Localizan un enterramiento aborigen con al menos tres individuos

Grabados aborígenes (podomorfos) situados en el malpaís de la cueva de Huriamen, en la zona de Villaverde perteneciente al municipio de La Oliva (Fuerteventura). EFE/Carlos De Sáa

EFE

Puerto del Rosario —

Los restos óseos hallados en una cueva de Huriamen, en la zona de Villaverde perteneciente al municipio de La Oliva (Fuerteventura), corresponden a un enterramiento aborigen con al menos tres individuos, dos hombres y una mujer, y cuyas pruebas radiocarbónicas aplicadas a uno de ellos lo sitúan en el siglo XI.

El hallazgo se produjo hace más de un año, a principios de febrero de 2013, por parte de unos vecinos de Villaverde y de forma casual. Tras entregarlos al Cabildo de Fuerteventura, la institución decidió adoptar medidas cautelares para conservar la cueva y el material óseo.

La arqueóloga de la Unidad de Patrimonio Histórico del Cabildo majorero, Milagros Estupiñán, explica que en esas medidas cautelares se contempla “un estudio de análisis y datación de los restos óseos hallados”.

El tubo volcánico del malpaís de Huriamen contenía dos cráneos, fémures, tibias y radios, algunos muy deteriorados y con mordeduras de perros, además de cuatro trozos de cerámica preeuropea que, en su momento, pudieron depositarse en la cueva como ofrenda o ajuar funerario.

La cueva, tal y como explica la arqueóloga majorera, contaba también con dos lechos funerarios acondicionados con piedras (lajas) “sobre los que se depositarían los cadáveres”.

El proyecto “Descripción Bioantropológica y diagnóstico de conservación de los restos bioantropológicos de la cueva de Huriamen para su certificación cronológica e histórica”, encargado a la empresa Tibicena Arqueología y Patrimonio, vinieron a constatar que los huesos correspondían a los antiguos pobladores de la Isla: los mahos.

Se trataba de tres individuos, dos hombres y una mujer, entre 25 y 35 años, “bastante robustos, de elevada estatura y con evidencias de desarrollo muscular importante”.

Los restos de uno de los individuos de Huriamen viajaron hasta un laboratorio de Miami (Estados Unidos) donde, tras aplicársele los estudios radiocarbónicos, se ha podido datar en el siglo XI.

A la espera de una intervención arqueológica en la cueva, el estudio de Tibicena también contempla la posibilidad de que tras una excavación se localicen otros elementos que guarden relación con el yacimiento además de otros restos óseos.

Asimismo, los técnicos creen que una intervención en la cueva y su posterior estudio arrojarían “importantes conclusiones” sobre algunas de las prácticas funerarias en cuevas y solapones; actividades de acondicionamiento y preparación del espacio mortuorio, componentes del ritual funerario, o el perfil demográfico y las características bioantropológicas de la población allí enterrada.

El consejero de Cultura y Patrimonio Histórico del Cabildo majorero, Juan Jiménez, considera que uno de los aspectos más importantes a tener en cuenta en este hallazgo radica en el lugar en que se produce, pues “el hecho de que haya sido en una cueva permite establecer algunas conclusiones sobre los ritos y costumbres funerarias de los mahos”.

A su juicio, en los últimos años Fuerteventura está labrando un mapa arqueológico “sin precedentes” lo que “nos está ofreciendo claves esenciales para conocer presupuestos vitales de los moradores preeuropeos de la Isla”.

El hallazgo funerario de Huriamen se suma al del barranco de Los Canarios, al sur de la Isla, donde el perro de un cazador encontró hace unos años un cráneo dentro de una cueva.

Tras unas excavaciones entre septiembre y noviembre de 2012 se pudo comprobar la existencia de un enterramiento aborigen en el que se depositaron entre el siglo XI y XIII cuatro cadáveres, tres adultos y un niño.

Estos hallazgos empiezan a aclarar algunas dudas sobre los lugares y rituales de enterramiento de los antiguos majoreros, uno de los principales quebraderos de cabeza de los arqueólogos canarios ante la falta de restos óseos humanos que ha imperado en los yacimientos excavados en la Isla.

El responsable insular del área de Patrimonio Histórico cree que el Cabildo de Fuerteventura tiene que seguir en la senda que “nos está llevando a desentrañar parte de nuestra historia a través de un creciente patrimonio arqueológico”.

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