Diez archipiélagos para sostener el ritmo de crecimiento actual

Las Islas necesitarían un territorio cuyo tamaño sea diez veces superior al actual si se desea mantener el ritmo actual de crecimiento. Ese es el territorio que hace falta para producir los recursos necesarios y gestionar los residuos que salgan del consumo. La cifra se ha duplicado en las últimas dos décadas, ya que en los años 90 eran cinco los archipiélagos necesarios para cubrir las necesidades de la población de las Islas.

Esta es una de las conclusiones de la segunda jornada del Foro Parlamento y Sociedad, que reunió en la cámara autonómica a cuatro expertos en la materia. El debate celebrado este jueves analizaba el “presente y futuro del binomio territorio - población”.

El presidente de la Asociación Canaria de Derecho Urbanístico, Juan José Santana, explicó que “habría que multiplicar las islas por diez para soportar este ritmo de crecimiento”. De esta manera, el Archipiélago deja corto el dato que se acaba de conocer sobre que la población española necesitaría a día de hoy tres españas para satisfacer la demanda de recursos.

En una línea similar se explicó el decano del Colegio de Arquitectos de Canarias, Víctor Hernández, que recordó durante su intervención los límites del territorio insular y calificó como “escalofriantes” los niveles de densidad actuales. “Somos siete islas limitadas por el mar, lo que impide plantear una estrategia de territorio continuo”, recordó.

Como propuesta para la mejora de la situación actual, el decano de los arquitectos avanzó que, “para que una comunidad se desarrolle adecuadamente, se debe incorporar la diversidad en su planeamiento”. En ese sentido también se expresó el catedrático de Derecho Administrativo de la Universidad Carlos III de Madrid, Luciano Parejo, quien explicó que “la base de toda política territorial tiene que ser una concepción del uso adecuado de los recursos territoriales básicos: suelo, agua, energía y residuos”.

Normativa

La normativa urbanística fue otro de los asuntos criticados por los participantes en este debate. Así, Víctor Hernández incidió en que “Canarias ha pasado de apenas tener normativas al final de la dictadura a sufrir una inflación normativa”.

No obstante, para Parejo, las actuales leyes urbanísticas de las Islas no son el problema, sino que la desventaja está en que el actual sistema “es vicario del sistema jurídico que se montó en España en 1956”. Así, “las instituciones y las técnicas de las que se sirven son las mismas de entonces”.

El último de los participantes en el debate fue el adjunto a la dirección de Gestur Tenerife, Miguel Becerra, a quien le parece “muy buena” la actual normativa urbanística. El que fuera portavoz del Gobierno de Canarias en la etapa de Adán Martín considera que “Canarias necesita una regulación territorial específica por encima de todo territorio”.

Respecto a la normativa, una de las mayores críticas llegó por parte de Juan José Santana, que habló de que las Directrices de Ordenación de Canarias provocaron un efecto perverso sobre el territorio. Aunque es una idea que se ha expresado en muchos foros, el presidente de la Asociación Canaria de Derecho Urbanístico insistió en que muchos se lanzaron a construir cuando vieron la posibilidad de perder edificabilidad por las Directrices, que pretendían ralentizar el crecimiento.

Por su parte, Miguel Becerra replicó que “hay una serie de cuestiones que no se tomaban en cuenta en la Ley de Directrices”, lo cual pudo provocar su problema. En Canarias, explicó el adjunto a la dirección de Gestur Tenerife, “carecemos de algo fundamental: una cultura y un sistema ágil de resolver los conflictos”. Además, desechó la idea y la norma impuesta de hacer planes generales para todos los municipios. Como ejemplo recordó que Barcelona “sigue teniendo en vigor el mismo del año 1976”.

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