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Su Majestad el VídeoMarcador

Videomarcador del Gran Canaria Arena.

Alexis González

Las Palmas de Gran Canaria —

La noche más importante de la historia del baloncesto y del deporte en Canarias dio para dar algunas cabezadas. Tantas como el anodino y hasta frío ambiente que se respiraba en el Gran Canaria Arena, objeto de innumerables alabanzas, sinceras y forzadas, por asiduos e invitados al Estados Unidos - Eslovenia con que ha entrado en la esfera mundial de pabellones de segundo orden por su aforo mediano. Por no haber, hasta se echó de menos el calor del “Pío pío” isleño, cantado tímidamente por los 10.200 asistentes cuando apenas faltaba un minuto para el final.

Y es que el espectáculo que no hubo sobre la cancha, con los USABasketball a medio gas y los eslovenos intentado dar la cara, se quiso trasladar a la grada y a los tiempos muertos sin mucha suerte, con un protagonista polémico y especial: el vídeomarcador elegido por el consejero de Deportes del Cabildo de Gran Canaria y su equipo, del que han corrido ríos de tinta y críticas por su alto coste, en contraposición a otras ofertas de menor cuantía. Se notó a la legua que uno de los objetivos de la noche estrellada era encontrar un lugar bajo el Sol al aparatejo de marras.

Pero de entrada, el vídeomarcador no cumplió con su principal objetivo: informar a todos los espectadores de la evolución del partido. Al menos, a buena parte de los asistentes del fondo norte, detrás de una de las canastas, el armatoste del vídeomarcador les impedía la visión del marcador de pared donde se mostraba, en el fondo sur, el resultado, el tiempo de juego, las faltas personales de los jugadores... Algo debió suceder entre el España - Senegal y este USA - Eslovenia, ya que aficionados que repetían en la misma zona sí pudieron ver bien el de pared en el primer partido, y el central les tapaba la visión la noche del martes.

La solución fue mostrar parte de los datos en la gran pantalla, apenas una tirijala donde se dio el resultado, las faltas y los puntos, pero en realidad el foco principal del famoso vídeo marcador se centró en los tiempos muertos, exhibiendo toda su potencialidad en eventos lúdico festivos como este. “Vamos a darle uso a este impresionante vídeomarcador”, decía el presentador de los espectáculos cada vez que la pelota dejaba de estar en juego. A lo show de orcas en el Loro Parque, todo muy anglosajón, el barrido de cámara por las gradas en busca de besos, o imitar que se estaba tocando percusión fueron los recurrentes juegos de animación, incluidas preguntas de trivial relacionadas con el baloncesto.

Su Majestad el VídeoMarcador estuvo en el punto de mira, también en el descanso con un publireportaje de Gran Canaria que en teoría debería haberse visto en los 255 países que iban a retransmitir el partido, incluido el segundo canal estadounidense del deportivo ESPN, aunque al descanso, lo que dan las teles, pues sus propios anuncios...

La noche también tuvo hueco para que artistas de bandera, Israel Reyes o Fernando Méndez, sacaran a pasear sus ingenios. Esos que a veces solo entienden ellos mismos. La actuación inicial previa al partido ideada por Reyes tuvo sus más y sus menos con la seguridad de USABasketball, omnipresente en la cancha y mandando como toca a la intendencia del Imperio. Demasiados altos vuelos dando vueltas cual trapecistas, otra vez al vídeomarcador, quedaron reducidos a coreografías con cintas y lazos a los que sí se permitió trepar a los bailarines de Clapso.

Y al descanso, Gran Canaria quiso ofrecer al mundo su mejor imagen, con un pasacalles del Carnaval y la actuación de la televisiva de La Voz Brigitta. Encorsetado y enlatado para estos espectáculos que en teoría debían verse en televisiones de 255 países, aquello, de Carnaval, tenía el nombre y los disfraces. Pero lo que importa es que el debate está en la calle desde que volvió a salir el Sol: que si el retorno económico será brutal, que si la inversión para el partido ha sido un despilfarro...opiniones hay para todos los extremos.

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