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Opinión - Vivir sobre un polvorín. Por Rosa María Artal

La Patronal advierte de una cuesta de enero ''más dura que otros años''

La creciente subida experimentada por los precios a lo largo del año hará que el consumo de las familias se frene a corto plazo, probablemente a partir de principios del nuevo año, en la sufrida cuesta de enero que será más dura que la de otros ejercicios, pero no esta Navidad.

La Confederación Canaria de Empresarios (CCE) lo hace ver en su informe de coyuntura económica de noviembre, donde hace un análisis pormenorizado de la ralentización económica que ha vivido el Archipiélago a lo largo de 2007, motivada por la ya comentada escalada de precios de los alimentos y carburantes, el parón en el mercado del suelo y las “turbulencias financieras internacionales”.

En este informe señalan que “dado el carácter inflacionista de los meses venideros”, en referencia a la época de Navidad, no descartan que el dato final de inflación al cierre de año pueda superar el 3,0% en Canarias, lo que implicaría un crecimiento de más de un punto porcentual respecto del dato de 2006.

A pesar de que los precios sufrirán un notable repunte en Navidad como suele ocurrir comúnmente, el consumo no se verá afectado, según el director general de la CCE, José Cristóbal García, quien se mostró optimista frente a esta campaña.

Según García, es evidente que hay “cierto nivel de descenso en la demanda interna” pero que ésta se irá paulatinamente recuperando hasta mediados del año próximo. Sin embargo, dado el desembolso al que se enfrentarán las familias, casi obligadas a realizar las compras navideñas en un escenario de precios inflado por los problemas mencionados, hacen prever que la cuesta de enero' de 2008 será más dura, al menos, que la del anterior ejercicio.

Salarios

Sin embargo, la CCE se muestra optimista en la recuperación de la demanda interna a pesar de este factor, como apunta García, quien parece más preocupado por cómo va afectar el dato de la inflación en las empresas y, por tanto, en la actividad económica del Archipiélago. Tanto es así, que condicionan una repercusión negativa de la inflación en las familias a que este dato se traslade a los costes laborales de las empresas.

En este sentido, en sus conclusiones apuntan que “si bien en el corto plazo la incidencia de este nivel de inflación podría afectar a las decisiones de consumo de familias y empresas, en el largo plazo su repercusión está condicionada, entre otras causas, a su traslación a los costes laborales de las empresas.

Según explicó García, el dato de inflación con el que se negocien los futuros incrementos salariales en 2008 podría costar a las empresas canarias 100 millones de euros (3.000 millones en el ámbito nacional), por lo que aconsejan “prudencia” y no incluir en este dato el precio de los carburantes y los alimentos no tratados, esto es, el dato de inflación subyacente.

“Hasta el momento, los focos inflacionistas se localizan en los componentes más volátiles de cuantos componen la cesta de consumo, como son los alimentos no elaborados y los carburantes, en respuesta a los shocks externos que han afectado a los mercados internacionales de estos productos, como es el caso del petróleo”, argumenta la CCE en sus conclusiones para añadir que “esta inflación repercutirá sobre el crecimiento de la economía, pero su impacto final sobre las variables reales podría atemperarse en la medida en que consigamos evitar que adquiera un carácter estructural y condicione con ello los éxitos logrados en materia competitividad y productividad de nuestras empresas”.

“A este respecto juegan un papel primordial los futuros incrementos salariales que deben pactarse para los próximos ejercicios, que a nuestro juicio deberían ajustarse más la inflación prevista y estimada en un escenario de estabilidad a largo plazo, que en las distorsiones últimas derivadas de shocks externos a nuestra economía y que podrían costar en torno a los 100 millones de euros en concepto de incremento del coste salarial”, concluyen.

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