Amin Maalouf: “La democracia es un producto de exportación importante”

MADRID, 28 (EUROPA PRESS)

La democracia como “producto de exportación importante”, la regresión del mundo árabe o su “falta de liderazgo” son algunas de las ideas que el escritor libanés Amin Maalouf expone en 'El desajuste del mundo. Cuando nuestras civilizaciones se agotan', su particular “diagnóstico” de lo que ocurre entre Occidente y Oriente.

Maalouf denunció que “el mundo árabe está en plena regresión, lo que contribuye para la regresión del resto del mundo”, además de sufrir “una situación de ausencia de liderazgo”, en una referencia a la “falta de credibilidad y falta de legitimidad” que caracterizan los actuales mandatarios de países del Oriente Próximo.

El autor también subrayó la tendencia a “subestimar la amplitud de la hostilidad y la desconfianza que hay entre Occidente y Oriente”, abogando por la “coherencia” entre tratados y proyectos de paz “que no sean apenas un apretón de manos entre dirigentes”.

DIVERSOS DESAJUSTES

En el libro, Maalouf (Beirut, 1949) sostiene que el siglo XXI ha empezado con síntomas de sufrir serios desajustes, como el desajuste intelectual, (caracterizado por un desencadenamiento de afirmaciones identitarias que hacen difícil toda coexistencia armoniosa), el desajuste económico o el desajuste climático.

Ante este panorama, Maalouf se pregunta en el texto si la humanidad ha alcanzado el “techo de su incompetencia moral” y afirma que el desajuste del mundo tiene menos que ver con el 'choque de civilizaciones' que con el agotamiento simultáneo de nuestros modelos sociales.

Maalouf hizo hincapié en la necesidad de establecer la “universidad de los valores éticos” y de aceptar la “diversidad de las culturas”, y puso como ejemplo la cuestión de la democracia. “Todos pueblos ya sufrieron con regimenes autoritarios”, sentenció.

El autor matizó la afirmación añadiendo que los países ricos consiguieron alcanzar la democracia con más facilidad, pero que la pobreza no es un obstáculo en sí, recordando el caso de India. “No creo que existan regiones impermeables a la democracia”, advirtió.

El escritor, que “no ahorra críticas a nadie” en su libro (según afirmó la directora de Casa Árabe, Gema Martín Muñoz), subrayó uno de los papeles de las naciones desarrolladas, explicando que “la democracia es un producto de exportación importante”, desde que es establecida con “respeto” y “dignidad” y “no con ejércitos de ocupación con la intención de dominar y explorar los recursos de los países”.

CULTURA Y PAZ

El autor de libros como 'León el africano' y 'Samarcanda' explicó que optó por la no-ficción en este caso porque quería expresar las ideas de 'El desajuste del mundo' de “una forma precisa” y que no le apetecía “llenar una novela con afirmaciones políticas”.

Una de sus inquietudes se relaciona con la importancia de la difusión de cultura. Maalouf explicó que “los que no pueden satisfacer sus necesidades culturales pueden crear medios de expresión muy violentos”, sentenciando que “una inversión en cultura es una inversión en armonía y paz cívica”.

Advirtiendo que “la lucha por los derechos humanos no puede variar de acuerdo con los países”, Maalouf opinó sobre la situación de los inmigrantes que van a los países desarrollados, reclamando su “integración”. “No se les puede dar un trato distinto bajo la excusa de no querer intervenir en la cuestión cultural”, concluyó, partiendo del ejemplo la “inaceptable” situación de las mujeres en el mundo árabe.

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