Sobre este blog

Empecé a leer cómics a la misma vez que aprendí  a leer y, desde entonces, no he parado de hacerlo. En todas estas décadas he leído cómics buenos, regulares y no tan buenos, pero siempre he creído que el lenguaje secuencial es la mejor -y más idónea- puerta de entrada para leer tanto letras como imágenes. Ahora leo más cómics digitales que físicos, pero el formato me sigue pareciendo igualmente válido y sigo considerando el cómic un arte.

WONDER WOMAN FOR PRESIDENT

Wonder Woman# 7 (1943)

En diciembre del año 1943, All-American Publications –una de las tres patas sobre las que luego se fundará DC Comics- llevaba hasta los estantes de las librerías, los colmados y los quioscos de la época, la séptima entrega de la serie gráfica protagonizada por la princesa Diana, también conocida como Wonder Woman. En la portada de dicho número se podía leer, además del nombre súper heroico del personaje, el subtítulo “for President” y una pancarta que rezaba “Wonder Woman 1000 years in the future”. Y si bien es cierto que aún quedaban décadas hasta que las editoriales jugaran al ya conocido juego de los “universos alternativos” no dejaba de ser chocante que, en medio del ambiente bélico de aquellos años, a alguien se le ocurriera la disparata idea de nombrar presidente de los Estados Unidos a una mujer, aunque fuera un milenio después.

En realidad todo este desatino, visto bajo el punto de vista de la época, tenía mucho que ver con la forma de pensar de quienes decidieron dar vida al personaje. Wonder Woman fue creada por William Moulton Marston -psicólogo, escritor y consultor en temas de educación para National Periodicals y la ya mencionada All-American Publications- y su mujer Elizabeth Holloway Marston, a principios de los años cuarenta del pasado siglo.

Primera página del All Star Comics# 8 (1941)

Presentada, por primera vez, en All Star Comics# 8 (diciembre 1941) para luego ocupar su propia cabecera (junio 1942) Wonder Woman supuso un verdadero revulsivo para quienes eran incapaces de ver a la mujer como algo más que un objeto decorativo o como la “esclava del hogar”, siempre sumisa bajo el yugo de una sociedad patriarcal y masculina.

William Moulton Marston, más conocido en el mundo gráfico como Charles Moulton, tenía la firme convicción de que el papel de la mujer en la sociedad debía ser otro bien distinto al tradicional. De ahí que sus teorías y postulados fueran siempre contra la corriente mayoritaria de pensamiento machista. Es más, la idea que motivó la creación personaje, además de para contrarrestar muchas de las injusticias que se cometían para con el sexo femenino en aquellos años –y de las que el autor fue testigo directo (1)- se debió a lo siguiente: Las chicas no quieren ser chicas mientras el arquetipo femenino carezca de fuerza, fortaleza y poder. Al no querer ser chicas, tampoco quieren ser tiernas, obedientes, amantes de la paz como lo son las buenas mujeres.

Las cualidades más importantes de la mujer son objeto de desprecio por su debilidad. El remedio más obvio es crear un personaje femenino con toda la fuerza de Superman, además del encanto de una mujer buena y bella. Esta mujer podría, debería gobernar el mundo. 2

Las historias escritas por Marston exhortaban a las mujeres a que fueran fuertes tanto física como mentalmente, promovían el trabajo remunerado para las mujeres y criticaban la dominación del género masculino en la cultura norteamericana. 3

  • (1) Su esposa Elizabeth se graduó en Harvard. Podría haber hecho también Derecho allí, pero le prohibieron estudiar por ser mujer.
  • (2) William Moulton Marston, “Why 100,000,000 Americans Read Comics”. The American Scholar, Vol. 13, No. 1 (WINTER 1943-44), pp. 42
  • (3) The Cold War, 1946-1962: Essays on graphic treatment of Communism, the Code and Social Concerns. Page 115 (The Amazon Mystique: subverting Cold War Domesticity in Wonder Woman Comics, 1948-1965)

De haber sido otro, en vez de Max Gaines -co-fundador de All- American Publications-, quien hubiera tenido que decidir sobre la viabilidad del nuevo personaje, no es aventurado pensar que la respuesta hubiese sido negativa. Sin embargo, Gaines siempre fue un visionario y sin su contribución no solamente Wonder Woman se hubiera quedado en el tintero, sino que el propio noveno arte nunca hubiese eclosionado y llegado a ser la muestra de expresión cultural que hoy en día conocemos. Al final, la aguerrida, resolutiva y transgresora amazona, por esas casualidades que tiene el destino, vio la luz el mismo mes en el que el ejército imperial japonés atacaba la base naval de Pearl Harbor. En cierto modo, el devastador ataque nipón sirvió de excusa para que la recién llegada se apuntara a la defensa del mundo libre, frente a los países del Eje.

Cierto es que su encuentro con el piloto de combate Steve Trevor, un miembro del servicio de inteligencia de las fuerzas aéreas norteamericanas que termina recalando en las playas de su isla natal, Paradise Island, le aportará un aliciente más a dicha decisión. No obstante ésta no disimulaba el espíritu independiente y ciertamente feminista de un personaje que se adelantó tres décadas al Movimiento de/por la liberación de la mujer (Women Libs)

Portada Ms.# 1 (1972)

Tampoco hay que perder de vista un hecho. La llegada del psicólogo y escritor al mundo gráfico no se debió sólo por la llamada de Gaines, para contratarlo como asesor, sino porque William Moulton Marston creía que el lenguaje secuencial ayudaba positivamente al desarrolló emocional y personal de los lectores, lejos de voces que pregonaban todo lo contrario. Por ello, y tras el sonado y exitoso debut de su heroína, el psicólogo y escritor pasó los siguientes años promocionándola y, de paso, vendiendo las virtudes del noveno arte –y sus ideales feministas- allá donde acudía.

