Sobre este blog

Mi vida ha estado ligada al séptimo arte prácticamente desde el principio. Algunos de mis mejores recuerdos tienen que ver, o están relacionados, con una película o con un cine, al igual que mi conocimiento de muchas ciudades se debe a la búsqueda de una determinada sala cinematográfica. Me gusta el cine sin distinción de género, nacionalidad, idioma o formato y NO creo en tautologías, ni verdades absolutas, que, lo único que hacen, es parcelar un arte en beneficio de unos pocos. El resto es cuestión de cada uno, cuando se apagan las luces.

NIGHT VISIONS MAXIMUM HALLOWEEN 3014

Lo primero que me gustaría destacar de la edición Night Visions Maximum Halloween 3014 es la acertada combinación entre la labor de difusión académica, el rescatar grandes clásicos del cine de género, y el ofrecer una selección de lo más granado de las producciones fantásticas estrenadas a lo largo del año, tanto en Europa como en los Estados Unidos de América o Asia. No obstante, debo decir que si hubo un país que figuró de una manera más que destacable en el festival, ése fue el nuestro, puesto que, en total, se presentaron cinco películas de producción española.

En la parte académica, lo más digno de reseñar fue el documental The Go-Go Boys: The Inside Story of Cannon Films. Dirigido por Hilla Medalia, es algo más que un recorrido por una de las productoras más denostadas, pero sin la que es imposible entender el cine realizado en los años ochenta. Hoy muchos, quizás demasiados, se avergüenzan de haber ido a ver las películas producidas por Menahem Golan y Yoram Globus, pero treinta años atrás, ya fuera en las pantallas de los cines, o en las estanterías de los videoclubs, los avergonzados de ahora eran los adictos seguidores de las películas del logotipo que se desmontaba ante nuestros ojos, una vez oída la sintonía de Izaro Films.

Sea como fuere, la productora Cannon Films iba más allá de las películas protagonizadas por Chuck Norris, Charles Bronson, ninjas caucásicos, léase Michael Dudikoff, o ninjas “made in Japan”, tales como Sho Kosugi. Cannon Films financió películas tan destacables como Fool for Love, de Robert Altman; Runaway Train (El Tren del Infierno), de Andrei Konchalolvski –película basada en un guión de Akira Kurosawa-; A Cry in the Dark (Un grito en la oscuridad), de Fred Schepisi, basada en un hecho real; De aanslag (El asalto), película holandesa dirigada por Fons Rademakers, Oscar a la película de habla no inglesa de 1987; y Otello, sensacional adaptación cinematográfica de la ópera de Giuseppe Verdi, basada en la obra de William Shakespeare, con Plácido Domingo en el papel de Otello.

The Go-Go Boys es en muy buen ejemplo de cómo se deberían hacer los documentales que tratan de hablar sobre la historia del séptimo arte, sin necesidad de sentar cátedra, ni nada por el estilo. Al terminar de verlo, de lo único que se tiene ganas es de empezar a ver las películas de Cannon, una detrás de otra, tres de las cuales se pudieron disfrutar en Night Visions. ¿Qué quieren que les diga? En una época en la que parece que los críticos sólo recomiendan una película de cada mil que ven, el espíritu que destila este documental es una bocanada de aire fresco.

Volviendo brevemente a las películas producidas por Cannon Films, Night Visions ofreció la posibilidad de ver en pantalla grande Invasión USA, película en la que los EEUU son invadidos por una horda de terroristas dirigidos por un demente agente soviético hasta que el agente Matt Hunter (Chuck Norris) se cruza en su camino; Los Másters del Universo, donde los originales juguetes de Mattel cobraban vida de una forma mucho más digna de lo que la gente se quiso dar cuenta en su momento, sobre todo Skeletor; y 10 to Midnight 10 to Midnight(Al filo de la medianoche), primera colaboración entre el actor Charles Bronson y el director John Lee Thompson, y cuyo guión en muchos momentos bordea el cine de género protagonizado por un sádico asesino. Además, con esta película se pudieron ver no solo la versión estrenada en su momento, sino también aquellas secuencias que se tuvieron que cambiar debido a las exigencias del código de conducta que aún rige en Hollywood.

Si nos ceñimos a la parte en la que Night Visions rescata, cada año, grandes clásicos del cine de género, este año los más jóvenes pudieron disfrutar en pantalla grande con The Texas Chainsaw Massacre (La Matanza de Tejas), con The Toxic Avenger 2, y con la obra maestra del gran Lucio Fulci The Beyond (El Más Allá). Esta última película merecería pasarse horas y horas hablando de ella, pero basta decir que, solo con su secuencia final, se merece el que sea vista. Es, tal y como muy bien dijo su director, su obra más personal, más completa y que mejor resume su forma de entender el cine de terror.

