Canarias más allá del sol y playa: por qué las Islas deben potenciar el ecoturismo y el turismo activo

Excursión para disfrutar de las estrellas en el Teide

Iago Otero Paz

Las Palmas de Gran Canaria —

Canarias probablemente superará este año los 14 millones de turistas, un nuevo récord turístico que en parte llega de rebote gracias a la inseguridad en Turquía, Egipto o Túnez, países económicos a los que acudían millones de turistas europeos a disfrutar del sol y la playa del Mediterráneo. El Archipiélago ha sabido aprovechar esta circunstancia para hacer de los 12 meses del año 12 agostos, pero ha de ver más allá de este turismo del que lleva viviendo en los últimos 50 años y aprovechar la virtud de que el 40% de la superficie de las Islas es Espacio Natural Protegido para apostar de verdad por el ecoturismo y el turismo activo. Sobre este último son conscientes y un análisis realizado por la Consejería de Turismo del Gobierno canario arroja que en 2015 facturó 1.410 millones de euros, el 10,2% del total de la facturación turística de aquel año (13.854 millones de euros), pero por contra, no tienen estadísticas del ecoturismo en el Archipiélago, un tipo de actividad que, según la Organización Mundial del Turismo, tiene un crecimiento anual de entre el 10 y el 30% frente al 4,3% del turismo convencional.

El turista activo en Canarias tiene una alta rentabilidad para el destino por tener una estancia superior a la media -10,2 días frente a 9,5- y un gasto por turista y viaje superior también a la media -139,40 euros frente a 133,60- lo que significa que gastan más en alojamiento, en transporte, en alimentación y en ocio en general. Lo más interesante del turismo activo y el ecoturismo es que generan riqueza para la población local y la hace partícipe de esta economía, algo que queda en duda con el modelo practicado en las últimas décadas, como ejemplo el hecho de que a pesar de los récords que se están marcando en las Islas en los últimos años la tasa de desempleo de esta comunidad autónoma siga siendo de las más elevadas en el país. A ello hay que sumar que con estas dos especialidades se ponen en valor los recursos naturales y se garantiza su conservación.

Juan José Ramos, gerente de Birding Canarias, lo tiene claro: el problema en Canarias es que en el caso del ecoturismo no existe una preparación correcta en el destino, lo que se solucionaría con la inversión en la formación de guías y el dar a conocer a los trabajadores turísticos del valor de la biodiversidad de las Islas. En su opinión, muchas de las personas que trabajan de cara al público no son conscientes de que esta región es “las Galápagos europeas, un punto caliente de biodiversidad”. En su especialidad, el turismo ornitológico, existen siete especies endémicas, mientras que en reptiles hay unos 15 y en cetáceos en torno a 30, además de las más de 550 especies autóctonas en botánica. Sin embargo, lamenta que después los empresarios “se empeñan en crear un parque acuático ambientado en Indonesia en vez de potenciar los propios recursos”. Igualmente cree que la clave pasa por promocionar lo que los canarios ven en su día a día y que para los visitantes son experiencias que pueden llegar a emocionarles.

Ramos destaca que la apuesta por el turismo ornitológico debe ser por parte del Gobierno, pero también del sector privado. “El problema es que la administración no ha apostado por el destino a pesar de que ya viene gente por su cuenta a observar aves, hasta ahora no ha habido una madurez en el tejido empresarial que apueste por este tipo de turismo. Cuando hablamos de turismo lo tiene que liderar el empresariado”, narra, y recuerda que en la última feria europea de turismo ornitológico celebrada en Reino Unido, la más importante de Europa, Canarias no acudió a pesar de contar con muchos atractivos para un aficionado a la contemplación de pájaros que viene por primera vez a este rincón del Atlántico. “Un turista ornitológico puede ver por primera vez 30 aves, en este sector hay una especie de competitividad a ver quién ve más pájaros en un año”, aclara. A las siete especies endémicas del Archipiélago hay que añadirle las especies del norte de África y de las zonas subtropicales. Este naturalista estipula que, de media, estos visitantes gastan unos 200 euros diarios en el destino, mientras que las Naciones Unidas, según BBC, estima que sólo en Estados Unidos el avistamiento de aves y otras especies salvajes genera cerca de 32.000 millones de dólares anuales.

En la misma línea se expresa Antonio Sampedro, de Atlantic EcoExperience, una empresa que nació este año en el sur de Tenerife y que está especializada en el avistamiento de cetáceos pero con el valor añadido de un tour científico que gira en torno a criterios de conservación relacionado con aves marinas, tortugas, cetáceos y protección del medio marino. Por 65 euros el visitante puede realizar una excursión sostenible que le permite profundizar en la vida de estos mamíferos del mar.

Sampedro explica que el Archipiélago es uno de los sitios más importantes del mundo para el avistamiento de cetáceos no sólo por las especies residentes, sobre todo en las islas occidentales, sino también por las especies migratorias que suelen abundar en las islas más orientales. En su tour la estrella tiene nombre y apellidos: el calderón tropical de aleta corta porque “es uno de los pocos lugares donde la especie es residente, lo que nos abre el abanico para hacer estudios de acústica, de comportamiento...”, apunta.

