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Santiago Velázquez analiza la doble cara de los militares involucrados en la dictadura argentina en 'La extraña ilusión'

MADRID, 13 (EUROPA PRESS)

El periodista y escritor Santiago Velázquez (Madrid, 1977) profundiza en los años más duros de la dictadura argentina y en la figura de aquellos militares de doble cara, capaces de asesinar a alguien por la mañana y por la noche besar y acunar a sus hijos en la novela 'La extraña ilusión' (Edhasa-Castalia), Premio Tiflos de Novela.

Para explicar este comportamiento, Santiago Velázquez recurre a las palabras del escritor Eduardo Galeano quien los llamaba 'burócratas del dolor', porque “podían y tenían la capacidad de matar y torturar de 8 a 5 de la tarde”. “Esa mentalidad del represor era lo que yo quería analizar”, señala el autor, que también ganó el premio Joven y Brillante de Novela Corta en el año 2000.

La 'Extraña ilusión' parte de la confesión que realiza Cloe, una bella y misteriosa mujer, a Jon Altadil, un periodista que atraviesa una mala época. Ella le contará el pasado glorioso de una saga de militares, y las idas y venidas de la Chacra y sobre todo la inexplicable participación de su padre en los famosos vuelos de la muerte durante la dictadura argentina.

Su relato va convirtiéndose en la historia de Argentina y en cómo se han llegado a cuantificar casi 4.000 desaparecidos a través de métodos tan crueles como los vuelos de la muerte. “Sin olvidar que todavía hay cientos de miles de personas que, a día de hoy, todavía no se sabe nada de ellos” subraya el autor.

Velázquez considera el asunto de los desaparecidos y los militares implicados de plena actualidad después de los juicios que se han desarrollado en los últimos tiempos y las condenas a Alfredo Astiz, apodado 'El Ángel de la Muerte' y considerado uno de los principales rostros de la dictadura y a Ricardo Miguel Carvallo. Este último, fue extraditado a España por requerimiento del juez Baltasar Garzón.

“La figura de Baltasar Garzón ha sido denostada y relegada a segundo plano y su labor de recuperación de la justicia y de la dignidad de las víctimas es una labor encomiable; es una pena que no se le reconozca en España esa labor. En Argentina esta más reconocido su papel de lucha contra las dictaduras y su figura es importante”, reconoce Santiago Velázquez.

MÉTODOS MÁS CRUELES QUE EL NAZISMO

Respecto a la dureza de los métodos, Velázquez afirma que la dictadura argentina tuvo métodos “mucho más crueles que el nazismo”. “El nazismo tuvo sistemas de tortura absolutamente aberrantes y demoledores pero Argentina vivió un momento de locura generalizada y llegaron a cometer verdaderas atrocidades, y esto ha ocurrido hace sólo treinta años”, resalta.

“La verdad es que todavía cuesta hablar de la dictadura argentina. Yo he hablado con gente, cuyos padres han sido víctimas y no es un tema fácil. Todos ellos hablan con dolor y con cierto peso de su realidad”, explica el autor en una entrevista con Europa Press.

“Es muy duro asumir que tu padre pegó un tiro a una persona o que lo arrojo desde un avión en pleno mar Atlántico”, señala este escritor, para quien lo sorprendente de estos asesinos es cómo son capaces de llegar a casa y ser cariñosos y olvidar las atrocidades que han cometido durante el día.

Velázquez intenta explicar su comportamiento por la circunstancias históricas que vivieron y subraya cómo muchos de ellos siguen pensando que “actuaron conforme a la legalidad vigente y que todo lo que hicieron era correcto”.

En este sentido resalta cómo la Junta Militar creo los mecanismos necesarios para convertir a una persona normal en un verdugo y “estimular lo peor de cada uno”. Además, añade que consiguieron que todos los militares estuvieran implicados, bien mediante asesinatos o por haber arrojado a personas desde un avión.

CRISIS DE CONCIENCIA

Ejemplo de estos militares es el personaje de Adolfo Mendoza, “un militar que está convencido de que lo que está haciendo está bien, pero luego cuando reflexiona y comete las atrocidades que comete es cuando el sentimiento culpa lo abate y es cuando empieza a dudar y de ahí viene su crisis de conciencia”, explica el autor.

Y Cloe, la hija de Mendoza, que es un verdugo y un asesino, intenta contarse a sí misma cuál es su origen y de dónde viene al relatar todos los sucesos a Jon. “Al final, intenta explicar la vida de uno mismo es lo que te hace ser cómo eres”.

No obstante, el autor recuerda que estos métodos proceden de las políticas de Estados Unidos y del Plan Condor y su “obsesión” con parar la ferviente corriente anticomunista. “Crearon la Escuela de las Américas en Panamá y allí Estados Unidos organizaba encuentros para discutir la vigilancia de los exiliados y la manera de torturar”, resalta Velázquez.

En su novela, el autor rinde homenaje también al reportero Rodolfo Walsh autor de la 'Carta abierta a la Junta Militar' de 1976 en la que denunciaba la actuación de los militares, con el personaje Roberto Wall, periodista también, e involucrado como él, en el movimiento obrero.

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