En cuanto a lo que respecta a las producciones actuales de género, Night Visions nos brindó la oportunidad de ver que ya hay suficientes monstruos en el mundo real como para tener que inventarse alguno nuevo, aunque siempre viene bien recurrir al imaginario si no se tiene a un psicópata a mano…

Sinceramente, creo que Nightcrawler es un sobresaliente ejemplo de cómo la falta de ética de las personas es más peligrosa que cualquier plaga bíblica. El protagonista de esta ácida y demoledora crítica para con la televisión -especialmente para con aquellas cadenas que engordan sus parrillas a base de crímenes, accidentes violentos y todo tipo de sensacionalismo vario- empieza rodando pequeños sucesos nocturnos, tales como un accidente en una autopista, y acabará dejando desangrar a su ayudante, con tal de conseguir una exclusiva. Jake Gyllenhaal, protagonista y productor de la película, demuestra que no hay peor psicopatía que la que lleva a una persona a saltarse todas las reglas dictadas por nuestra cacareada sociedad, con tal de conseguir lo que se propone. Bien interpretada, impecablemente contada y actual al cien por cien, Nightcrawler demuestra que la televisión que defendía Edward G. Morrow hace tiempo que desapareció.

Con Maps to the Stars, David Cronenberg acaba con lo poco que queda ya del “Star-System” de Hollywood. Todos y cada uno de los personajes que salen en esta película están tarados y son disfuncionales. En algunos casos, sus locuras tienen alguna razón de ser, pero en otros son puramente delirios de personas que se niegan a aceptar que, cuando las luces y las cámaras se apagan, vuelven a ser seres humanos como el resto. Si no fuera porque el reparto es absolutamente sensacional, uno pensaría que la película está rodada por un demente que lo único que quería era desvariar durante ciento once minutos, los que dura el rodaje. No obstante, Maps to the Stars es una brillante pesadilla, donde los demonios, las miserias, y las inconsistencias del “Star-System” salen a flote como lo hacen los excrementos cuando se rompe una cañería. Y, créanme, cuando eso pasa no huele, precisamente, bien.

The Guest, dirigida por Adam Wingard, se puede resumir en la siguiente frase: Ten cuidado con quién invitas a tu casa. Dicho de una forma un tanto más compleja, en la película se junta la historia de un sociópata –personaje fruto de un programa experimental del ejército- y la necesidad que tienen los seres humanos de ser escuchados. El personaje principal, David, muy bien defendido por el actor Dan Stevens, es de esos malos que, aún sabiendo que lo son, te caen bien. Sin aportar nada nuevo, la película cuenta con un peculiar sentido del humor que la hace muy atractiva y, la verdad, Stevens lo hace realmente bien.

El caso de Hooked Up, de Pablo Larcuen, invitado por el festival para ejercer de “maestro de ceremonias de su trabajo”, me demuestra que, si en nuestro país se le hubiera dado la oportunidad a más jóvenes creadores, es muy probable que ahora mismo estuviéramos hablando de muchas más películas de género “made in Spain”. Ya se sabe que agua pasada no mueve molinos…

La película destaca por dos cosas. Una, porque fue rodada, íntegramente, con un iPhone, algo digno de reseñar, técnicamente hablando. Y dos, porque el director en setenta y ocho minutos, cuenta una historia más que manida; es decir, la de dos amigos norteamericanos que se van a Barcelona de marcha salvaje y acaban dentro de una casa de pesadilla, a merced de una fémina violada en el pasado y que busca revancha. Y es que, a pesar de que la historia está más que manida, el director y guionista no se pierde en requiebros innecesarios, sino que mantiene el control de su película y sabe terminar de forma lógica una ilógica situación. Puede que no sea la película más brillante de los últimos años, pero sí es un buen ejemplo de cómo se deberían hacer las cosas.

Bastante más difícil de calificar es la película de David Robert Mitchell It Follows. Bajo la apariencia de una típica película de jovencitos que van a acabar mal, se esconde una extraña historia marcada por una suerte de obsesión que persigue a los protagonistas y que les hace sentirse observados y perseguidos. En realidad sus miedos no son infundados. Hay algo o alguien que los persigue, pero uno nunca acaba teniendo claro de dónde han salido, por qué los persigue, ni qué quieren, más allá de acabar con ellos, claro está.

It Follows es de esas películas desasosegantes, porque nunca acabas de tener claro de qué va la historia, razón por la que nunca sabes qué va a pasar y eso acaba por lograr que te entre una paranoia galopante y empieces a mirar a tu alrededor, cual búho, pensando que hay alguien que te está observando dentro de la sala de cine. Para aquellos propensos a las pesadillas, absténganse de verla. Pesadilla y paranoia, garantizadas.