Desgraciadamente, William Moulton Marston falleció el dos de mayo del año 1947, unos días antes de cumplir 54 años y seis años después de la llegada a escena de su inmortal personaje. Tres meses después de su desaparición, el 20 de agosto de ese mismo año, fallecía en un accidente náutico Max Gaines, valedor de trabajo de William Moulton Marston frente a quienes lo criticaban abiertamente, dentro y fuera del mundo editorial. Tras la muerte de ambos, Wonder Woman pasó a formar parte del recién creado panteón de héroes de la que hoy se conoce como DC Comics, editorial que no siempre ha sabido cómo interpretarla ni desarrollarla de la forma que lo hubiese hecho Gaines y el matrimonio Marston.

Con la prematura muerte de ambos, el noveno arte perdió a dos de sus mayores adalides y, como consecuencia de ello, muchos de los fantoches que pretendían acabar con su implantación como medio de comunicación social, pudieron seguir actuando impunemente. De entre toda aquella caterva de detractores, quien se libró de ser desenmascarado como lo que era, un retrógrado mentiroso y demente, digno de figurar en el staff del gobierno nacionalsocialista del canciller Adolf Hitler, fue el seudo investigador y psicólogo Fredric Wertham. Abanderado por quienes veían en los cómics un peligro para los intereses de las editoriales “serias”, aquellas que publicaban libros, y por los sectores más reaccionarios y conservadores de la sociedad norteamericana de finales de la década de los cuarenta y principios de los cincuenta del pasado siglo XX, a punto estuvo de cercenar de raíz el mundo gráfico. Wertham apoyó sus teorías en estudio preparados “ad hoc” para que, luego, sus resultados confirmaran lo que él proclamaba a voz en grito.

Autor de innumerables artículos en revistas de todo tipo, sobre todo las más conservadoras, acalorado ponente en congresos de psicología y autor del celebérrimo panfleto titulado Seduction of the Innocent (1954) el cual fue tachado de disparate por quienes de verdad entendían cuáles eran los problemas de la sociedad norteamericana de entonces, Fredric Wertham representa todos los defectos de un mundo incapaz de aceptar que las cosas, tras la Segunda Guerra Mundial, habían cambiado y ya no había marcha atrás.

Pocos fueron los que vieron, o quisieron ver los peligros que entrañaba la cruzada desatada por Wertham (A) y, cuando se dieron cuenta, el Comic Code ya era una realidad, la cual atenazó al noveno arte durante décadas y que, de paso, se llevó por delante la editorial fundada por Max Gaines, EC Comics, la cual luego popularizó su hijo William. Bien distinto hubiera sido el escenario de haber vivido William Moulton Marston, no sólo porque cualquier comparación entre ambos, a nivel profesional, supone un insulto para el creador de Wonder Woman, sino porque el psicólogo y escritor saltó a la palestra gracias al invento del polígrafo, esa máquina que detecta las mentiras de quienes se someten a ella. ¿Se imaginan, por un momento, lo que hubiese sucedido si Fredric Wertham se hubiera sometido al polígrafo, en una sesión dirigida por el matrimonio Marston?

  • (A) El gran Will Eisner sí supo verlo y de ahí que lo dibujara en Spirit Sunday supplement 2/27/1949 Wertham aparece parodiado como Dr. Wolfgang Worry en “The Deadly Comic Book”

Con todos estos datos en la mano y atendiendo al bagaje ideológico de Fredric Wertham –conservador, reaccionario e involutivo- no es de extrañar que el personaje de Wonder Woman fuera el blanco de buena parte de sus críticas y desatinos, antes siquiera de la muerte de William Moulton Marston. Wertham pensaba que las teorías de su colega eran erróneas y, casi diríamos que subversivas, y por ello escribió lo siguiente en su libro Seduction of the Innocent (Main Road Book, 2004 [1954], pp. 33-40) Superwoman (Wonder Woman) siempre es un personaje de terror. Físicamente es muy poderosa, tortura a los hombres, tiene a sus propias seguidoras, es la cruel mujer fálica. A la vez que se trata de una figura aterradora para los chicos es un ideal muy poco adecuado para las chicas, dado que es exactamente lo contrario de lo que las chicas deberían ser.

Portada Wonder Woman, vol2 # 184 (2002) U-Boats and Dinosaurs

Siguiendo esta línea de pensamiento, Wertham tampoco toleraba el lazo mágico que la heroína utilizaba para lograr que los villanos, espías y gente de baja estofa dijeran la verdad, luego de ser apresados; Estas fantasías sadomasoquistas pueden llegan a ser un factor importante en la inadaptación de los niños. Para el creador del personaje, sin embargo, el lazo mágico no sólo era una reinterpretación gráfica del polígrafo sino toda una metáfora de las ataduras, reglas e imposiciones sociales que debían soportar las mujeres durante toda su vida, simplemente por ser del sexo contario a los varones.

En cuanto a la idea de una mujer presidente de la nación, los desvaríos de Wertham le llevaron a sentenciar lo siguiente: Una mujer presidente es inaceptable. No solo los roles de género se han tornado. Tal y como se aprecia en los comics de Wonder Woman claramente hay indicios homosexuales e historias de sadomasoquismo3 (B)

  • (B) En 1972, la periodista y editorial Gloria Steinem no se lo ocurrió otra cosa mejor que colocar al personaje de Wonder Woman en la portada del primer número de la revista Ms. Aquel movimiento no fue fruto del azar sino un claro intento de saltar a la arena polítca apoyar a candidatura de la congresista demócrata Shirley Anita St. Hill Chisholm para competir contra Richard Nixon en las elecciones de ese mismo año. La congresista afro-americana –segunda mujer no caucásica que logró un escaño-, tuvo como compañera de viaje y competidora a la también congresista demócrata Patsy Matsu Takemoto Mink, la primera japonesa-estadounidense elegida para el congreso y, por ende, primera mujer no caucásica en llegar a desempeñar una labor mayoritariamente masculina. Además, la portada del magazine tuvo mucho que ver con la vuelta a los orígenes del personaje gráfico, tras unos años en los que Diana fue una sombra de sí misma, privada de sus poderes y de aquel espíritu contestatario que revolucionó y conmocionó al mundo gráfico. A raíz de la publicación del primer número de la revista, la editora decidió presentar un tomo recopilatorio el cual incluyera las mejores historias clásicas del personaje (Steinem, Gloria and Chesler, Phyllis. “Wonder Woman”. Bonanza Books. 1972). En la introdución de dicho volumen recopilatorio, Gloria Steinem escribió; Wonder Woman symbolizes many of the values of the women's culture that Feminists are now trying to introduce into the mainstream: strength and self-reliance for women; sisterhood and mutual support among women; peacefulness and esteem for human life; a diminishment both of 'masculine' aggression and of the belief that violence is the only way of solving conflicts

