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Opinión - Vivir sobre un polvorín. Por Rosa María Artal

Cuatro bodas y un funeral para una noche electoral

Miembros de Podemos y periodistas siguen el escrutinio del 24M.

Belén Molina / Gara Santana / Macame Mesa

Las Palmas de Gran Canaria/ Santa Cruz de Tenerife —

Salvo en el PP, todos contentos. Incluso más que contentos. El PSOE, porque se mantiene con los mismos diputados, lo que a primeras horas de la noche no estaba tan claro. Coalición Canaria, porque ha podido gritar una vez más que son los que más escaños han obtenido, aunque haya perdido tres escaños, y en Podemos, porque irrumpe como cuarta fuerza política en las Islas, pese al follón de siglas que se dio en Tenerife y que ha atomizado algo los votos.

En la sede de Ciudadanos, en Santa Cruz de Tenerife, instalada en el hotel Príncipe Paz, la satisfacción de las primeras horas de la noche se difuminaba conforme avanzaban los resultados. Parece claro que su propuesta no ha cuajado como esperaban en la población tinerfeña y eso que hubo un momento en que parecía que alcanzarían hasta tres diputados.

Pocas personas y poca prensa, al igual que en la sede que el PSOE instaló en el Hotel Escuela, en el que a las diez de la noche aún no se había asomado por ahí ni un candidato. Pero, al contrario que en Ciudadanos, los socialistas comenzaron la noche con menos bríos que como la acabaron. La confirmación de que mantenían prácticamente los mismos resultados que en 2011, y que incluso habían subido peldaños en algunos municipios, era, a juicio de algunos de los miembros del partido, un resultado mucho mejor de lo que cabía imaginar al inicio del día electoral. Del triunfo de Casimiro Curbelo en La Gomera, ni una palabra.

En la sede santacrucera de Podemos, en el NH Hotel, también había más organizadores del partido que prensa, pero las sonrisas y el ánimo de ganadores fue en aumento conforme avanzaba el escrutinio de los votos.

Donde estaba el grueso de toda la prensa fue en el local de campaña de Coalición Canaria, que llevó militantes de base con banderines. En una habitación se congregaron los candidatos hasta que al filo de las once de la noche los datos ya eran contundentes y daban la victoria a los nacionalistas.

La primera en hablar fue Rosa Dávila, hasta ahora directora general de Transporte, que enfatizó que CC había ganado en 11 municipios, pero no hizo alusión a la pérdida de tres escaños. Otro hombre fuerte de ATI, Efraín Medina, que ha sido consejero en el Cabildo tinerfeño, comentó con algunos periodistas que sí, que habían perdido escaños, pero que los resultados “eran muy favorables”. Ana Oramas fue una de las primeras en llegar. “Estoy contenta”.

Es lo que expresaron los candidatos al Ayuntamiento, Cabildo y Presidencia del Gobierno de Canarias. José Manuel Bermúdez, que no cabía en la camisa de gozo; Carlos Alonso, en su tono tranquilo de siempre, y Clavijo, que dejó abierta la puerta a un pacto de nuevo con el PSOE, ya que la opción del PP parece haberse desmoronado en las urnas.

Una sede dramática

Cuando el presidente del Partido Popular (PP) en Canarias y ministro de Industria, Energía y Turismo, José Manuel Soria, llegó al espacioso Edificio Miller de Las Palmas de Gran Canaria, acompañado de los cabezas de lista al Gobierno regional, Cabildo de Gran Canaria y Ayuntamiento capitalino, la mayor parte de las sillas del recinto estaban vacías.

Y así se quedaron durante todo el tiempo que duró el escrutinio. Lo populares están acostumbrados a elegir el complejo de la capital grancanaria como sede electoral y, lejos de llenarse de vítores y sonrisas, el ambiente frío que reinaba en la sala principal daba paso a un silencio solo cortado por los murmullos de los pocos simpatizantes que se acercaron al lugar y por los periodistas que cubrieron el acto.

No hicieron caso los populares a las encuestas que vaticinaban sus resultados y volvieron a escoger el grandilocuente complejo, para el que contrataron un cáterin cuyos camareros no paraban de dar vueltas en un espacio vacío. No hubo música, ni siquiera sonó la conocida melodía popular.

Los candidatos permanecieron ocultos en la parte trasera del edificio y no salieron hasta que fueron conscientes de que, por mucho que esperaran a que el escrutinio fuera más preciso, los resultados no les eran favorables en la mayoría de las administraciones canarias. Acompañado de un emotivo aplauso de los pocos presentes, Soria se subió en el estrado junto a la candidata regional, María Australia Navarro, la insular, Mercedes Roldós y el saliente alcalde, Juan José Cardona, quien reconoció que no se esperaba perder la mayoría absoluta.

Tras lanzar unas palabras en las que reconocía que los populares habían perdido las elecciones, afirmar que “tiempo habrá para analizar las causas” y saludar a la gente con cara de circunstancia, Soria se marchó. Más tarde lo hicieron María Australia Navarro y Cardona, quién tuvo que consolar a varias personas que se le acercaron con lágrimas en los ojos.

Cardona reconoció sentirse decepcionado por los resultados, porque “hemos tenido poquito presupuesto, pero creo que el trabajo está ahí y creo que los ciudadanos lo han valorado, aunque no con la amplitud que a mí me habría gustado”. El candidato popular será el primero en descolgar el teléfono para conseguir llegar a un acuerdo de Gobierno, para lo cual dijo tener “disponibilidad plena hacia todas las formaciones políticas”.

