El turismo gay factura 600 millones en Gran Canaria

Más de 60.000 personas celebran el Orgullo Gay en Maspalomas (Canarias)

EFE

Las Palmas de Gran Canaria —

La comunidad homosexual ha convertido en los últimos años a Maspalomas, en el sur de Gran Canaria, en uno de sus destinos vacacionales preferidos, el primero de Europa durante gran parte del año, al que aporta medio millón de turistas y casi 600 millones de euros de facturación.

Las cifras que manejan el Patronato de Turismo de Gran Canaria, los empresarios y la propia comunidad LGTB indican que este segmento de visitantes representa más del 15 % del negocio turístico total de la isla. O lo que es lo mismo: casi uno de cada seis turistas y uno de cada seis euros facturados en el balance de todo el año.

En invierno, cuando Canarias vive su temporada alta, ningún otro destino gay de Europa se acerca a esas magnitudes. Y en verano, solo le plantan cara Ibiza, Sitges o la isla de Mykonos (Grecia).

Gran Canaria lleva años promocionándose en las cabalgatas del orgullo gay de varias ciudades europeas, monta espacios propios en el área LGTB de las ferias turísticas de Madrid y de Barcelona y este año hará lo mismo en la ITB de Berlín, una de las más importantes del mundo, para consolidar su imagen de destino abierto.

Pero su éxito con el turismo homosexual se remonta mucho más atrás, por lo menos tres décadas, y tiene sus raíces en el espíritu de tolerancia que siempre ha distinguido a esta isla.

“Gran Canaria ha sido tradicionalmente un lugar cosmopolita. Los canarios siempre hemos sido un pueblo muy avanzado en tolerancia. Aquí hay desde hace tiempo una libertad que no existía en el resto de España. Por eso somos referentes para el visitante homosexual”, defiende el consejero insular de Turismo, Melchor Camón (PP).

Su opinión la corroboran hechos objetivos como son la visibilidad e influencia que tiene en la isla la comunidad LGTB, que cuenta entre sus miembros con algunos de los primeros políticos españoles de primera línea que reconocieron abiertamente su homosexualidad y que ha logrado, por ejemplo, convertir una gala Drag Queen en la carta de presentación de los carnavales de toda Gran Canaria.

Los empresarios turísticos comparten ese diagnóstico: “Los gays y lesbianas se han sentido arropados desde el principio en esta isla”, asegura el vicepresidente de la Federación de Empresarios de Hostelería y Turismo de Las Palmas (FEHT), el holandés Tom Smulders, fundador de la asociación Gran Canaria Gayfriendly.

Desde la asociación GLAY, su presidente, Chris Shier, señala que Gran Canaria lleva casi 40 años atrayendo al turista LGTB, no solo de Europa, también de EEUU y de su país, Canadá. “En la mayor parte de esta isla se celebra la diversidad. Esa apertura y aceptación es el mejor reclamo para la comunidad LGTB y hace que el Orgullo de Gran Canaria sea el número 1 de toda Europa”, dice.

Los datos que aportan la FEHT y GLAY, asociación que agrupa a los empresarios del centro comercial Yumbo (GLAY), la referencia de ocio homosexual en Playa del Inglés, con 280 locales, coinciden en que los gais y lesbianas gastan en la isla mucho más que el resto de turistas. De acuerdo con un estudio de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria publicado en 2011, el cuádruple: 177 euros diarios.

Solo en Playa del Inglés existe una quincena de complejos exclusivos para gais, con tanta demanda, que incluso uno de ellos le ha dado la vuelta a esa etiqueta y ya se declara en su publicidad como “heterofriendly”. ¿Pero cuánto facturan estos turistas?.

Tom Smulders subraya que no existe una cifra exacta, porque no todos los turistas homosexuales llegan a la isla buscando un complejo solo para gais, sino que una gran mayoría se aloja en los hoteles y apartamentos del sur junto al resto de visitantes, sin identificar necesariamente su orientación sexual.

Sin embargo, la patronal FEHT coincide con el Cabildo en que, por lo menos, representan el 15% del negocio turístico. Es decir, la sexta parte de los 3,58 millones turistas que el año pasado visitaron Gran Canaria y de sus 3.959 millones de gasto.

Seis países aportan a Gran Canaria más de la mitad de sus turistas homosexuales: España (19 %), Alemania (14 %), el Reino Unido (13 %), Suecia (7 %) y Dinamarca (6 %).

Si los datos se ciñeran al Ayuntamiento de San Bartolomé de Tirajana, donde se encuentran Playa del Inglés y Maspalomas, los porcentajes seguramente serían mayores. No hay cifras al respecto, pero todo el sector coincide en que la bandera arcoiris está detrás de buena parte del éxito de ese municipio del sur de la isla, que el año pasado fue el tercero de España con más pernoctaciones hoteleras (solo superado por Madrid y Barcelona) y el primero en apartamentos.

Sin embargo, sí dan buen idea de lo que representa el turismo gay la actividad que genera el Yumbo y hasta el propio kiosco número 7 de la playa de Maspalomas. Situado en plena zona gay, ese chiringuito es “seguramente el metro cuadrado más rentable” de todo el sur, en palabras de Smulders, y el único donde tomarse una botella de champán a pleno sol no es la excepción, sino la regla.

O por ejemplo, la Semana del Orgullo Gay de Maspalomas, que cada mes de mayo congrega a decenas de miles de personas procedentes de toda Europa en el sur de Gran Canaria y genera un impacto económico superior a 50 millones de euros, solo en siete días, según GLAY.

Cifras tan relevantes, que hasta la Junta Electoral no tuvo inconveniente el año pasado en autorizar la Cabalgata del Orgullo en plena jornada de reflexión de las elecciones europeas, cuando se prohíben la mayoría de manifestaciones públicas. Palabras mayores.

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