Portada de Mike Allred con motivo del cuarenta aniversario de la publicación,

El siguiente estadio en la particular “caza de brujas” emprendida por Fredric Wertham fue tratar de limitar las apariciones del personaje femenino –quien además de una serie de cómic llegó a tener una tira de prensa diaria- y, con ello, toda la carga ideológica de éste, esforzándose en mantenerla “contenida” al igual que la sociedad norteamericana de la época pretendió mantener a la mujer “contenida dentro del ámbito familiar” y lejos de cualquier otra actividad –especialmente un trabajo que la obligara a salir de casa. La utilización del término “contención” no es casual, dado que en aquellos primeros estadios de la Guerra Fría, el término se acuñó para definir la política de contención y control que debía mantener los Estados Unidos de América frente la expansión soviética posterior al final de la Segunda Guerra Mundial. Y como piedra angular en dicha “contención” estaba el concepto de familia y el papel aglutinador y fundamental de las mujeres dentro de ese engranaje. Lo que luego hizo Wertham fue sustituir la latente amenaza carmesí del “gran hermano soviético” y colocar las radicales y peligrosas ideas vertidas por William Moulton Marston en las páginas de Wonder Woman como un factor de desestabilización del concepto nuclear de familia y el resto, como se suele decir, es historia (C)

  • (C) El otro argumento al que se recurría para demonizar al feminismo era que éste, al igual que la homosexualidad, ponían en peligro la estabilidad y la esencia misma del concepto tradicional de la familia.

La historia cuenta, sin embargo, que gracias al esfuerzo de toda una legión de mujeres los Estados Unidos de América lograron mantener la ingente producción de material bélico necesario para que el enorme ejército estadounidense pudiera combatir a las tropas del Eje, sin tener que sufrir problemas de suministro. Y si bien es cierto que Fredric Wertham nunca atacó al personaje de Diana Price, ni su papel como enfermera del ejército, primero, y secretaria después -trabajos que la obligaban a dejar su hogar, cada día-, otros sectores de la sociedad sí que se mostraron contrarios a la reincorporación de la mujer en la vida laboral, durante y después de finalizado el conflicto bélico.

La suma de todos estos factores nos sirven de base para entender por qué Wonder Woman no llegó a tener ni un serial radiofónico, ni cinematográfico, a pesar de su éxito editorial, al revés de lo que ocurrió con otros personajes gráficos surgidos en el mismo periodo histórico. Ni siquiera el empeño de William Moulton Marston por popularizar al personaje fue suficiente para convencer a los productores radiofónicos y cinematográficos del potencial de Wonder Woman en cualquier otro formato. No es aventurado pensar que el personaje gráfico tampoco tuvo ningún tipo de compañera de aventuras –más joven que ella, como solía ser habitual en series gráficas- no fuera ser que alguien la acusara de mantener una relación lésbica con ella, tal cual postuló Fredric Wetham en su análisis sobre la relación homosexual que mantenían Batman y Robin.

Con el paso de los años y cierta relajación de los modos y las maneras, la idea de llevar el personaje a la pantalla se vio beneficiada de la sinergia provocada por el éxito de la serie de televisión protagonizada por el “dúo dinámico”, Batman & Robin. El productor ejecutivo –y narrador no acreditado- de dicha serie, William Dozier, fue quien, en 1966, encargó a los escritores Stan Hart, Larry Siegel y Stanley Ralph Ross -quien ya había trabajado en la serie de Batman- el guion de un capítulo piloto de Wonder Woman, el cual luego sería producido por Greenway Productions y Twentieth Century-Fox.

Por una suerte de factores, entre ellos el tono satírico y disparatado que impregnó con sus onomatopeyas y expresiones ridículas la serie de Batman, el grupo de escritores pergeñaron una historia titulada “Who´s afraid of Diana Prince”, cuyo parecido con la realidad del personaje era, por decirlo suavemente, casual. Dirigido por Leslie H. Martison y protagonizado por la actriz Ellie Wood –cuyo mayor logro fue aparecer en la mítica cinta Easy Rider (1969)- y Maurice Prickett en el papel de su madre, los casi cinco minutos que se llegaron a rodar reinventan, ridiculizan e ignoran el pasado y el legado del personaje hasta hacerlo una burda caricatura. Lo único que se escapa del metraje es la imagen de la actriz y modelo Linda Harrison, la cual aparece cuando Ellie Wood se mira en el espejo, y quien luce el uniforme de la princesa amazona, casi tan bien como unos años después lo hiciera Lynda Carter. Ante tal desatino, se entiende que el proyecto quedara en agua de borrajas y nadie lo volviera a mencionar hasta la siguiente década (D)

  • (D) No obstante, para los amantes de la historia televisiva y seguidores del personaje, el piloto se puede encontrar fácilmente en YouTube aunque al soporte se le noten el paso de los años.

