Silencio, se afina

El organero Mario d´Amico ha estado una semana afinando los órganos históricos de la Isla. (CIRENIA VICO)

Alicia Justo

Las Palmas de Gran Canaria —

Todos los años la empresa catalana Gerhard Grenzing se encarga de realizar el mantenimiento de los órganos incluídos dentro del Patrimonio Histórico de Gran Canaria, como el de la Catedral de Santa Ana, el de la ermita de San Telmo o el de la iglesia de Santo Domingo de Guzmán. Esta conservación consiste en una tarea de afinamiento, regulación de mecanismos y control para prevenir daños provenientes de los insectos, del agua o de la corrosión.

Mario d´Amico es afinador de órganos del grupo catalán y ha estado una semana en la isla armonizando y mimando a estos imponentes instrumentos, que resguardan en sus estructuras tubulares épocas como el barroco o el romanticismo. Su labor lo ha llevado, además de las ya mencionadas, a las parroquias de Galdar, Guía, Telde y Agüimes. Este uruguayo afincado en Barcelona lleva 17 años en el trabajo y estudio de la restauración y mantenimiento de órganos, lo que le ha llevado a viajar por medio mundo, desde México a Seúl, procurando conservar el patrimonio histórico instrumental.

Los órganos están compuestos por una serie de tubos de los cuales solo apreciamos una pequeña parte, porque la mayoría están en el interior. Los que se encuentran en la fachada constituyen el registro principal, que son la base del órgano. Después hay más registros típicos de órganos y otros que imitan sonidos de instrumentos como el del fagot, la flauta, la trompeta o el oboe. Los sonidos que imitan la flauta se regulan modificando el tamaño de los tubos con un martillo, mientras que los sonidos más graves como el del oboe o fagot se ajustan mediante una lengüeta que está en el interior.

El tiempo de afinación depende del tamaño del instrumento porque los hay grandes y complejos como el de Gáldar con 1.100 tubos y otros más pequeños con tan solo 45.

D´Amico alaba el enorme patrimonio instrumental del que goza Gran Canaria, un tierra que tiene el privilegio de contar en sus ermitas con órganos que van desde el siglo XVII y que son de talleres alemanes, ingleses o italianos

La tarea de afinación ha coincidido con la realización de dos conciertos para órganos este fin de semana. Después de que Mario d´Amico pusiera a punto el órgano de San Francisco de Asís, unas manos privilegiadas pudieron comprobar que el sonido que huía del centenar de tubos era perfecto. Al teclado estaban Juan de la Rubia, improvisador y organista de la Sagrada Familia de Barcelona, y Jordi Vergués, el de la catedral de Tarragona, que el domingo deleitarán al público con piezas de Bach y otros autores en el Auditorio Alfredo Kraus y en la iglesia de San Francisco de Asís, respectivamente.

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