El Teatro Cuyás se queda a oscuras

Mientras los actores están a oscuras por una irreparable avería eléctrica, el público no para de ver disparates, situaciones inesperadas y embrollos de todo tipo. Se trata de El apagón, una divertida comedia que se estrena este jueves en el Teatro Cuyás de Las Palmas de Gran Canaria. Esta pieza maestra de la carpintería teatral llega de la mano de Producciones del Mar que vuelve a apostar por un gran formato y a contar con el tinerfeño Severiano García para dirigir este desmadre.

La divertida comedia de Peter Shaffer se basa en un sencillo juego lumínico. Cuando las luces del escenario están apagadas, los actores pueden ver, pero el público no. Y, a la inversa, cuando éstas se encienden, los espectadores pueden ver pero los actores se encuentran totalmente a ciegas. La obra transcurre en esta aparente oscuridad para los personajes que realizan todas las acciones a tientas. Pero se apaga la luz, y entonces el texto del dramaturgo británico desata su genialidad para hablar de cómo se comporta el ser humano cuando cree actuar sin ser visto. Se convierte asÍ en una crítica ácida y cómica de la importancia de las apariencias en la sociedad que vivimos, donde el parecer es más importante, para muchos, que el ser.

La describen como una una comedia de enredo tan divertida como original. “La pasada semana pudimos comprobar con el preestreno en Agüimes que el público se partía de risa, así que funciona”, dice el director Severiano García, que añade que es una obra que juega constantemente con la percepción de los espectadores.

El apagón es una apuesta novedosa en cuanto a sus dimensiones, ya que se trata de una obra de gran formato, una escenografía notable de dos niveles y un elenco actoral amplio que encaja a la perfección con el público que ha disfrutado hasta ahora con las obras de Producciones del Mar. Con un reparto integrado por siete actores entre los que figuran Yessica Delgado, Matías Alonso o Rafael Díaz, la producción del montaje se exhibe en el Cuyás hasta el día 28 en forma de cinco funciones distintas.

Esta obra, que va directamente al corazón de la farsa, tiene como protagonistas las desventuras de Vicente Miller, un joven escultor que ve cómo la noche más importante de su vida acaba resultando un verdadero suplicio aderezado por un apagón.

Esta original puesta en escena, en la que la iluminación está invertida, exige un sobreesfuerzo actoral, ya que los protagonistas no pueden mirarse a los ojos ni al público, al suponerse que actúan a ciegas. El director cuenta que durante los ensayos, los actores, de los que se siente “orgullosísimo y muy agradecido”, se dieron “más de un taponazo porque al estar a oscuras les obligaba a buscar continuamente referencias y , a veces, alguna que otra silla se quedaba fuera de su lugar, pero son capaces de representar la obra hasta con los ojos vendados”.

El circuito de Canarias es el objetivo del director de El apagón que espera fundir los plomos de todas las salas del Archipiélago para acercar esta margnífica comedia al público canario.

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