Donde el personaje tuvo mejor suerte fue dentro del mundo de la animación. En 1972 Wonder Woman debutaba en la serie The Brady Kids, versión animada protagonizada por los niños que también aparecían como protagonistas en la celebérrima serie de acción real The Brady Bunch (ABC 1969-1974). “It's All Greek to Me”, capítulo décimo tercero de los veintidós que se llegaron a emitir, reunía a los pequeños Brady con Wonder Woman y juntos emprendían un viaje hasta la antigua Grecia para, allí, encontrarse con el matemático Euclides, teórico por excelencia de la geometría tal y como hoy se la conoce. Un año después, Wonder Woman se convirtió en uno de los miembros fundadores de la serie de Hanna-Barbera “Super Friends” junto con Superman, Batman y Robin. En total se llegaron a emitir 109 capítulos, divididos en nueve temporadas –entre 1973 y 1986- y, a pesar los sucesivos cambios en el formato y en el nombre de la serie, el personaje de Wonder Woman siempre fue una constante. Como curiosidad decir que para la primera temporada (8 de septiembre de 1973 – 22 de diciembre 22 de 1973) el uniforme de Diana fue rediseñado y simplificado por el gran Alex Toth.

Diseño de Alex Toth para la versión animada de Diana

Merced al éxito cosechado por la serie de animación -la cual hizo que las nuevas generaciones se fijaran en el personaje- sumado al restablecimientos de los poderes y la identidad del personaje, fruto del cambio de rumbo impuesto por el nuevo editor y escritor de cabecera, Robert Kanigher, se decidió llevar Wonder Woman a la pequeña pantalla.

El 12 de marzo de 1974 se estrenó Wonder Woman, primer intento de llevar al personaje al terreno de la acción real. Producida por John G. Stephens, escrita y producida por John D.F. Black y dirigida por Vincent McEveety, el proyecto sonaba prometedor dado la experiencia televisiva –y su paso por la serie Star Trek- que los tres poseían. En cuanto al reparto, los papeles principales fueron interpretados por Cathy Lee Crosby como Diana/ Wonder Woman, Kaz Garas como Steve Trevor, Charlene Holt como Hippolyta y Ricardo Montalban como la mente maligna de la historia, Abner Smith. De todos, solamente el último contaba con una carrera que lo avalaba, de cara al público. Kaz Garas había trabajado en bastantes producciones televisivas de la época, al igual que Charlene Holt. Quien llegaba al papel con tan sólo media docena de trabajos era Cathy Lee Cosby.

Wonder Woman (Cathy Lee Crosby)

A priori, Cathy Lee Cosby no era la mejor elección, dado que la actriz es rubia y el personaje de Diana, moreno. Además, el diseño de Bill Thomas obvió la indumentaria gráfica y animada del personaje, y se descolgó con un atuendo compuesto por un pantalón azul largo, botas del mismo color y una chaqueta de color rojo, con las mangas en color azul y adornadas, éstas, con estrellas de color dorado. Dichas estrellas hacían juego con el cinturón, los brazaletes y el águila dorada que llevaba en la parte izquierda de la chaqueta y a la altura del pecho. Ni tiara, ni lazo dorado, ni corpiño de color rojo, ni botas del mismo color.

Desgraciadamente, las calamidades no se quedaron en el cambio de vestuario, sino en la historia escrita para la ocasión. Salvo las secuencias iniciales, desarrolladas en el mundo de las amazonas –secuencias que bien pudieran haber formado parte de cualquier Peplum protagonizado por Steve Reeves- poco o nada queda de la creación original de William Moulton Marston. Diana forma parte de una organización secreta, tipo SHIELD, liderada por Steve Trevor y, cuando hay una emergencia, la amazona decide tomar cartas en el asunto y perseguir al culpable.

En cuanto al resto de la trama, Diana -cuya identidad de heroína parecen conocer el resto de los personajes, sobre todo los malosos- vivirá una suerte de aventuras exportadas de las películas de espías, tan de moda desde la llegada de James Bond a las pantallas grandes. Entre el robo de una serie de libros de códigos secretos, una pareja de hermanos asesinos, un esbirro absolutamente pirado y una amazona renegada que busca venganza, y los gadgets que lleva encima la heroína, es difícil imaginar que estamos viendo una adaptación de Wonder Woman. Ni siquiera el villano, Abner Smith, responde a las señas de identidad clásicas. Es tan educado y cortés que casi te da pena que Diana lo detenga antes de lograr su propósito…

Al final, el piloto bien se pudiera haber llamado Spy Woman, siguiendo la estela de la famosa serie Police Woman, protagonizada por la actriz Angie Dickinson entre 1974 y 1978. También se podría haber sumado al cambio de registro al que se apuntaron las cadenas televisivas norteamericanas de la época cuando empezaron a emitir series protagonizadas por mujeres –tal y como, luego, fue el caso de Charlie´s Angels y The Bionic Woman-. Y como apunte para la historia decir que quien se presentó al casting de este primer piloto y no pasó la selección fue Lynda Jean Córdova Carter, una desconocida cantante y actriz que, años después, daría mucho que hablar.

Puede que, hoy en día, el “fracaso” de esta Wonder Woman hubiera acabado con el proyecto para siempre, pero en aquellos años de continuos cambios todavía se podía experimentar y tratar de solucionar propuestas que no habían sido tratadas de la manera correcta. Ésa es la razón por la que ABC decidió seguir adelante con el proyecto de llevar Wonder Woman a la pantalla y contrató a un nuevo equipo creativo encabezado por productor Douglas Schoolfield Cramer, quien fuera responsable, como vicepresidente de producción de Paramount Televisión, en cabeceras tan famosas como Star Trek, Mission Impossible y The Brady Bunch. Para el productor, Wonder Woman era su primer proyecto en solitario, una vez que decidió abandonar Paramount, y de ahí su empeño por lograr que la aventura llegara a buen puerto. En cuanto al resto de los implicados solamente Stanley Ralph Ross había trabajado anteriormente con el personaje, aunque su debut, formando parte del trío responsable de escribir el guión de “Who´s afraid of Diana Prince” pasó a la historia, pero no por lo acertado del tratamiento. Por fortuna, esta vez el guionista sí que se leyó los cómics originales de Wonder Woman y lo único que hizo después fue trasladar buena parte de aquellas primeras historias al formato televisivo, sin necesidad de alterar sus señas de identidad ni la ideología que encerraban.

