Petróleo por renovables en la Punta de Jandía

Janey Castañeyra

Puerto del Rosario —

El Puertito de la Cruz, en el extremo sur de la Isla, podría abastecerse con energías renovables, pero el aerogenerador instalado allí no llegó a funcionar más de cuatro años, hasta detenerse definitivamente en 2002. Una instalación pionera, capaz de combinar la producción energética y de agua a partir de energías limpias, funciona desde entonces quemando petróleo. Gasta 20.000 litros de gasoil al mes y emite más de 400 toneladas anuales de C02. Sin un horizonte claro para su rehabilitación, todos los implicados coinciden en su voluntad de alcanzar este objetivo.

Desde la lejanía, un gigante blanco de 27 metros de altura muestra el camino hacia el Puertito de la Cruz, en pleno Parque Natural de Jandía. A su llegada, los visitantes no reciben el esperado saludo del suave y silencioso giro de sus aspas, no. Quien les da la bienvenida, en su lugar, es el incesante rumor del generador diésel que provee al pueblo de energía. En las alturas, rezuma el óxido en las juntas de un molino quejumbroso, una estampa indicativa y simbólica del olvido a que ha sido relegado. La instalación de un sistema autónomo de producción energética en esta localidad a partir de renovables fue en su día revolucionario.

Adelantándose casi veinte años a la célebre central de Gorona del Viento, en El Hierro, en este pueblo perdido al sur de Fuerteventura funcionó durante un tiempo un sistema mixto fundamentado en energía eólica, y asistido por motores diésel auxiliares que suplieran puntualmente la ausencia de viento. Con la tecnología de la época, la planta llegó a producir una media del 80% de su consumo a partir de energía renovable -hasta el 97% en los meses más productivos-. No es casualidad que el proyecto fuera elegido por el Gobierno de España para su exhibición al mundo en la Exposición Universal de Hanover, celebrada en el año 2000. Entre casi quinientos proyectos y más de 120 países representados, el sistema eólico-diésel del Puertito de Jandía obtuvo el quinto lugar.

Se trataba de una propuesta sostenible, innovadora, no contaminante, basada en un generador eólico que abasteciera de energía a todo el pueblo, dada la espacial situación de aislamiento que tiene esta localidad, situada a veintidós kilómetros del núcleo urbano más cercano, Morro Jable. Estando el parque natural de por medio, no existían ni existen a día de hoy canalizaciones de agua y luz que dañarían el espacio protegido, de manera que la solución de instalar allí una desaladora de agua de mar, una depuradora, frigoríficos y una fábrica de hielo, fue recibida en esta población de tradición pesquera con alegría y orgullo. Y no sólo por sus habitantes, sino por toda la sociedad majorera.

Puede leer el reportaje completo en Diario de Fuerteventura.

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