Con REC 4: Apocalypse todos aquellos que disfrutamos con la primera entrega de Jaume Balagueró y Paco Plaza nos volvimos a encontrar con la, ya no tan insolente, Ángela Vidal (Manuela Velasco), quien, con el paso de los años, ha ganado el aplomo que no tenía cuando se le ocurrió entrar en aquel viejo edificio de la ciudad de Barcelona con su cámara, Pablo, y dos bomberos. Ahora la realidad es bien distinta y, cuando Ángela se despierta, se dará cuenta de que ya no está en el ático de aquella venerable finca, a merced de la niña Medeiros, sino en manos de un grupo de científicos que tratan desesperadamente de encontrar una cura contra el demoniaco virus que está a punto de acabar con la raza humana.

REC 4 se diferencia de las dos primeras entregas en que es una película donde se abandona el estilo documental que se pretendía dar a esta saga, y se cuenta una historia de terror, zombis, científicos chalados y personajes que no son lo que parecen a primera vista, dentro del claustrofóbico escenario que es un carguero. Se nota que, tanto el director y guionista, como la protagonista principal han crecido y ya no están para tantas excentricidades, puesto que lo que les interesa es contar una historia donde, si las cosas pueden ir mal, irán a peor. Para muchos, REC 4 es más de lo mismo, pero no es así. Es un punto y final, algo que siempre está condicionado por diversos factores, de una saga que demostró que, también en nuestro país, se pueden hacer buenas películas de zombis.

Dejo para el final la película que más me sorprendió en este festival. Let Us Prey comienza con la imagen de un grupo de cuervos que se acaban transformando en un ser humano para, a renglón seguido, ver a la policía Rachel Heggie (Pollyanna McIntosh) preparándose para ir a trabajar. A partir de ese momento, los distintos personajes que conforman esta historia acabarán dando con sus huesos en las dependencias de la comisaría local, situada en un remoto pueblo de Escocia, incluido el ser formado por los cuervos. Dicho personaje, del que solo sabremos que se llama Six, será quien provoque las distintas reacciones del resto de los integrantes de la historia, personajes que están unidos por un nexo común; es decir, el haber cometido algún tipo de crimen violento y/o sangriento. En realidad, la única víctima que hay en la trama es Rachel, de ahí que sus pesadillas estén relacionadas con el momento en que logró escapar de quien la tuvo retenida mucho tiempo en contra de su voluntad. El resto de los protagonistas son todos una panda de degenerados, los cuales terminarán siendo devorados por sus propios pecados, tal y como va demostrando Six a lo largo de la película.

Let Us Prey bebe directamente de Asalto a la Comisaría Nº13, de John Carpenter, aunque el personaje principal sea una mujer y Six no sea un traumatizado padre que ha visto morir a su hija. No obstante, la virtud del director Brian O’Malley reside en ir desgranando la acción en las dosis justas y convertir a Rachel en el centro de todo, pero sin que el personaje sea realmente consciente de lo que le está pasando. Rachel no es un héroe con mala pata, porque ella no se ve así. Simplemente es alguien que está en el lugar equivocado, en el momento oportuno, y sin tener que rendir cuentas a nadie.

Lo que me temo es que esta película no llegue a estrenarse a nivel comercial en España, ni en gran parte del mundo, salvo en festivales de género. Si tienen la oportunidad de verla, no obstante, se lo recomiendo encarecidamente.

¿Qué más? Pues que, una vez más, Night Visions volvió a demostrar que es el mejor escenario para todos aquellos que disfrutamos no solo con el cine de género, sino con el cine que pretende, por encima de todo, hacerlo pasar bien, aunque por ello tengas que estar tenso e insomne, dado que gran parte de las películas que les he comentado, las vi en horas absolutamente intempestivas. Total, Night Visions Maximum Halloween es una vez al año ¿y qué sería la vida sin un exceso de vez en cuando?

© 2014 Noah Productions , Other Angle Pictures & kNow Productions

© 2014 Bold Films

© Filmax & Somnium Films, 2014

© 2014 Makar Productions, Fantastic Films, Irish Film Board & Creative Scotland

Sobre este blog

Mi vida ha estado ligada al séptimo arte prácticamente desde el principio. Algunos de mis mejores recuerdos tienen que ver, o están relacionados, con una película o con un cine, al igual que mi conocimiento de muchas ciudades se debe a la búsqueda de una determinada sala cinematográfica. Me gusta el cine sin distinción de género, nacionalidad, idioma o formato y NO creo en tautologías, ni verdades absolutas, que, lo único que hacen, es parcelar un arte en beneficio de unos pocos. El resto es cuestión de cada uno, cuando se apagan las luces.

Etiquetas
stats