Wonder Woman (Lynda Carter) The New, Original Wonder Woman (1ᵃ temporada)

Con una lección bien aprendida, quedaba solucionar el segundo escollo. Quizás el más importante, si se quería llegar no sólo a un público generalista, sino al segmento formado por quienes leían las historias gráficas, principalmente mujeres, muchas de ellas seguidoras del personaje durante décadas. Este “escollo” tenía que ver con elegir una actriz cuya apariencia física sí recordara al personaje creado por William Moulton Marston y dibujado por Harry G. Peter durante casi dos décadas. Tal y como es lógico intuir, los ejecutivos de la cadena estaban empeñados en buscar una actriz que, además del mencionado parecido, tuviera cierta experiencia y/ o reconocimiento entre el público, dado que el tiempo para los experimentos había quedado atrás.

En esta ocasión y por segunda vez, Lynda Carter decidió acudir al casting y probar fortuna…Por intentarlo que no quede, pensaría la actriz. Ni siquiera recibí una llamada tras la primera prueba, pero ocho o nueve meses después, cuando (Douglas) Cramer decidió volver a poner en marcha una serie, mi teléfono sonó y concerté una prueba. Llegué allí esperando, claro está, ver a todos los que ya eran alguien en el mundo de la televisión, y allí estaban, claro. Farrah Fawcett, Jaclyn Smith, Kate Jackson, Cheryl Ladd (todas ellas serían Ángeles de Charlie, un par de años después) y Lindsay Wagner (The Bionic Woman). Por esas fechas, todas nos veíamos en las mismas pruebas y ninguna de nosotras había hecho mucho, tan solo un par de anuncios y pequeños papeles en series. Kate (Jackson) era la única que sí tenía experiencia. (The Rookies. ABC 1972-1976). Lo más interesante es que no tuvimos que hacer una lectura a primera vista, cosa que para mí fue genial, porque se me dan fatal y nunca he conseguido un papel haciendo eso primero (3)

  • (3) Amazon Heroic. Starlog 260, March 1999. Pp 53-58

Lo que Lynda Carter no sabía en aquel momento es que la llamada se debió a que uno de los ejecutivos de la cadena vio las grabaciones de aquel primer casting y, luego de enseñárselas a Douglas S. Cramer, ambos decidieron llamar a la actriz y darle otra oportunidad. Una vez que llegué, preparada para leer a primera vista, el productor de la serie, Doug Cramer, me dijo que no tenía que leer nada, sino que iban a probar ya conmigo. Me pareció fantástico, porque odio hacer ese tipo de lecturas. Así que hice la prueba, pero creo que la cadena no estaba nada interesada en coger a una completa desconocida, pues buscaban a alguien con experiencia. Sin embargo, Doug Cramer se negó en redondo a tal cosa, porque pensaba que yo era la candidata perfecta. Es más, dijo Si no es con ella, no trabajo. Me hizo sentir muy bien (4)

  • (4) Hofius, Jason & Khoury, George. Age TV Heroes. Tomorrow Publishing 2010. Pp 71-87

La insistencia de Douglas S. Cramer no dejaba de ser una sorpresa, sobre todo porque en aquellos momentos parecía que nadie, salvo contadas excepciones –como fuera el caso de David Gerber, productor ejectivo de Police Woman- pensaba que una actriz era capaz de cargar con la responsabilidad de ser la protagonista de una serie de televisión semanal que no fuera cómica y aún así. Solamente la gran Lucille Désirée Ball, actriz y fundadora de su propia compañía, Desilú –sello que produjo, entre otras series, Star Trek y Mission Impossible- rompió muchos de los tabúes de la época aunque I love Lucy, su serie más famosa, era una comedia de situación, cargada, eso sí de toda una soterrada crítica a la sociedad de su tiempo. Sea como fuere, el productor se mantuvo inamovible y, una vez seleccionada la actriz principal (5), quedaba por encontrar al resto del elenco, en especial al piloto Steve Trevor.

  • (5) Sin restarle mérito a la prueba realizada por la actriz, está claro que el haber sido coronada Miss Arizona, su estado natal y, ese mismo año, 1972, conquistar el galardón de Miss World America, una circunstancia que de daba la posibilidad de representar su país en concurso de belleza por excelencia, Miss Universo –y en donde llegó hasta las semifinales- tuvieron mucho que ver, sobre todo cuando la actriz se hizo las pruebas llevando el traje de la princesa amazona, magníficamente diseñado por Donald Lee Feld “Donfeld”.

En este caso, la elección del actor que daría réplica a uno de los personajes más recurrentes dentro de la historia gráfica de Wonder Woman fue mucho más sencilla. Lyle Waggoner consiguió el papel dada su amistad con el guionista del nuevo capítulo piloto, Stanley Ralph Ross. Un amigo mío era guionista (Ross). Un día me llamó y me dijo Me han encargado este piloto para una serie llamada Wonder Woman, basada en el cómic. La parte de Steve Trevor es perfecta para ti y la voy a escribir como si estuviera escribiendo para ti. Le respondí ¡Vale! (4)

Wonder Woman (Lynda Carter) y Steve Trevor (Lyle Waggoner)

Paradójicamente, una década antes, el actor había acudido al casting para otra serie basada en un cómic, Batman, el mismo día en el que Adam West –quien luego diera réplica al cruzado de Gotham City- hiciera su prueba.

Cronológicamente hablando, el casting al que asistió Lyle Waggoner fue anterior al de Lynda Carter y de ahí que el actor estuviera presente cuando la desconocido actriz se presentó a la prueba. Yo hice la prueba con alguna de esas chicas, una pequeña escena con ellas. Una vez que Lynda terminó dije: Tal y como yo lo veo, esta chica se parece al personaje. Es muy guapa, tiene un cuerpo estupendo y lo ha hecho muy bien. No sé si mi recomendación tuvo algo que ver, pero la cogieron (4)

Llegados a este punto hay que decir que la elección de Lyle Waggoner tampoco fue casual dado que el actor, quien antes de desembarcar en el proyecto había pasado los ocho años anteriores trabajando en el show de Carol Burnett –otro de los referentes obligados cuando se habla de la comedia televisiva norteamericana del pasado siglo XX- era el candidato perfecto para lograr que Wonder Woman tuviera el mismo tono cómico y disparatado de la celebérrima serie Batman (ABC. 1966-1968) Esto explica que el resto del casting para el episodio piloto, salvo en el caso del actor John Randolph, estuviera compuesto por actores tales como Cloris Leachman, Kenneth Mars y Henry Gibson, quienes habían desarrollado buena parte de su carrera dentro del terreno de la comedia.

