo del primero. Los dos primeros son hijos de inmigrantes alemanes que, como muchos otros jóvenes nacidos y criados en los Estados Unidos de América, vieron cómo sus vidas eran absorbidas por el remolino que se formó tras el desplome bursátil. Una vez que todo se tranquilizó, comenzó otra pesadilla aún peor, la encabezada por las entidades bancarias que empezaron a embargar las propiedades de todos aquellos que habían perdido sus ahorros por causa de la avaricia especulativa de las mismas entidades bancarias que, ahora, les reclamaban sus propiedades.

Ante tal situación de indefensión, fueron muchos los que decidieron hacer las maletas y cambiar de residencia; es decir, mudarse a otro estado, o regresar a sus países de origen, tal y como les sucedió a los padres de ambos jóvenes y al propio Stefan quien, por aquel entonces, se había convertido en un fiel seguidor del German American Bund o German American Federation (Amerikadeutscher Bund; Amerikadeutscher Volksbund Bund). El German American Bund fue una organización nacionalsocialista instaurada en los Estados Unidos de América en el año 1936, reservada a los ciudadanos americanos descendientes de familias alemanas.

Cartel anunciando el mitin del German American Bund, en el Madison Square Garden de Nueva York, el 20 de febrero del año 1939.

La organización se creó para evitar las suspicacias surgidas alrededor de Friends of New Germany, otra organización nacionalsocialista que hizo las veces de altavoz propagandístico en los Estados Unidos, meses después de que Adolf Hitler fuera nombrado canciller, a instancias del presidente de la república de Weimar, Paul von Hindenburg. Su fundador, Heinz Spanknobel, acabó siendo deportado y la organización que dirigió se disolvió tras las acusaciones de “antipatriota, contraria a la democracia y por ser responsable de propagar el totalitarismo y antisemitismo” que, en aquel momento, impregnaba la sociedad alemana.

Tras este fiasco inicial, los simpatizantes y miembros del partido nacionalsocialista alemán -en especial, Rudolf Hess, segundo en la cadena de mando del partido inmediatamente detrás de Adolf Hitler, quien fuera el impulsor de Friends of New Germany- decidieron cambiar de estrategia y promover una organización que dejara bien a las claras el carácter patriótico y americano de la idea, amén de la sintonía para con el Reich alemán, visto en aquellos años como un modelo de recuperación económica tras la crisis económica mundial posterior al desplome de Wall Street.

Fruto de todo aquello y bajo la dirección de Fritz Julius Kuhn, fanático seguidor de la doctrina que imperaba en su país de origen, la organización, rebautizada como German American Bund, logró posicionarse dentro de la sociedad de la época y atraerse a un buen número de seguidores. Su momento de mayor esplendor fue el famoso mitin en el Madison Square Garden de Nueva York, el 20 de febrero del año 1939.

En aquel emblemático escenario, 20000 personas acudieron para escuchar las críticas de Fritz Julius Kuhn contra el presidente Frank D. Roosevelt, a quien el orador se refirió como Frank D. Rosenfeld, además de tachar al New Deal económico del mandatario norteamericano como “Jew Deal”. Su discurso, cargado de toda la demagogia y el antisemitismo del que hacía gala el ministro de propaganda del Reich, Paul Joseph Goebbels, terminó por calificar al presidente de ser un mero títere en manos de los soviéticos y los judíos, causantes de todos los males del mundo, según el Führer alemán.

Estos mismos argumentos serán los que utilice Stefan, miembro del Bund, para tratar de convencer a su hermano de que los acompañe de vuelta a su país de origen, Alemania. Las dos viñetas en las que Stefan le suelta su discurso nacionalsocialista a su hermano Sebastian parecen sacadas de uno de aquellos discursos pronunciados por Fritz Julius Kuhn, en los momentos de máximo apogeo de su fascista y radical organización.

Primera página de Airborne 44# 3. Si hay que sobrevivir. El teniente Stefan Leder y su chofer, en el frente.

Y será Stefan, en la primera página del álbum, quien haga las veces de presentador de la tragedia que estamos a punto de ver, en los instantes finales del año 1944, cuando el destino del Reich de los mil años empezaba el último acto de su representación. Stefan Leder, teniente del ejército alemán, recibirá un mensaje del cuartel general alemán para comunicarle un nuevo avance de las tropas que, meses antes, desembarcaron en Francia. Entre los integrantes de aquellas tropas, se encuentra Sebastian, quien forma parte de la 101 división aerotransportada “Screaming Eagles”, punta de lanza de la ofensiva estadounidense tras su llegada a las playas normandas.

