Allende: ''Ahora hay esclavitud, sólo que no se reconoce''

Hilvanando respuestas con anécdotas y con el magnetismo que le ha servido para atrapar a los lectores de medio mundo hasta vender más de 51 millones de ejemplares, Isabel Allende presentó en Madrid su nueva novela, La isla bajo el mar, en donde recorre la vida de Zarité, una mulata que a los 9 años es vendida como esclava en el Santo Domingo del siglo XVIII.

“Ahora hay tanta esclavitud como antes, sólo que no se reconoce”, advirtió la autora, quien denunció que existen 27 millones de esclavos en el mundo y mil formas de esclavitud soterradas. Entre ellas citó los niños soldado de África, las personas que trabajan en la industria del carbón en Brasil, o las niñas de Camboya.

“Es un esclavo cualquier persona que es retenida contra su voluntad y es obligada a trabajar, sin posibilidad de cambiar de vida”, alegó esta autora, para quien la forma “más brutal” de esclavitud imaginable tuvo lugar en Haití. La historia del sufrimiento de sus habitantes y antepasados le “asaltó” el cuerpo, (incluso hasta provocarla un fuerte dolor de estómago) y originó la redacción de las páginas de 'La isla bajo el mar'.

Así su protagonista, Zarité se 'coló' en el cuerpo y la mente de Isabel Allende para contarle la historia de sus cuarenta años de vida, en los que predomina la lucha por conseguir la libertad y la felicidad, que alcanza al final de su vida.

La posibilidad de escoger

“Libertad es la posibilidad de escoger sin presión y sin violencia”, explicó la autora, quien recordó sus orígenes chilenos y su nacimiento en una familia patriarcal y conservadora donde ella era “la más rebelde”.

Esa rebeldía se transformó con los años en un incipiente feminismo que le ha llevado a participar en numerosa conferencias y encuentros para abogar por la igualdad y la libertad de las mujeres, sobre todo en los países menos desarrollados.

“Todos mis novelas son un poco feministas”, reconoció hoy la autora, para quien un autor “escribe de lo qué sabe y de lo qué es”, independientemente de lo digan que las críticas literarias o compañeros de profesión. “En Chile hay un grupo de críticos que me detesta y Roberto Bolaño consideraba que yo era una basura”, afirmó esta autora, cuya obra, 'La casa de los espíritus' (1982) la situó en la cúspide de la literatura Latinoamérica.

A pesar de la críticas, Isabel Allende sigue vendiendo novelas y sabe que si no “la embarra” demasiado con ésta, le publicarán su próximo libro. Esto lo confiere cierta tranquilidad y le ha servido para mantener su carrera literaria y vender libros durante 25 años.

Viaje al alma

Para escribirlos, Allende explicó que necesita soledad y silencio porque todo pasa “dentro de la cabeza y el vientre” y porque escribir ficción es un “viaje al alma” en donde ella recupera “todo lo que se pierde en el ruido y la agitación de la vida diaria”.

Pero durante la rueda de prensa, Allende también habló de política y le preguntaron por la presidenta de Chile, Michelle Bachelet, a quien describió como un “personaje de novela”, cuya historia no sabe si sería capaz de escribir y “muy querida”, ya que ha conseguido una aprobación de más del 70% de su electorado tras cuatro años de gobierno. “Es una pena que no pueda ser reelegida”, confesó.

Militarismo y política

Frente a las críticas de la apuesta por las armas de la presidenta chilena, Allende culpó a la sociedad patriarcal y al poder de los estamentos militares. “El Patriarcado se sostiene del militarismo”, resaltó esta escritora, quien también disculpó al presidente de Estados Unidos, Barak Obama, porque “él no puede evitar que los militares gasten 650 billones de dólares en armamento”, alegó.

En su opinión son las mujeres las únicas capaces de conseguir la paz en el mundo y abogó por empezar la lucha contra la tenencia de armas en los hogares americanos. “El gran proyecto de las mujeres hoy, es la paz, porque son las primeras víctimas de los conflictos”, subrayó.

Y preguntada por la reciente visita a España del presidente de Venezuela, Hugo Chavez y el de Bolivia, Evo Morales, Isabel Allende manifestó que los movimientos populares “son explicables” en ambos países, pero advirtió que todos sus amigos, que viven en ambos países y que en el pasado apoyaron la Revolución Cubana y son de izquierdas “están en contra de Chávez”, concluyó.

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