Sin españoles en la final de la Champions

El partido comenzaba con la intensidad esperada. Ambos equipos fijaban el punto de mira en la portería contraria desde el primer segundo para dar el importante hachazo en la eliminatoria que suponía marcar el primer gol. A los cinco minutos, el Bernabéu se venía abajo. Una mano dentro del área acababa con Cristiano en el punto de penalti y él no falló para abrir las puertas del camino hacia Munich, hacia el último escalón para alcanzar la décima.

El Bayern reaccionaba y buscaba por medio de Robben la respuesta a Cristiano, pero el ariete del cuadro alemán no aprovechó el clamoroso error defensivo de la defensa blanca y mandaba a las nubes el cuero a puerta vacía cuando ya toda Alemania cantaba gol. Poco después, Casillas despejaba un potente disparo de Mario Gómez y Khedira, providencial, evitó que Ribery rematase para callar al coliseo blanco.

No podía conformarse con el primer gol el Real Madrid viendo la insistencia del Bayern y entre Özil y Cristiano se valieron para alcanzar tal objetivo. Un genial pase del alemán lo aprovechó un Cristiano enchufadísimo para batir a Neuer por bajo y otorgar algo de tranquilidad a un nervioso Bernabéu, que no se fiaba del Bayern.

Y no andaba muy desviado el respetable. Mario Gómez se internó en el área para alcanzar un centro al punto de penalti y, tras ser derribado por Pepe, el colegiado se aventuró con el segundo penalti de la noche. Dispara Robben, la toca claramente Casillas, pero se coló hasta el fondo de las mallas con la ayuda del palo para dejar la eliminatoria en tablas con más de la mitad del partido por delante. La emoción estaba servida, la tensión se mascaba en Chamartín.

Sobre la bocina del cambio de tercio, Robben se dejaba caer en la frontal del área y el árbitro picó. Él mismo se encargaría de volver a jugar con los corazones de la hinchada blanca con un potente disparo por fuera de la barrera, pero Casillas volvía a demostrar que es el mejor portero del mundo antes del refrigerio de los jugadores.

Los instantes iniciales de la segunda parte no bajarían el listón en intensidad. Ambos equipos disfrutaban de sendas ocasiones para dar un paso más hacia la final. Un gol del Bayern dejaba a los madridistas a dos tantos de la final, opción que estaban obligados a evitar a toda costa.

Sin dejar de temer las contras del Bayern, el Real Madrid se volcaba a por el gol de la gloria ante un cuadro Alemán encerrado en su campo, pero la contundencia defensiva visitante dificultaba en exceso la profundidad de las jugadas blancas. Intentaba el hat-trick Cristiano de falta directa hasta en tres ocasiones, pero Neuer se interponía en todas y cada una de ellas.

A falta de quince minutos para el final, los alemanes adelantaban filas buscando la sentencia de la eliminatoria, lo que obligaba a los de Mourinho a replegar filas sin, obviamente, descuidar el ataque. El encuentro se convertía en un ida y vuelta en el que cualquier cosa podía pasar ante el evidente nerviosismo del respetable, el cual no les impedía empujar a los suyos a por el partido de los sueños.

Los últimos minutos fueron alemanes y solo un milagro evitó la sentencia del Bayern. Mario Gómez se quedaba solo ante Casillas tras una gran jugada, pero se entretuvo el ariete de los alemanes y la defensa reaccionó a tiempo para evitar lo que hubiese sido imposible de solventar. Sin tiempo para más, decidiría la prórroga.

Tras los cinco minutos de descanso, el planteamiento de Mourinho se hacía evidente. El Madrid se lanzaba al ataque desde que el balón comenzase a rodar mientras que los alemanes intentaban frenar las embestidas blancas. Las contras del Bayern cortaban la respiración de los blancos, pero no corrían tiempos de planteamientos asustadizos.

Casillas se aburrió durante los primeros quince minutos de la muerte súbita, mientras que los madridistas buscaban sin éxito la de Neuer. En los segundos, el cuento no cambiaba. Higuaín y Granero daban el refresco necesario a la punta de ataque para echar el resto en busca de la ansiada final.

Granero conseguía sacar a Neuer de la portería en lo que parecía una opción de gran claridad para poner el punto y final, pero el guardameta agarró la camiseta del madridista y este se tiró al césped ante la impasibilidad del colegiado, quien mostró incluso la tarjeta amarilla al madridista. Sin goles tampoco en la segunda parte de la prórroga, al madridismo le tocaría pasar por el sufrimiento de los penaltis.

Alaba iniciaba la tanda con éxito, dejando toda la responsabilidad a Cristiano, quien lanzaría el primero para asegurar. Lo que no contaban los blancos es con la habilidad de Neuer. Detenía el guardameta contra todo pronóstico para poner cuesta arriba el paso a la final de los blancos, punto que empeoraría Kaka en el siguiente, previo acierto alemán, ante otra gran intervención del cancerbero. Toda la responsabilidad para Casillas, quien tenía por delante la difícil hazaña de parar los dos siguientes penaltis. Dicho y hecho. Iker volvía a ser santo para empatar la tanda. Toda la presión para Ramos, quizá demasiada presión. El central enviaba a las nubes y dejaba el pase a la final en las botas de Sweinsteiger. Gol del alemán y adiós al sueño de la décima. Hasta aquí la participación del Real Madrid en la Champions League.

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