Lo paradójico del caso es que Stefan lee el mensaje sentado en un U.S. Army Truck, 1/4 ton, 4x4, -más conocido como Willys MB o “Jeep” -vehículo de uso común en el ejército estadounidense- capturado al enemigo, mientras a su lado desfila una columna de blindados Panzerkampfwagen Sd.Kfz. 182, conocidos por el sobrenombre de Königstige entre las tropas alemanas y, erróneamente, por el de King Tiger, por parte de los aliados, especialmente los estadounidenses. Esta mezcla de elementos, magníficamente retratados por el autor francés Philippe Jarbinet, demuestra los problemas que ya, por aquel entonces, empezaban a aquejar a las divisiones alemanas, peor pertrechadas y abastecidas que sus homónimas aliadas, aunque, las segundas no contaban con la misma experiencia en el combate que las tropas del Reich alemán.

Un vehículo blindado alemán Befehls-Panther Ausf. A (Sd.Kfz. 171), en 1944.

Stefan también le servirá al autor de la historia para contarnos, merced a los diálogos entre el soldado y Wolfgang, comandante de un vehículo blindado Befehls-Panther Ausf. A (Sd.Kfz. 171), la desazón y la huida hacia delante de buena parte de los integrantes de las fuerzas armadas alemanas, tras cinco años de continuos combates y en varios frentes. Los diálogos de cuatro viñetas de las seis que componen la página 75 del álbum presentado por Coeditum son un testamento vital de todos aquellos hombres que lucharon y murieron siguiendo los dictados de una ideología criminal, excesiva y demente. “Ya no hago la guerra para los payasos de Berlín. La hago, porque no sé hacer otra cosa. Y me he visto muerto tan a menudo que ya no sé si quiero sobrevivir”, le dirá el tanquista al soldado, antes de partir en su última misión.

El comandante de tanques alemán, Wolfgang.

Dicha ideología, la cual no dudó en enviar al matadero a más de siete millones de personas -entre militares y civiles muertos a causa de los bombardeos y los combates desarrollados en territorio alemán- es la responsable de la muerte de los padres de Stefan, entre otros muchos (página 75, viñeta 1). En realidad, las palabras de Wolfgang bien las pudiera haber pronunciado el sargento Rolf Steiner (James Coburn), el personaje principal de la película Cross of Iron, dirigida por Sam Peckinpah en 1977 que, a pesar de no ser considerada como una de las grandes cintas bélicas sobre la Segunda Guerra Mundial, representa, a mi modo de ver, uno de los mejores ejemplos del devenir continuo de las tropas alemanas durante aquel conflicto. Steiner, como Wolfgang, son las voces de la cordura en medio del delirio, la sinrazón y el desatino que rodea cualquier contienda humana desde el albor de los tiempos.

El sargento Rolf Steiner (James Coburn)

Y mientras todo esto sucedía, su hermano Sebastian y Tom de Witt trataban de sobrevivir a las bajas temperaturas del invierno y al acoso constante de las divisiones alemanas que aún hostigaban con intensidad a las tropas aliadas. Como telón de fondo, la desaparición de Tessa, aquella indómita mujer, la cual había irrumpido en la vida de ambos, tras desplomarse del cielo, el avión que pilotaba.

Sebastian Leder y Tom de Witt, el 31 de diciembre del año 1944, en algún lugar de Bélgica.

Tras aquella aparatosa “tarjeta de presentación”, el destino de todos ellos quedó sellado y, siguiendo el empuje y la ambición de la recién llegada, se mudarán hasta la meca del cine, Hollywood, dejando atrás las miserias, las carencias y los excesos que se comenten cuando la pátina de civilización se pierde y solamente queda el egoísmo intrínseco de las personas. Sobre este último particular, Philippe Jarbinet no duda en plasmar los abusos que debían soportar las mujeres frente a quienes se cebaban con las desgracias humanas. En esta ocasión, la bala de una Colt M1911 cercenará de raíz las pretensiones de uno de los muchos cabestros que pululaban por aquellos parajes tras la crisis económica, pero no siempre fue así. El que sea Tessa quien empuñe el arma sirve para acentuar el carácter feminista de esta historia, tan real como actual, visto como están las cosas en nuestra sociedad actual.

Y será una foto de aquella época, tomada en Burbank, al norte de Los Ángeles, en el verano de 1941, la que cierre el círculo compuesto por los hermanos Leder, Tom de Witt y Tessa Johansson. Cada cual ha terminado por aceptar su papel escrito en el libreto de la historia, aunque los miembros de las SS no estén dispuesto a tirar la toalla y abandonar los dictados del Führer.

