El dolor de la pérdida, seis años después

Alexandra R. Cifre

Las Palmas de Gran Canaria —

El dolor y el recuerdo de la pérdida siguen vivos seis años después del trágico accidente del vuelo de Spanair que despegó tal día como hoy en 2008 desde el aeropuerto de Barajas, en Madrid, pero que nunca consiguió llegar a su destino: Gran Canaria. Así lo sienten los familiares de las víctimas que perecieron en uno de los peores accidentes de la aviación española, y que se han reunido en la mañana de este miércoles para recordar a los 154 pasajeros que perdieron la vida a bordo del JK5022.

El monumento Luces en la oscuridad, en la zona de la Puntilla de la playa de Las Canteras, ha sido la primera parada de una mañana llena de actos conmemorativos en Gran Canaria. El presidente del Cabildo, José Miguel Bravo de Laguna, ha sido el encargado de dar paso a una jornada emotiva que ha congregado a familiares y amigos de las víctimas del accidente. En palabras del presidente, se trata de un gesto de solidaridad por parte del Cabildo y del pueblo grancanario para que no decaigan las fuerzas de los afectados y que sigan luchando por lograr justicia en cuanto a las indemnizaciones, “aunque nunca podrán llegar a paliar su dolor”, y también conseguir mejores garantías para los usuarios de los medios de transporte, como es el avión en este caso, “un medio tan necesario e importante para los canarios”.

Hermanos, sobrinas, padres, abuelas, primos... en total, ochenta grancanarios fallecieron aquella trágica mañana del 20 de agosto de 2008. Cada familia, con su propia historia y su dolor, mantiene aún vivo el recuerdo de los seres queridos que perdieron la vida hace seis años en el aeropuerto de Barajas. La vicepresidenta de la Asociación de Afectados por el Vuelo JK5022, Margarita Hernández, ha subrayado que muchos de ellos siguen luchando en los tribunales por conseguir una indemnización “digna” y ha recalcado que no se rendirán “a pesar de los sinsabores, ingratitudes e incomprensión”.

Poesía, música y flores han puesto el punto y final a una jornada que continuaría horas más tarde en la Plaza de la Memoria y en la localidad de Ojos de Garza, para concluir con una misa en honor a todas las víctimas en la Catedral de Santa Ana en un día cargado de dolor y rabia que quedará marcado para siempre en la memoria y el corazón tanto de familiares afectados como de toda la sociedad canaria.

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