Sobre este blog

Mi vida ha estado ligada al séptimo arte prácticamente desde el principio. Algunos de mis mejores recuerdos tienen que ver, o están relacionados, con una película o con un cine, al igual que mi conocimiento de muchas ciudades se debe a la búsqueda de una determinada sala cinematográfica. Me gusta el cine sin distinción de género, nacionalidad, idioma o formato y NO creo en tautologías, ni verdades absolutas, que, lo único que hacen, es parcelar un arte en beneficio de unos pocos. El resto es cuestión de cada uno, cuando se apagan las luces.

RAKKAUTTA & ANARKIAA 2014

En la esquina número uno, venido de Italia, Imcompresa, nueva película -tras estar una década ausente detrás de la cámara- de Asia Argento, hija del gran Dario Argento. En la esquina número dos, 9 mois ferme, delirante y estrambótica comedia francesa dirigida por Albert Dupontel. En la esquina número tres, Big Significant Things, del director Bryan Reisberg y, en la esquina número cuatro, y no por ello menos importante, Metalhead, producción islandesa-noruega dirigida por Ragnar Bragason.

Justo en medio del cuadrilátero colocaré a The Homesman, segunda película dirigida por ese sensacional actor en el que se ha convertido Tommy Lee Jones, y de la que hay que hablar dado que sirve de resumen de las cuatro anteriores.

Incompresa es una demoledora radiografía de lo que es el amor disfuncional, la falta de sentido y lo errónea que es la frase “con quien mejor están los hijos es con sus padres”. Aria es una niña de nueve años, atrapada entre los delirios megalómanos de su madre –una pianista alcohólica, caprichosa y con tendencias ninfómanas- y su padre, una estrella del cine y la televisión de segunda categoría. Sus problemas no terminan ahí, dado que su hermana mayor es una niñata consentida por su padre y, la menor, el ojito derecho de su demente madre, dejando a Aria en un limbo realmente esperpéntico que le obliga, entre otras cosas, a cambiar de casa cuando uno de sus progenitores se enfada con ella y la echa de casa. Todo ello deriva en que Aria acabe siendo una niña manipuladora, pero tremendamente frágil ante cualquier símbolo de crueldad. Quizás la mayor virtud de Asia Argento, autora, también del guión, es que a pesar de la dura crítica a un mundo que ella conoce perfectamente, Aria nunca acaba de perder el sentido del humor, algo que uno como espectador acaba perdiendo a los diez minutos de proyección.

9 mois ferme es una de esas comedias francesas, nada pretenciosa ni intelectualoide; es decir, una película que la puede ver cualquiera sin necesidad de dejarse las pocas neuronas que a uno le funcione tratando de entender el argumento. Lo cierto es que toda la película en si es un disparate, aunque no por ello la historia escrita y dirigida por Albert Dupontel no tenga una segunda lectura mucho más coherente. ¿Y de qué va esto? Pues de una estricta, ambiciosa, metódica y, ciertamente, aburrida jueza que, tras una fiesta de Fin de Año bañada en alcohol, acaba teniendo relaciones con quien no debe y seis meses después se da cuenta de que está embarazada. En principio, esto no debería ser algo difícil de aceptar, incluso para la estricta mentalidad de Ariane, pero el problema es que el padre de la criatura es “un sádico asesino perseguido por la justicia”, lo que terminará por demoler los precarios cimientos emocionales de la protagonista. Gracias a estos elementos, cierto toque cartoon y esa forma de reírse de si mismos que tienen los franceses, 9 mois ferme es una película muy grata de ver.

El caso de Big Significant Things no tiene nada de esperpéntico, pero en cierta manera sí del surrealismo que empaña cualquier vida humana. Si dejamos de un lado el pésimo cartel que anuncia la película, la historia nos cuenta el viaje físico e interior de Craig, un ejecutivo de marketing empeñado en ver las más extrañas y estrambóticas atracciones turísticas de los estados sureños de los Estados Unidos de América. En realidad, este viaje es solamente una excusa para dejar a un lado esa vida programada que tiene con su encantadora novia y todos esos planes de futuro que, por muy bien que suenen, no acaban de encajar en su mente. De ahí que cuando llega a un pueblo en medio de ninguna parte, donde la está La Mayor Mecedora del Mundo, y conoce a Ella, una joven finlandesa –la actriz finlandesa Krista Kosonen- su realidad empieza a hacer más agua que el Titanic cuando se estaba hundiendo. Lo que quiere contar la película de Bryan Reisberg es que hacer planes es muy sencillo, pero cuando llega la hora de llevarlos a la práctica la cosa cambia. Craig es un tipo normal y corriente que se rebela, como cualquiera de nosotros, contra una realidad que no siempre es agradable y que nos obliga a hacer cosa que, en el fondo, no nos gustan.