Wonder Woman en acción (Lynda Carter)

La actriz, por el contrario, tenía otros planes para un personaje al que conocía desde pequeña y admiraba, como otras miles de niñas de su generación. Nunca me planteé el papel de Wonder Woman como si fuera comedia, y nunca lo traté de forma cómica. La única forma en la que creía se podía hacer el personaje creíble era tomárselo en serio. Por otra parte, debo admitir que nunca jugué a ser Wonder Woman. Entendí que el personaje era una superheroína, no que intentaba serlo. Lo que sí hice fue usar el personaje de Diana Prince para que la gente entendiera quién y cómo era Wonder Woman, ya que no hay mucho diálogo personal con Wonder Woman. (4)

Al final y con una historia que reproducía, salvo algunos de los pasajes de la historia mitológica de las amazonas, las páginas de la primera entrega gráfica del personaje, The New, Original Wonder Woman debutaba el 7 de noviembre del año 1975 y, para sorpresa de propios y extraños, incluyendo a los responsables de la cadena ABC, fue un éxito inmediato.

La serie, impregnada del espíritu contestatario de las aventuras clásicas del personaje mostraba los poderes y habilidades de Wonder Woman con un sentido del realismo que ya hubieran querido para sí el “dúo dinámico televisivo” por excelencia. Diana era capaz de detener y/o esquivar balas con sus brazaletes, lanzar su tiara con la precisión de un aborigen australiano o doblegar a los villanos, principalmente nazis con el denostado y criticado lazo mágico. Además, y al revés de lo que sucedió en el primer piloto protagonizado por Cathy Lee Crosby, los saltos, peleas y conflictos en los que se veía envuelto el personaje, sí que estuvieron realizados por especialistas, en este caso, Jeannie Epper y Beth Nuffer. No obstante, Lynda Carter terminó por ejecutar muchas de las secuencias de acción sin tener que recurrir a ningún doble –incluso acabó colgada de un helicóptero que atraviesa una enorme depresión montañosa- circunstancia que le hizo merecedora de ser nombrada miembro honorífico del gremio de especialistas y ocasionarles a los productores un susto de cuidado.

Cuatro meses después del debut, la cadena emitió los dos siguientes episodios especiales, Wonder Woman meets Baroness von Gunther -adaptación de otra de las historias publicadas en el primer número de la serie de cómic- y Fausta: the nazi Wonder Woman (21-28 de abril de 1976 respectivamente) los cuales lograron superar el éxito de audiencia cosechado por el capítulo piloto. Seis meses después se emitió el último especial de una hora, titulado Beauty on parade (13 de octubre de 1976) donde, además de ver las cualidades de la actriz como aspirante al trono, en un concurso de belleza, quedó sobradamente acreditada la viabilidad de la propuesta para convertirse en una serie regular. Ya por entonces, Richard Eastham había sustituido a John Randolph, en el papel del general Phil Blankenship, personaje basado en el gráfico general Phil, al igual que Carolyn Jones había sustituido a Cloris Leachman en el papel de Hipólita, la madre de Diana. La última en llegar fue la actriz Beatrice Colen, escogida para dar la réplica a Etta Candy, otro de los personajes exportados del mundo gráfico.

Wonder Woman (Lynda Carter) y Wonder Girl (Debra Winger)

The Feminum Mystique, episodio doble y que se programó los días 6 y 8 de noviembre de año 1976 se le considera como el primero de los capítulos de la primera temporada de la serie regular aunque, para entonces, ya hubiese pasado un año desde la emisión del capítulo piloto. La trama escrita por Jimmy Sangster, Barbara Avedon y Barbara Corday sirvió para presentar en sociedad a la hermana pequeña de Diana, Drusilla, cuyas bases gráficas fueron alteradas para transformarla en la hermana pequeña de la protagonista (6) Drusilla/ Wonder Girl, interpretado por una debutante y prometedora Dreba Winger, a punto estuvo de obtener su propia serie, dada la enorme aceptación que el personaje tuvo entre los espectadores y el buen hacer de la joven actriz pero, nada más terminar la temporada, ésta decidió abandonar la serie y el proyecto nunca se pudo llevar a cabo.

  • (6) En el mundo gráfica, la adoptada hermana pequeña de Diana era, en esos instantes, Donna Troy, la cual debutó en The Brave and the Bold #60 (July 1965). Drusilla era una amazona que apareció en el número 182 de las serie regular del personaje (junio 1969) y que, por avatares del mundo del espectáculo se transformó en la hermana pequeña de la heroína, nunca mencionada hasta ese instante.

Visto con el paso del tiempo y teniendo presente lo que sucedió después, aquellos episodios, cargados de muchos de los tópicos que marcaron aquellos convulsos años, son los que mejor supieron reflejar el espíritu contestatario y ciertamente feminista del personaje creado por William Moulton Marston. Puede que en las guiones las situaciones fueran muy blancas o muy negras pero la sensación de que Wonder Woman era una mujer capaz de valerse por sí misma y solucionar cualquier problema que se atravesara en el camino –en especial, salvar a Steve Trevor, en el último segundo, tal y como sucedía en los seriales cinematográficos de aquellos años- no dejaba de ser una novedad en un mundo donde las mujeres aún estaban muy encorsetadas. Wonder Woman demostraba que las mujeres lejos de promover aquella vaticinada “lucha de sexos” que Fredric Wertham se había empeñado en impedir eran capaces de aportar un punto de vista bien distinto y ayudar a salvar al mundo de cualquier amenaza.

