Bruselas advierte a los nuevos países de la ''ruina'' de bloquear el Tratado

A su juicio, “ningún Estado miembro debe estar interesado en que su posición se pueda percibir como en la línea dura”, sin citar a ninguno en particular, pero en clara alusión a Polonia, que se niega a aceptar el nuevo sistema de voto previsto en el Consejo de la UE.

“A lo mejor es beneficioso a corto plazo ante su opinión pública, pero a la larga será su ruina”, advirtió. Por ello, pidió que se acuda al encuentro previsto en la capital belga para los días 21 y 22 de junio, con un espíritu constructivo y “sin vetos”. En definitiva, “no deberíamos irnos de Bruselas antes de alcanzar un compromiso” sobre la reforma del Tratado constitucional, dijo a propósito de la reunión, que podría alargarse hasta la madrugada del sábado según muchos pronósticos.

“Si no hay acuerdo, los mecanismos de solidaridad se van a debilitar, porque nos sobrevolará la sombra del fracaso y de la desconfianza entre los gobiernos implicados”, alertó Barroso.

“Líneas rojas” británicas

Se refirió también al Reino Unido, otro de los Estados reticentes a algunos elementos básicos de la Constitución, y reconoció que no le gusta que se hable de “líneas rojas”, en referencia a las cuatro condiciones trazadas por el primer ministro, Tony Blair.

Entre ellas se encuentra la de no permitir que se “desplace” el papel de la Política Exterior británica. Pero para Barroso, si se pone en tela de juicio la existencia de un ministro de Exteriores europeo “habrá un grave peligro para el equilibrio institucional”.

A los gobiernos y ciudadanos más temerosos de perder autonomía les aseguró: “nadie quiere construir un superestado sobre los estados miembros u ocupar su lugar, eso es una falsa percepción y una caricatura”. No obstante, opinó que algunos países “están haciendo una dramatización previa, para maximizar los resultados que puedan obtener”.

El presidente del Ejecutivo comunitario consideró que la UE necesita un Tratado simplificado que mejore los actuales mecanismos de toma de decisiones, y rechazó de manera tajante “una solución que dé marcha atrás en el acervo comunitario”, como han sugerido algunos países. En concreto, consideró que no se puede desandar el camino en asuntos como el método comunitario de decisiones o la primacía del derecho comunitario sobre el nacional, otro de los aspectos del Tratado constitucional que disgusta al Reino Unido.

Añadió que la solución al estancamiento en el que la UE entró tras el rechazo de Francia y Holanda al Tratado constitucional, no es ir hacia una Unión “a la carta” con multitud de excepciones. “Las cláusulas de exclusión deben ser la última opción, en un número limitado de casos, por razones políticas o históricas. Pero esto no debe impedir avanzar a la gran mayoría de los estados miembros”, afirmó.

Por todos estos motivos, Barroso se dirigió a los jefes de Estado y de Gobierno para pedirles que “no desaprovechen la oportunidad” de convertir en un éxito la próxima Cumbre, la última de la presidencia alemana de turno, que pasará el testigo a Portugal.

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