Mucho más radical y, si me permiten el calificativo, nórdica es la película de Ragnar Bragason. Metalhead es otra radiografía, mucho menos disfuncional, de una familia cualquiera marcada por la pérdida de un hijo y por los esfuerzos de la hija superviviente por ocupar el lugar de su hermano fallecido, a costa de perder su propia identidad. Hera es una chica que se acaba convirtiendo en la imagen de su hermano, Baldur, vistiendo la misma ropa que él, escuchando la misma música y haciendo las mismas cosas que hiciera su hermano en vida. El problema es que la actitud de la chica, una vez que pasan los años, es cada vez más auto-destructiva y radical, algo que afecta a la propia estabilidad de su familia. Es más, la actitud de Hera le llevará a enfrentarse con sorpresas para las que no está preparada, sobre todo cuando descubre que el nuevo ministro luterano que llega a su apartada localidad, luce varios tatuajes Heavy en su brazo y sabe tanto o más que ella de bandas de música. Llegado el momento, Hera deberá decidir entre ser la eterna manzana de la discordia o aceptar que debe evolucionar, algo que sus padres sí saben hacer.

El punto y final de todo esto lo puede poner The Homesman, un durísimo fresco de la penosa realidad que tenían que sufrir las mujeres “por amor” en aquello que se llamó La Conquista del Oeste. La historia cuenta cómo una mujer soltera y una suerte de aventurero venido a menos se tienen que hacer cargo de tres mujeres que han perdido la razón hasta tal punto que han sido capaces de sacrificar a sus hijos recién nacidos. La razón, vivir sometidas al acaso y, casi diría yo, desprecio de unos maridos que las utilizan como si se tratasen de muñecas hinchables o, meramente, amas de cría para sus hijos. El estado de alienación de las tres mujeres es tal que no articulan una sola palabra en toda la película y el personaje de Mary Bee Cuddy, encargada junto con George Briggs, de llevar a estas mujeres a una especie de sanatorio mental, tampoco se escapa del acondicionamiento social y religioso de aquella época. Al final de la película uno se pregunta qué ha llevado a la sociedad en general, y al género masculino en particular, a portarse de una forma tan rastrera y miserable para con el género femenino a lo largo de la historia, pero como suele ser habitual hay opiniones para todos los gustos.

Tras comentar estos cinco ejemplos de lo que puede ser el amor anárquico en el mundo real, Rakkautta & Anarkiaa tuvo el acierto de presentarnos una visión onírica, barroca y, si quieren, recargada, pero tremendamente hermosa de ese amor que sólo existe en los cuentos de hadas.

La Belle et la Bête, dirigida por Christophe Gans y protagonizada por Vincent Cassel y Lea Seydoux, nos lleva a un mundo donde todo puede suceder si un corazón puro se empeña en ello. Dignísima heredera de la denostada Legend de Ridley Scott, la película de Gans devuelve al séptimo arte una de esas leyendas que nos hablan sobre lo fácil que es dejarnos vencer por las apariencias y no ser capaces de ver más allá de nuestras narices. Su cuidada puesta en escena, el gusto por los detalles y unos efectos que no dejan de sorprender, fotograma a fotograma, hacen de la película un placer visual de los que se deben disfrutar en pantalla grande, siempre que se tenga la oportunidad. El único problema que tiene la cinta de Gans es que necesita que el espectador se deje llevar por lo que está viendo y no empiece a consultar los mensajes de su teléfono cada cinco minutos, algo que casi me hizo sacar a patadas a una estudiante Erasmus durante una de las dos proyecciones de la película a lo largo del festival. Si se es incapaz de estar 112 minutos de estar disfrutando con algo tan digno como es esta película y en lo único en lo que se está pensando es en ver los mensajitos de rigor, mejor te ahorras la entrada, te quedas en tu casa y no estás fastidiando al que sí quiere ver y disfrutar. No vaya a ser que la cosa acabe terminando mal…

Dejo para la siguiente columna la sección dedicada a las películas de género proyectadas en este festival y, para la última, el magnífico ciclo de cine oriental del que ya he adelantado las películas Kawaki y las dos últimas entregas de la saga Rurouni Kenshin.

© Susanna Silvan, 2014

© Mystery Island, 2014

© EuropaCorp, Ithaca & The Javelina Film Company, 2014

© Wildside & Paradis Films, 2014

© Eskwad, Pathé, TF1 Films Production, Studio Babelsberg & 120 Films, 2014

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Mi vida ha estado ligada al séptimo arte prácticamente desde el principio. Algunos de mis mejores recuerdos tienen que ver, o están relacionados, con una película o con un cine, al igual que mi conocimiento de muchas ciudades se debe a la búsqueda de una determinada sala cinematográfica. Me gusta el cine sin distinción de género, nacionalidad, idioma o formato y NO creo en tautologías, ni verdades absolutas, que, lo único que hacen, es parcelar un arte en beneficio de unos pocos. El resto es cuestión de cada uno, cuando se apagan las luces.

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