La cúpula directiva de supervisión financiera puede estar lista en abril

BRUSELAS, 4 (EUROPA PRESS)

La Comisión Europea espera que la cúpula directiva que estará al frente de las nuevas autoridades de supervisión bancaria, bursátil y de seguros en la Unión Europea esté operativa el próximo mes de abril y ha adelantado que ya ha abierto el proceso de reclutamiento de personal adicional para las nuevas autoridades de supervisión, que entraron en funcionamiento el pasado 1 de enero.

“Aunque las nuevas autoridades están ya operativas, todavía estamos en el proceso de reclutar a personal adicional, incluidos los nuevos dirigentes de estas autoridades. Hay acuerdos interinos en vigor hasta que los presidentes y los nuevos directores ejecutivos comiencen a trabajar, esperemos que en Semana Santa”, ha explicado en rueda de prensa la portavoz de Mercado Interior, Chantal Hughes.

Los nuevos órganos de supervisión cuentan ya con unos 150 efectivos procedentes de las anteriores estructuras de supervisión y el Ejecutivo comunitario espera que la plantilla crezca hasta los 300 en 2014.

El presupuesto disponible para 2011 de las nuevas autoridades se eleva a unos 40 millones de euros, 17 millones para la nueva Autoridad Europea de Mercados y Valores (ESMA); 13 millones para la Autoridad Europea Bancaria (EBA) y 11 millones para la Autoridad Europea de Seguros, ha explicado la portavoz. La industria aportará otros 2,5 millones de euros para su funcionamiento, según cálculos de Bruselas.

Además de las tres autoridades de supervisión, los Veintisiete aprobaron crear en el marco de la reforma financiera un Consejo Europeo de Riesgos Sistémicos, cuya función será observar y evaluar las posibles amenazas para la estabilidad financiera, emitir alertas de riesgo y recomendaciones de actuación y vigilar su aplicación. Sin embargo, las medidas correctivas que aconseje para evitar una crisis no tendrán carácter vinculante y podrán ser ignoradas por los Estados miembros.

La Comisión se ha mostrado convencida de que la entrada en funcionamiento de estas nuevas autoridades, así como el sistema de alerta rápida creado para detectar riesgos a la economía, constituyen “un punto de inflexión en la supervisión financiera” al dotar a la UE de “las herramientas para actuar a tiempo” para tratar de impedir nuevas crisis financieras. Contribuirán no sólo a “que futuras crisis sean menos probables” sino también a gestionarlas “mejor” en caso de que se reproduzcan.

Este nuevo órgano estará formado por los gobernadores de los bancos centrales de los Veintisiete, así como por representantes de la Comisión y los presidentes de las tres nuevas autoridades de supervisión.

FUNCIÓN DE LAS NUEVAS AUTORIDADES

Gracias a las presiones del Parlamento, los Veintisiete aceptaron que las nuevas autoridades tengan además poderes para prohibir temporalmente operaciones que amenacen la estabilidad financiera, como las ventas a corto. Su misión inicial se limitaba a elaborar normas comunes, supervisar a las agencias de calificación de riegos y mediar de forma vinculante cuando haya discrepancias entre los reguladores nacionales de los países en los que opera una entidad transfronteriza.

Asimismo, en situaciones de emergencia, podrán dirigir directamente a los bancos decisiones de obligado cumplimiento, aunque sólo cuando haya una vulneración de la legislación comunitaria.

En todo caso, las autoridades no podrán adoptar ninguna decisión que pueda afectar a las responsabilidades fiscales de los Estados miembros, es decir, que le obligue por ejemplo a inyectar dinero a un banco con problemas. Esta era la máxima preocupación de Reino Unido, que obtuvo una cláusula de salvaguarda reforzada que le permitirá apelar ante el Ecofin cualquier decisión de las autoridades que considere que pueda tener impacto presupuestario. Esta especie de freno de seguridad significa que la última palabra la tendrán los ministros de Economía de la UE. La Autoridad Europea Bancaria y de Valores tendrá además capacidad para supervisar la actividad de las agencias de calificación.

ALERTA RÁPIDA

Por su parte, el Consejo Europeo de Riesgos Sistémicos se encargará de examinar, entre otros, la solidez de la situación de los bancos, la aparición de burbujas o el buen funcionamiento de las infraestructuras del mercado. Una vez identificado el riesgo, el Consejo dirigirá una recomendación al país o grupo de países afectados. Pero esta recomendación no será de obligado cumplimiento, y a veces ni siquiera se hará pública. Eso sí, el país que decida no seguirla deberá justificar el motivo.

Para mejorar la visibilidad y la credibilidad del Consejo Europeo de Riesgos Sistémicos, el presidente del Banco Central Europeo (BCE) presidirá este órgano durante los primeros cinco años.

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