Ese fanatismo desmedido y carente de toda lógica le seguirá costando a la sociedad alemana un sinfín de vidas mientras, desde los cielos, las tropas aliadas tratan de exterminar cualquier signo de resistencia. Este acoso continuo y destructivo también le servirá al dibujante para homenajear el trabajo del ilustrador Roy Lichtenstein, en la viñeta con la que empieza la página 100, aunque el autor francés prefiera plasmar la silueta de un Republic P-47 Thunderbolt “Jug” en vez del North American Aviation, Inc. P-51D que usara el artista plástico americano en su díptico Whaam!, presentado en la galería Leo Castelli de Nueva York en 1963. 4 y 5

Whaam! (1963) Obra del artista plástico Roy Lichtenstein (óleo, acrílico y magna sobre lienzo) Tate Modern. Londres.

Para el final, y tras un enfrentamiento que resumen muy bien todo lo anteriormente dicho, tanto a nivel ideológico como familiar, el autor francés nos reserva el dantesco panorama que se encontraron las tropas aliadas al entrar al campo de concentración Kaufering IV-Sub Campo de Dachau, el 29 de abril del año 1945.

Los barracones del campo de concentración de Dachau.

Dachau fue el primer campo de concentración sobre territorio alemán abierto por el partido nacionalsocialista, en 1933. Promovido por Heinrich Himmler y destinado, primordialmente, para albergar prisioneros políticos, criminales, homosexuales, gitanos y, llegado el momento judíos y eslavos capturados por las tropas alemanas, se calcula que el campo principal y todos los sub-campos que crecieron a su alrededor albergaron a unos 200.000 reclusos, 30.000 de los cuales fallecieron por la falta de alimento, los trabajos forzados, los abusos y la experimentación médica a la que fueron sometidos por los sucesivos comandantes de la SS al cargo de las diferentes instalaciones. Dos viñetas son más que suficientes para que entendamos el horror que se vivió en aquellos escenarios…

El vuelo de Tessa, a los mandos de otro Mustang P-51D sobre el refugio de Hitler en las montañas, conocido como “El nido del águila” (Kehlsteinhaus) en Berchtesgaden, sirve para poner punto y final a todo lo narrado, a lo largo de seis álbumes intensos, apasionantes y magníficamente resueltos por Philippe Jarbinet. Tessa, la intrépida piloto también puso un punto y final, aunque la historia demostró que la frase sigue abierta, con su afirmación en la página 105 de este álbum.

Teresa “Tessa” Johansson, a los mandos de un Mustang P-51D, sobrevuela el refugio de Hitler en las montañas, conocido como “El nido del águila” (Kehlsteinhaus) en 1945.

Desgraciadamente, las cosas no han evolucionado tanto como una parte de la sociedad actual hubiese querido, pero la validez de su afirmación es tan cierta como importante llegó a ser la Segunda Guerra Mundial para la historia del siglo XX, en los bueno y en lo malo. “Lo que más cuenta para nosotras, las mujeres, es que la guerra nos ha permitido existir.”

  1. Canadá también tuvo una organización similar durante la contienda, Royal Canadian Air Force Women's Division, la cual estuvo en activo entre 1941 y 1946, en el mismo tipo de labores que su homónimas británicas y estadounidenses.
  2. Dentro de la serie gráfica As de Pique, el guionista Ricardo Barreiro y el dibujante Juan Giménez rinden un homenaje a las integrantes del W.A.S.P. en el capítulo titulado “Amor y aviones”.
  3. Para más información sobre las mujeres pilotos de combate soviéticas consulten el siguiente libro: Vinogradova, Lyuba. Las brujas de la noche. En defensa de la madre Rusia (Barcelona: Pasado & Presente, 2016)
  4. Whaam! está basado en dos viñetas de cómics publicados en los años sesenta, del pasado siglo XX. La primera se publicó en las páginas del DC Comics' All-American Men of War# 89 (febrero de 1962) y la segunda, en el número noventa de la misma colección, publicado en abril del año 1962. La ilustración, además, enfatiza en su segundo panel el uso de la onomatopeya Whaam!, la cual sirve para poner sobre la mesa el poder destructivo del cohete disparado por el Mustang P-51D contra su oponente.
  5. El salón internacional del cómic de Barcelona del año 2017 utilizó la viñeta a doble página que aparece en este álbum (páginas 98 y 99) para ilustrar una parte de la exposición dedicada al cómic y la aviación, que se presentó durante esa edición.

© Eduardo Serradilla Sanchis, 2017

© COEDITUM, 2017

© 2017 Philippe Jarbinet

Cross of Iron © 1977 Anglo-EMI Productions Ltd., Rapid Film & Terra-Filmkunst

Whaam! © 2017 Roy Lichtenstein

Imagen de Deanie (Bishop) Parrish © 2017 Lava Development, LLC., all rights reserved

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