El Ejército interviene para frenar los enfrentamientos

El primer ministro egipcio, Ahmed Shafiq, ha pedido nuevamente “perdón” por la violencia contra los manifestantes contrarios al presidente Hosni Mubarak y ha asegurado ante la televisión estatal que estos hechos “no se superarán fácilmente” y “habrá una investigación”.

Partidarios y detractores del presidente egipcio, Hosni Mubarak, se han enfrentado nuevamente a pedradas en las proximidades de la plaza Tahrir, en el centro de El Cairo, pero un tanque del Ejército ha intervenido para separar a los dos grupos.

Durante la noche, la plaza, epicentro de las protestas que reclaman la dimisión de Mubarak, había sido escenario de violentos choques durante los que partidarios del presidente realizaron disparos. Según el último balance oficial, ha habido seis muertos y más de 800 heridos desde el miércoles, si bien otros medios, como Al Arabiya, hablan ya de al menos diez muertos y 1.500 heridos.

Según un reportero de Reuters, los últimos choques se han producido en una calle que lleva a la plaza, donde varios miles de personas se han unido a los cientos de manifestantes antigubernamentales que han pasado la noche acampados, como viene ocurriendo desde hace varios días.

Un tanque del Ejército y varios soldados han tratado de repeler a los fieles del presidente del resto de manifestantes, continuando con sus esfuerzos de separara a los dos bandos. El tanque apuntó su torreta hacia los partidarios de Mubarak, que estaban lanzando piedras, según un testigo.

Previamente, el Ejército había creado una zona de separación entre los partidarios y los detractores del presidente en la plaza, desplegando a soldados de Infantería para intentar acabar con los enfrentamientos entre ambos bandos.

Franja

Ambos bandos se encontraban separados por una franja de unos 80 metros en la que se han colocado en línea al menos 60 soldados, según un periodista de Reuters. A un lado, miles de manifestantes antigubernamentales; al otro, cientos de simpatizantes del presidente.

Aunque el Ejército había asegurado el lunes que considera “legítimas” las demandas de los manifestantes y había prometido que no abriría fuego, durante la jornada del miércoles, cuando se produjeron violentos enfrentamientos entre partidarios de Mubarak, que irrumpieron en la plaza a lomos de caballos y camellos, y sus detractores, se mantuvo al margen sin intervenir.

Los choques continuaron durante la noche pero no han conseguido que los partidarios de las reformas abandonen la plaza. “De una manera o de otra derrocaremos a Mubarak”, coreaban a primera hora de este jueves. “No cederemos, no nos rendiremos”, aseguraban. El número de manifestantes es menor al de días anteriores.

Las imágenes de televisión han mostrado a unidades militares en la zona arrestando a personas vestidas de civil --el miércoles se había denunciado la presencia de policías de paisano entre los partidarios de Mubarak--. Además, algunos manifestantes denuncian que los defensores del presidente han sido pagados para manifestarse por el gobernante Partido Nacional Democrático (NDP).

Mohamed al Samadi, un médico que ha estado tratando a los heridos en un hospital de campaña improvisado en la plaza, ha relatado que el Ejército les ha registrado. “Cuando vinimos aquí, nos registraron en busca de armas y luego dejaron que los matones armados nos atacaran. Nos negamos a irnos, no podemos permitir que Mubarak se quede ocho meses”, afirma.

Víctimas

El ministro de Sanidad, Ahmed Farid, ha informado de que seis personas murieron durante los enfrentamientos durante la noche mientras que otras 836 resultaron heridas, 86 de las cuales se encuentran hospitalizadas. El miércoles, se había informado ya de la muerte de un soldado, que había caído desde un puente.

Los manifestantes están creando clínicas improvisadas para dar los primeros auxilios a los heridos antes de enviarlos al hospital si es necesario. “Durante la noche hemos recibido a decenas de heridos cada quince minutos. Había heridos por todas partes. Los matones que nos rodeaban intentaron atacarnos pero nos las arreglamos para bloquear su avance”, relata el doctor Mohamed Abdel Hamid.

Por su parte, el Gobierno egipcio ha negado tener nada que ver con la movilización de los partidarios de Mubarak y ha prometido que investigará quién está detrás de la violencia registrada en las últimas horas en la plaza Tahrir.

“Acusar al Gobierno de movilizar esto es una ficción, eso frustaría nuestro objetivo de restaurar la calma”, ha señalado el portavoz del Gobierno, Magdy Rady, en declaraciones a Reuters. “Nos vimos sorprendidos por todas estas acciones”, ha afirmado.

“Nadie será excluido”

El primer ministro, Ahmed Shafiq, ha señalado a la prensa que se investigará lo sucedido y ha invitado a todos los partidos a dialogar. Preguntado si incluía a los Hermanos Musulmanes, principal grupo opositor que permanece ilegalizado, Shafiq ha respondido: “nadie será excluido del diálogo”.

Shafiq, según recogen algunos medios, también se ha disculpado por la violencia ocurrida en la plaza Tahrir. “No hay ninguna excusa para atacar a manifestantes pacíficos y por tanto pido disculpas”, ha señalado en la televisión.

Asimismo, el portavoz del Gobierno ha aclarado que éste “tomará las medidas que pueda para identificar quién estuvo detrás e intentará abordar todo esto”. En cuanto al Ejército, ha explicado que no intervino porque podría haber sido interpretado como que tomaba parte.

“Hay una facción aquí y otra facción allí, (el Ejército) no puede decantarse. Si interfieren en favor de una parte eso frustraría su propósito, complicaría las cosas más que ayudaría”, ha considerado Rady.

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