Merecido baño de multitudes en Cibeles

La selección española de baloncesto celebró con miles de aficionados el título de campeona de Europa conquistado este domingo en Katowice (Polonia), en una fiesta corta y que distó de parecerse a la de hace cuatro años con motivo del oro mundialista, pero que sirvió para que Madrid rindiese el homenaje merecido a un trofeo igual de histórico.

Fue una jornada larga para los internacionales y cuerpo técnico, que aterrizaron en Barajas sobre las 9.00 de la mañana, con los rostros mezcla de satisfacción y cansancio, producto de una fiesta rápida tras derrotar a Serbia en la gran final.

La Plaza de Cibeles, donde esperaban miles de aficionados, fue el último punto del paseo triunfal de la reina continental, que antes de las 19.00 horas, tuvo que cumplir con las obligadas visitas institucionales.

Así, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, fue el primero en recibir a los campeones a las 13.00 horas. El dirigente aseguró estar “extraordinariamente orgulloso” de la selección española de baloncesto y tuvo un agradecimiento especial para Pau Gasol.

“Hago una mención especial a una persona tan excepcional como Pau Gasol. Agradezco tu compromiso con España, es ejemplar, no sabes lo que contribuye positivamente a nuestro país”, dijo al ala-pívot de los Lakers, que cierra una gran temporada tras proclamarse campeón de la NBA y que acudió al Eurobasket tras lesionarse en los primeros días de preparación del combinado nacional.

Posteriormente, tras un breve descanso, por la tarde tocó el turno de SSMM los Reyes de España y SAR los Príncipes de Asturias, que esperaron a los componentes del combinado nacional en el Palacio de La Zarzuela a las 18.00 horas. Don Juan Carlos felicitó a los integrantes de la campeona de Europa y les agradeció “todo su esfuerzo” en el torneo celebrado en Polonia.

De la residencia real, en autobús descapotable a la madrileña Plaza de Cibeles donde esperaban miles de aficionados, deseosos de celebrar el título, en una fiesta que no fue tan 'movida' como la de septiembre de 2006, cuando entonces en la Plaza de Castilla, se celebró el título mundial logrado en Japón.

En aquella ocasión, la gente se movilizó mucho más que en el día de hoy, en una fiesta nocturna, llena de discursos emotivos y con un protagonista de excepción como el incendio sin consecuencias producido en la Torre Espacio, situada muy cerca, en los terrenos de la antigua Ciudad Deportiva del Real Madrid.

Navarro: “Ver esto es impresionante”

Los internacionales llegaron sobre las 19.10 al lugar, donde, encabezados por su capitán, Juan Carlos Navarro, había una tribuna con el mensaje de 'Felicidades Campeones'. Los jugadores, uno a uno y con su flamante medalla de oro colgada al cuello, fueron subiendo para recibir el cariño de una afición que volvió a mostrarles su incondicional apoyo.

Navarro fue el primero en tomar la palabra, dando las gracias a los presentes. “Ver esto así es impresionante, sin vosotros no podíamos haber conseguido algo histórico”, señaló antes de dar la palabra a su gran amigo Pau Gasol, que esta vez pudo festejar el oro sin muletas.

“Este campeonato ha sido de este equipo, de los técnicos y jugadores, que hemos sacado la casta y el orgullo. Este triunfo histórico es para vosotros, gracias por vuestro apoyo, hacéis que esto sea muy especial para nosotros”, afirmó el jugador de los Lakers.

Por su parte, el seleccionador nacional, Sergio Scariolo, recalcó a los aficionados que deben estar “orgullosos” del equipo, “lleno de talento y de ética de trabajo”. “Son excelentes compañeros, han salvado los obstáculos y no ha sido tan fácil como ha parecido. Son grandes jugadores”, indicó el italiano, cuyos hijos también participaron de la fiesta.

A partir de ese momento, cada campeón de Europa fue teniendo su momento. Sergio Llull y Carlos Cabezas cantaron el popular Que viva España, mientras que Rudy Fernández solicitó el I've got a feeling de los Black Eyed Peas. El papel de camarero, que patentó el portero Pepe Reina durante la celebración del título de la Eurocopa de 2008, le tocó a Pau Gasol, no con tanto éxito como el jugador del Liverpool.

Finalmente, el alcalde Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón entregó a cada uno de los internacionales una camiseta conmemorativa de la candidatura olímpica, que apoyaron ayer con el despliegue de una bandera del proyecto durante la entrega de medallas.

El fin de una fiesta breve, de apenas media hora, tuvo como protagonista la lluvia de confeti con los jugadores dándose abrazos, seña de identidad de un grupo y una generación que volvió a hacer historia para el baloncesto español.

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