El triunfo de las mujeres

No se había dado nunca el caso, en todas las participaciones olímpicas de la delegación española, que fuesen las mujeres las que consiguiesen más metales que los hombres. Sin la aportación femenina, el fracaso de España en los JJOO habría sido monumental, lloviendo críticas por todos lados, ya que contando sólo con los hombres se hubiesen amarrado nada más que 6 metales, únicamente uno de oro.

En los últimos tiempos España ha pasado de ser el 'hazmereír' del mundo a ganarse un puesto por derecho propio entre las grandes potencias del deporte. Con los éxitos de fútbol, baloncesto, fútbol sala, balonmano, voleibol, tenis, ciclismo, fórmula 1 y motociclismo, el deporte español ha ganado enteros y acumulado títulos en todas estas disciplinas, todas ellas por supuesto dominadas por hombres.

Ahora que llegaron los Juegos Olímpicos, el culmen deportivo por excelencia en todo el planeta, donde, salvo en la particularidad del fútbol, compiten los mejores deportistas de cada especialidad, España sale de Londres con un botín paupérrimo, finalizando fuera de los veinte primeros puestos del medallero. Más teniendo en cuenta su capacidad. Para el delegado español del deporte, Miguel Cardenal, “se superaron las previsiones”, que se calculaban en torno a los quince metales.

En esas predicciones apenas se contaba a las féminas, empezando por las selecciones de waterpolo y balonmano, que contaban con menor seguimiento que los hombres y cuyas opciones de medalla se consideraban remotas antes de encender la llama olímpica. Dentro del equipo de vela ni se nombraba al equipo de Elliot 6 metros, hasta que se embolsó el tercer oro merced al trabajo y sacrificio de Echegoyen, Toro y Pumariega.

Todo esto debería hacer reflexionar a una sociedad que sigue concibiendo el deporte como algo de hombres y nadie se acuerda de las mujeres hasta que ganan. En los medios españoles, la información sobre las competiciones femeninas es efímera, salvo cuando se realizan mundiales -donde también participan los hombres- dando pequeñas pinceladas de las competiciones nacionales femeninas.

Los equipos femeninos sólo tienen un hueco en noticiarios y diarios cuando recurren a desnudos, realizados con el único fin de recaudar fondos con los que poder seguir desarrollando su deporte. Si con la crisis muchos clubes de fútbol o baloncesto han salido a la palestra a anunciar sus protestas por no recibir ayudas y en algunos casos a confirmar su desaparición, invito a que se den un paseo por cualquier disciplina femenina y comprueben como se mantienen con menos recursos que un equipo masculino que practique el mismo deporte.

Desde aquí, queremos mandar el apoyo y felicitación a todas la mujeres que han hecho resonar el nombre de España en estos Juegos Olímpicos, porque, aunque la retransmisión más vista fuesen los partidos de la ÑBA, los Gasol y compañía sólo pudieron lograr una medalla de plata, meritoria como ninguna, pero no más importante que los metales de sus compatriotas.

Llega el momento en que el deporte femenino debe ocupar un lugar más presente en nuestros medios y costumbres, donde ver un partido de fútbol de mujeres pueda generar la misma expectación que uno de hombres, aunque como de costumbre el dinero es lo único que manda. Las retransmisiones televisivas van enfocadas a las disciplinas masculinas, aludiendo a cuotas de audiencia e ingresos, afirmando que es lo que el público quiere ver. El eterno dilema de la televisión: ¿el público ve lo que quiere, o ve lo que se encuentra en la parrilla y los medios le incitan a ver?

Sólo recordar el nombre de todas aquellas mujeres que demostraron que ellas también son importantes y no hay que recordarlas sólo cuando ganan, sino siempre. Desde Mireia Belmonte, pasando Maider Unda, Briggite Yagüe, Andrea Fuentes, Ona Carbonell, Maialen Chourraut, Marina Alabau, Tamara Echegoyen, Sofía Toro, Ángela Pumariega, las chicas de waterpolo, las guerreras de balonmano y el equipo de sincronizada, a todas, felicidades.

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