Cuestionado sobre cómo capta a los visitantes para sus incursiones, indica que su producto lo suelen ofrecer sobre todo por canales alternativos al tradicional de operadores y hoteles, por lo que su gran aliado es internet y dentro de él las redes sociales, misma herramienta que emplea Luis Mesa, de la finca Verde Aurora, una empresa dedicada al agroturismo, fusión entre el mundo turístico y la agricultura, en la isla de Fuerteventura. Mesa sostiene que hay mucho más en la isla desértica que las playas que le han dado fama internacional y hace hincapié en los paisajes naturales y las abundantes Zonas de Especial Protección para las Aves (ZEPA), y aunque por el momento el turismo activo es el complemento al del sol y playa, lucha porque esta realidad se invierta y se le dé más importancia al turismo sostenible y de interior.

Una idea en la que insiste Sampedro es que el turismo vacacional catalogado de bajo coste es el que por contra suele demandar con más intensidad sus productos. “No se gastan mucho dinero en sus alojamientos pero el tipo de turismo de naturaleza que quieren hacer lo quieren hacer de calidad. Se ha dado mucho el caso de que un perfil económico muy bajo demanda este tipo de productos”, sugiere.

Las críticas del dueño de Atlantic EcoExperience, al igual que las de Juan José Ramos, se dirigen al trabajo de promoción del ecoturismo, ello a pesar de que el Gobierno de Canarias tiene un microsite concreto sobre el avistamiento de cetáceos. Así, reconoce intentos tímidos a través de Turismo de Tenerife de promover dentro de sus capacidades el turismo alternativo, pero cree que no se tiene tanto resultado porque las leyes de consumo turístico están dominadas por las grandes operadoras. “No se está promocionando en su dimensión, el nivel de consumo del turismo masivo es brutal con una impronta pobre”, señala.

Aparte, alerta de la falta de control en el avistamiento de zifios ya que desde su perspectiva cada vez existen más varamientos. “Estamos pidiendo vigilancia, hay un decreto que regula el avistamiento de cetáceos que se tiene que respetar, y si esto no se respeta, el recurso ya está adoleciendo. Hay muchísimas embarcaciones sin personal formado. Otro gran problema son las motos de agua, que son una fuente de impacto espectacular. Ya está penalizado por las leyes la presencia de estas motos en las proximidades de los cetáceos, pero sigue habiendo salida todos los días de motos de agua encima de los animales”, advierte.

La noche más allá de la fiesta

La noche es sinónimo de fiesta en muchos rincones turísticos de Canarias, pero cada vez en más islas las miradas se alzan al cielo para disfrutar del espectáculo de las estrellas. El Archipiélago cuenta con tres islas con la catalogación de Reserva Starlight: La Palma, Tenerife y Fuerteventura, aunque es la Isla Bonita la que más provecho ha sacado y expande esta actividad en los 14 municipios de su territorio a través de una serie de miradores que permiten a cualquier visitante gozar de constelaciones y objetos celestes que no se pueden ver desde el resto de Europa.

Juan Antonio González, de Cielos-La Palma, rememora que fue a partir de 2009 cuando empezó la gran ola que ha servido para poner el firmamento palmero en la élite de este tipo de turismo y recalca que fue esta isla el primer rincón del mundo en obtener el certificado que otorga la UNESCO. Los cielos, junto a la gran naturaleza del senderismo y el verdor de los paisajes, han posibilitado crear una economía alrededor de esta actividad reflejada en las cuatro empresas especializadas en el astroturismo y el cerca de medio centenar de negocios que sacan beneficios de las estrellas: desde alojamientos rurales con telescopios a restaurantes que ponen el nombre de constelaciones y estrellas a sus platos.

Es La Palma uno de los rincones con mayor porcentaje de visitantes atraídos por el turismo activo ya que hasta el 36% de turistas llegaron a la isla en 2015 para practicar estas actividades frente al 5,2% del total en el Archipiélago. Para Valerio del Rosario, presidente de la Asociación de Profesionales y Empresas de Turismo Activo de la Provincia de Santa Cruz de Tenerife y dueño de la empresa El Cardón NaturExperience (situada en el Macizo de Teno), el buen clima durante todo el año en Canarias es uno de los motivos para potenciar más las prácticas en la naturaleza.

“Canarias tiene desde el fondo del mar al infinito del cielo para hacer actividades. En los últimos diez años se ha visto un cambio de tendencia importante, no es una cuestión de enfrentamiento con el sol y playa, es un complemento, tenemos un clima y una costa envidiables y aparte tenemos seguridad e infraestructuras”, sentencia Del Rosario, quien defiende la variedad de cada una de las islas y dentro de ella la riqueza de sus paisajes.

Así mismo, pone de manifiesto uno de los déficits más importantes de Canarias en cuanto al turismo activo y es que la comunidad todavía no cuenta con un decreto que lo regule, aunque la Consejería de Turismo espera que para el primer cuatrimestre de este 2017 esté en funcionamiento. “A pesar de que Canarias es un sitio turístico por excelencia es el momento de empezar a trabajar más en el concepto calidad y no dejarnos cegar por los visitantes, aún no tenemos un Decreto de Turismo Activo, no tenemos regulado el turismo activo, es algo contradictorio teniendo en cuenta las excelencias de Canarias”, comenta Del Rosario, quien lamenta que hasta ahora las empresas dedicadas a estas actividades hayan estado catalogadas como servicios complementarios, aunque alaba que el Ejecutivo autonómico haya hecho partícipes del decreto a los profesionales, quienes han podido opinar en aspectos como la seguridad, la calidad y la profesionalidad.

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