Diana Prince secretaria de la marina (Lynda Carter)

Calificativos tales como fortaleza, honestidad, determinación y compromiso se volvieron de uso común para definir al personaje, algo impensable, no en la década de los cuarenta sino en la de los setenta, demasiado conmocionada por lo sucesos que ocurrían a su alrededor como para darse cuenta que las mujeres reclamaban un papel más activo en la sociedad. La osadía llegó a tal punto que la conclusión final a la que llega el personaje de Andros, (Judgment from Outer Space, 15-17 enero 1977) alienígena enviado al planeta Tierra para jugar sus erráticas y destructivas acciones –en clara referencia al clásico The Day the Earth Stood Still (Robert Wise, 1951- es que mientras existieran personas como Wonder Woman, los habitantes de la tierra tendrán alguna esperanza de sobrevivir y no autodestruirse de manera insensata y vana.

Y lo mejor de todo es que con un mensaje tan radical, para los estándares de la época, el público respondió muy bien, semana tras semana, y de ahí que cuando esta primera temporada terminó, el 16 de febrero de 1977 (Wonder Woman in Hollywood) nadie podía imaginar que la cadena ABC decidiera cancelar la serie y dejar al equipo de producción, compuestos y sin espacio. Por fortuna, CBS entendió que al personaje aún que le quedaban cosas por contar y accedió a programar las serie pero con algunos cambios. El más importantes, transportar las aventuras al momento actual y dejar atrás el glorioso pasado de la Segunda Guerra Mundial. La decisión no era baladí dado que en aquel momento, series anteriormente citadas como Charlie´s Angel, The Bionic Woman o Police Woman empezaban a formar parte del imaginario de la cultura popular y la cadena no quería estar al margen de aquella situación. Lynda Carter porque pensaba que tal circunstancia le permitía ampliar su registro interpretativo. Me gustó, porque hacía que las historias fueran más flexibles. Ya no todo tenía que estar relacionado con la guerra, podía haber atracos a banco, espionaje, alienígenas o cualquier otra cosa. (4) Por el contrario, Lyle Waggoner lo veía de forma bien distinta: Decidieron mover todo hasta el presente y querían hacer de Wonder Woman una Police Woman o una serie dramática… Nunca pensé que el cambio fuera para mejor, pero qué más da. Simplemente continuaron con esa idea, que yo, personalmente creía que era un tanto estúpida, y ya está (4)

El regreso de Diana se programó para el día 16 de septiembre del año 1977, con un nuevo capítulo piloto titulado The Return of Wonder Woman. En esta ocasión, Diana encuentra, no a Steve Trevor sino a su hijo Steve Trevor jr., interpretado, como no, por Lyle waggoner, quien junto con un grupo de científicos acaba dando con sus huesos en Paradise Island. Esta vez, la tecnología del lugar, así como los conocimientos adquiridos por la princesa amazona durante su estancia en nuestro mundo lograrán que el trance se solucione sin mayores altercados y, con todo en su sitio, Diana regresará junto con Steve Trevor para formar parte de su vida, como ya sucediera, tres décadas antes. Lo divertido del caso es que en su nueva vida Diana trabajará en una organización llamada IADC (Inter-Agency Defense Command) similar a la que aparece en el capítulo piloto protagonizado por Cathy Lee Crosby y sus aventuras, a partir de entonces se parecerán mucho a las que se pudieron ver en el piloto de 1974.

El resto de los cambios fueron de carácter estético y estuvieron relacionados con el uniforme de la heroína, el cual se rediseñó para que resaltara las bondades de la figura de Lynda Carter e, incluso, se confeccionaron unos brazales de metal dorado mucho más sólido y realista que los originalmente utilizados. Como novedad, se confeccionaron dos nuevos uniformes, pensados para tareas específicas tales como las persecuciones en motocicleta o las aventuras bajo el mar, además de dotar al personaje de todo un vestuario contemporáneo muy alejado del serio uniforme militar con el que aparecía vestida en la primera temporada. Es si, lo que no cambió fue el sistema por el que Diana se transforma en Wonder Woman “Wonder Spin” mucho más rápido y práctico que tener que recurrir a una destartalada cabina de teléfonos.

Portada Wonder Woman special# 1 77´(2015)

Si nos ceñimos a los contenidos de esta segunda temporada, desarrollada a lo largo de 21, más el piloto ya comentado (septiembre de 1977 y abril del año 1978) el personaje se vio las caras, no solamente con ecos de su pasado –viejos criminales nazis, empeñados en reverdecer el tercer Reich- sino con toda una pléyade de villanos megalómanos, seres cibernéticos, científicos chiflados y gente de mal vivir. Las historias son, cuanto menos entretenidas y, entre pelea y enigma por resolver, queda algo de la esencia reivindicativo del personaje, acorde con los cambios sociales que, en aquellos momentos empezaban a ser más notorios.

Sin embargo, y tras la renovación para una tercera temporada, los problemas en cuanto a la viabilidad de la serie empezaron a surgir dentro de la cadena CBS. La razón no tenía nada que ver con los índices de audiencia, con la que había terminado la temporada previa sino con el hecho de que, en aquellos momentos, la cadena emitía, además de Wonder Woman, otras dos series basadas en personajes gráficos; The Amazing Spider-man y The Incredible Hulk. Esta circunstancia explica porque, desde la competencia, se empezaba a denominar a CBS como “The Comic Book Network”. Hoy en día el calificativo, lejos de ser un insulto, se consideraría todo un hágalo –repasen la cantidad de series que se emiten y que están basadas en una serie gráfica, mes a mes- pero, en aquellos momentos, la realidad era otra y así pasó lo que pasó.