Por su parte, Navarro dijo haberse puesto en contacto con el candidato que mayor número de votos ha conseguido al Parlamento, Fernando Clavijo (CC), y reconoció que “el resultado no ha sido nada satisfactorio”, por lo que “vamos a analizar por qué no hemos sido capaces de ilusionar a los canarios”. Sin embargo, confirmó que “en este momento entiendo que no hay dimisiones, lo primero que tenemos que sacar son conclusiones”.

La manera de ‘poder’

Desde la sede de Podemos en las Palmas de Gran Canaria, la espera lo llenó todo. A pesar de las estadísticas, presagios, y sondeos a pie de urna, la incertidumbre fue la clave de la jornada electoral, tal vez la que más expectación ha suscitado desde el 2004. En este caso la inexperiencia de los candidatos jugó a favor de su espontaneidad para con la situación: no habían protocolos, no habían formalismos, no se sabía muy bien qué había que hacer y cuándo pero los acontecimientos no daban tiempo a pensarlo mucho. Simplemente el cambio era inevitable y se acercaba a golpe de porcentaje de votos escrutados. En el ambiente se respiraba la misma alegría que sucede a un nacimiento y al principio de un cambio, eso era innegable.

Los momentos más emotivos de la noche se dieron con la llegada de los candidatos y con sus comparecencias tras conocer los resultados, de los cuales el que más se hizo esperar fue el del Cabildo.

El silencio lo rompió Meri Pita a las 22.45 para manifestar la alegría que se respiraba en el partido por varios motivos, pero sobre todo por la ruptura del bipartidismo a nivel nacional y la ruptura del tripartidismo a nivel insular. Aún faltaban votos por escrutar pero era imposible contener el entusiasmo. Sin embargo, la sercetaria general del partido en Casnarias aprovechó para denunciar públicamente lo injusto de la ley electoral a la que calificó de “vergonzosa pues permite que un partido con la mitad de votos que Podemos consiga el doble de diputados” y sentenció “Habrá que tumbar esa ley”.

Vitoreada y recibida con la consigna “Sí se puede”, Noemí Santana hacía su entrada en la sede del partido donde se esperaban sus declaraciones. Habló del carácter histórico de la jornada que estábamos viviendo y de la prudencia con la que asumían los resultados de este camino que hoy empieza. “Ojalá dentro de cuatro años, seamos la fuerza más votada y podamos cambiar las cosas desde las instituciones”. También se quejó de la Ley electoral actual y se ofrecieron a ser “carteros de la mayoría y no mayordomos de los poderosos”. Incluyó en su declaración el deseo de que Pablo Iglesias fuera el próximo presidente del gobierno de España.

Entonces se supo, eran las 00:14 y la comparecencia de Juan Manuel Santana, candidato al Cabildo, llegó como un premio para los simpatizantes. “Se acabó el juego a tres y quien quiera hacer algo en este cabildo va a tener que contar con nosotros, no vamos a transigir ni un milímetro”.

Buenas noticias para NC

La sede electoral de Nueva Canarias (NC), ubicada en la calle Canalejas de la ciudad capitalina, muy cerca de donde se erige el edificio cabildicio – al que comenzará a acudir a diario el candidato de la formación nacionalista, Antonio Morales, que consiguió la mayoría de votos a la Institución insular - lucía todavía el jolgorio de quien ha recibido buenas noticias.

Morales no podía evitar esbozar una sonrisa cuando se le pedía una valoración sobre los resultados y no escondía su felicidad. Las encuestas hicieron pensar al exalcalde de Agüimes que podría llegar a ser la fuerza más votada, “pero desde luego con este porcentaje y este número de consejeros, no me lo esperaba”, afirmó.

“Tengo un montón de llamadas y no sé quién se ha puesto en contacto conmigo”, señaló Morales, que a partir de ahora se centrará en formar gobierno. Según avanzó, la próxima semana se reunirá con el cabeza de lista del PSOE a la Administración insular, Ángel Víctor Torres.

Otro de los políticos que no escondía su satisfacción era el presidente de NC Román Rodríguez, porque “hemos pasado de 97 concejales a 158; y de cinco consejeros en los cabildos, a 12”. Para Rodríguez, la clave determinante para el futuro es la victoria en Gran Canaria, quien admitió que la piedra en el zapato de la formación se encuentra en el Ayuntamiento capitalino. “Esta es una asignatura histórica de NC, pero no ha podido ser, porque irrumpen nuevas formaciones políticas”.

Respecto al Cabildo, insiste en que “ganarle al PP era imposible, nunca le habíamos ganado y que el nacionalismo de izquierda sea la primera fuerza política en la isla es muy de agradecer y no vamos a defraudar”. Respecto a si cogerá el teléfono para llegar a acuerdos, dice ponerse a disposición “con ideas y programas”, aunque esperará a que suene el suyo, porque “la iniciativa la toman otros”.

De camino a la redacción atrás se quedan los ecos de la fiesta y la alegría que se respiró en Podemos, a la prensa de vez en cuando se le concede el honor de participar de este tipo de situaciones, aunque sabemos retirarnos a tiempo. En el recorrido de vuelta, irrumpe en el paisaje un vagabundo durmiendo en un cajero sobre un cartel electoral que esta noche ya no sirve para nada. Tal vez, algún día los políticos le van a servir a él para algo más que eso. Tal vez ese día llegó este domingo. Esperaremos a ver qué nos dice el tiempo.

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