''Ayer Túnez, hoy Egipto, mañana Yemen''

Miles de personas se manifestaron el viernes en una plaza de Saná para celebrar el derrocamiento del presidente de Egipto, Hosni Mubarak, y para cantar lemas como “Ayer Túnez, hoy Egipto, mañana Yemen”. El presidente yemení, Alí Abdulá Salé, se reunió con la cúpula militar y política, pero,de momento el Gobierno se ha limitado a expresar este sábado su “respeto” a las decisiones del pueblo egipcio y a apoyar “la estabilidad, el progreso y el desarrollo”.

La concentración de Saná -que según Human Rights Watch (HRW) fue reprimida por hombres vestidos de paisano, armados con “cuchillos y palos” y que actuaban a las órdenes de las fuerzas de seguridad- coincidió con la celebración de un Viernes de Furia por parte de los independentistas en el sur del país.

Según los datos de Human Rights Watch, que contaba con representantes sobre el terreno, la manifestación de Saná comenzó justo después de conocerse la dimisión de Mubarak. Varios activistas independientes yemeníes habían convocado una vigilia para celebrar los acontecimientos y cientos de estudiantes, académicos, activistas y otras personas se concentraron frente a la universidad.

Los asistentes, cuyo número superaba el millar, empezaron a cantar: “El pueblo egipcio ha derribado a Mubarak” y “Larga vida al pueblo egipcio”. Posteriormente, los lemas empezaron a centrarse en el Gobierno yemení, con frases como “Ayer Túnez, hoy Egipto, mañana será Yemen la que abra la prisión” o “El pueblo quiere la caída del régimen”.

Camiones con soldados

Una multitud se manifestó durante una hora desde la universidad hasta la Embajada de Egipto y se encontró en el trayecto con numerosos soldados, sin que se registraran incidentes. No obstante, hacia las 22.30 hora local, dos horas después del comienzo de las movilizaciones, empezaron a llegar varios camiones con soldados fuertemente armados.

Según Human Rights Watch, los manifestantes fueron inmediatamente reprimidos por “cientos de hombres armados con cuchillos, palos y fusiles de asalto”, mientras las fuerzas de seguridad “permanecían paradas”. “En solo una hora, los más de mil manifestantes fueron expulsados de la plaza y al menos diez de ellos fueron detenidos por las fuerzas de seguridad”, denunció la organización en un comunicado.

Asimismo, Human Rights Watch fue testigo de “cómo al menos diez camiones del Ejército transportaron a hombres vestidos de paisano a la plaza Tahrir de Saná”, en la que se manifestaban alrededor de un millar de personas, y de cómo “cientos de hombres, coordinados por agentes de seguridad vestidos de uniforme, atacaron a los manifestantes antigubernamentales con cuchillos y palos y obligaron a la mayoría a huir”.

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