Wonder Woman (Lynda Carter) en color

Tras unos primeros meses en donde los espectadores podían acudir a su encuentro semanal con la heroína, la cadena empezó a programar de forma un tanto errática, llegando a dejar en suspenso la serie durante dos meses, emitir dos capítulos y suspenderla, de nuevo, otros meses, hasta que terminó de emitir los 24 episodios de los que estaba compuesta. En estos últimos instantes, los productores decidieron que ya era hora de que Diana Prince se mudara hasta la costa oeste y empezara una nueva vida, lejos del coronel Steve Trevor jr. Los cambios, a destiempo y sin un soporte argumental coherente no sirvieron de mucho y el 11 de septiembre se emitió el último capítulo de la serie.

Como suele ser habitual nadie esperaba que las cosas sucedieran de aquella forma pero en el mundo de espectáculo, en especial el de la televisión, donde la inmediatez y los resultados priman sobre cualquier otra consideración, esto sucede a cada momento. Para los actores, el cierre definitivo supuso dejar atrás una de las mejores experiencias de su carrera, tal y como han declarado en multitud de ocasiones y si bien algunos albergaban la esperanza de que otra cadena se hiciera cargo de la serie, el tiempo se encargó de demostrar lo contrario.

Tuvieron que pasar dos décadas hasta que la responsable de la serie Lois & Clark: the new adventures of Superman, Deborah Joy Levine pusiera sobre la mesa la posibilidad de presentar una versión actualizada del personaje. Tras un sin de rumores y un casting desarrollado, a nivel nacional durante los años 1997-1998, el proyecto ni siquiera llegó a la fase de pre-producción. Esa misma década, Warner Bros anunció que estaba trabajando en una película protagonizada por la heroína y, entre los nombres que se barajaron para escribir el guión y dirigirla estuvo el de Joss Whedon, responsable de The Avengers. Como en el caso anterior, nada sucedió hasta hace dos años cuando, el estudio publicitó el acuerdo al que había llegado con la modelo y actriz israelita Gal Gadot para interpretar al personaje de Diana Prince/ Wonder Woman en la película Superman vs Batman: Dawn of Justice (Zack Snyder, 2016) y en dos películas más –The Justice League y Wonder Woman- ambas anunciadas para el año 2017.

Imagen promocional de la actriz Gal Gadot para la película Batman vs. Superman: Dawn of Justice (2016)

Antes de dicho anuncio, en la primavera del año 2011, NBC proyectó el capítulo piloto de una nueva serie basada en el personaje y protagonizada, en sus papeles principales por Adrianne Palicki (Diana Prince/ Wonder Woman); Tracie Nicole Thoms (Etta Candy); Justin Bruening (Steve Trevor) y Elizabeth Hurley en el papel de la malévola Veronica Cale. En esta ocasión, Diana es la CEO –e imagen visible- de una enorme compañía llamada Themyscira Industries y, al igual que le sucede al Tony Stark de Ultimates, el mundo conoce su doble identidad. El personaje es decidido, independiente, muy feminista y no tolera ciertas cosas, sobre todo aquellas que ponen en solfa la credibilidad del sexo femenino. Sus métodos son expeditivos, fiel reflejo de los cambios que ha sufrido el personaje gráfico tras los sucesos narrados en OMAC Project (junio-noviembre 2005) y no se detiene ante nadie, aunque ello suponga violar la ley.

Wonder Woman en el siglo XXI (Adrianne Palicki)

Adrianne Palicki luce dos modelos de uniforme, uno con pantalones y otros que recoge las esencia del diseño original y su actuación no es, ni mucho menos, tan espantosa como se ha dicho desde que dicho capítulo se emitió. Podría decirse que su Wonder Woman es una suerte de versión “Ultimate” del personaje, recurriendo a un concepto acuñado por Marvel Comic y de haberle una oportunidad de desarrollarse, quien sabe lo que hubiese ocurrido.

Portada alternativa de Phil Jimenez para Wonder Woman ´77 special# 1

Sea como fuere, la imagen de Lynda Carter permanece casi inmutable dentro del imaginario colectivo y fruto de todo ello ha sido la publicación de dos especiales gráficos titulados, genéricamente, Wonder Woman ´77 Special (mayo-septiembre 2015) En sus páginas, Diana Prince vuelve a compartir aventuras con Steve Trevor o se encuentra con la Wonder Woman televisiva de 1974, su hermana Drusilla o Fausta, la Wonder Woman nacionalsocialista. Todo ello demuestra que, pase lo que pase con el trabajo de Gal Gadot, Lynda Carter seguirá siendo un referente obligado cuando se piense en la princesa amazona creada por William Moulton Marston en 1941.

Wonder Woman atrapada (Lynda Carter)

Termino este recorrido con algunas de las frases escritas por la actriz en la introducción del número 600 de la serie regular de Wonder Woman, publicado en el año 2010. While I am forever identified with the role, Wonder Woman belong to us. She´s the symbol of the extraordinary possibilities that inhabit us, hidden though they may be-that´s, I think, is the important gift Wonder Woman offer women. Perhaps our real challenge in the 21st century is to strive to reach our potential while embracing her values. If Einstein is right, and imagination is more important than knowledge, then maybe what we need is to “wonder”… to open our minds and ours hearts, to believe in what we cannot see. Who knows? Maybe Wonder Woman can save the world.

© Eduardo Serradilla Sanchis, 2017

Anual 1975 © Dolmen Editorial, 2017

Wonder Woman © 2017 DC Comics, inc. A TimeWarner Entertainment Company. All right Reserved.

The New, Original Wonder Woman © 2017 Warner Bros. Television & DC Entertainment. A TimeWarner Entertainment Company. All right Reserved.

Wonder Woman es una creación de William Moulton Marston, Elizabeth Holloway Marston, Olive Byrne y Harry G. Peter.

Sobre este blog

Empecé a leer cómics a la misma vez que aprendí  a leer y, desde entonces, no he parado de hacerlo. En todas estas décadas he leído cómics buenos, regulares y no tan buenos, pero siempre he creído que el lenguaje secuencial es la mejor -y más idónea- puerta de entrada para leer tanto letras como imágenes. Ahora leo más cómics digitales que físicos, pero el formato me sigue pareciendo igualmente válido y sigo considerando el cómic un arte.

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